A Perico,
Mi lindo periquito,
No le falta de nada.
En la más alta copa
Del bosque
Tiene su hermosa casa.
Detrás del arco,
Una flamante, moderna
Y lujosa entrada.
Con su gran cesta
Para gusanitos,
Que incluso está forrada.
Donde puede admirar
A las más famosas periquitas virtuales,
En una enorme pantalla.
Su nevera está repleta,
¡Y ni siquiera le falta
El refresco de limonada!
¡Hola, hola!
Le saluda el cuco
A todas horas,
¡Incluso de madrugada!
Sobre su mesa,
Sobran manjares,
¡Hasta hay una jugosísima ensalada!
¿Qué tienes Perico, periquito lindo?
¿Por qué hay lágrimas sobre tu almohada?
¡Ojalá que en vez de solo cantar hablaras!
¡Ojalá que al cantar contaras!
Este año no quiero ser irónica. Quiero ser reflexiva y madura. Por eso deseo ser consecuente con este pensamiento, y según el análisis que he estado haciendo sobre mi misma, teniendo en cuenta, principalmente la última conversación que he tenido con mi hijo y analizando el comportamiento que normalmente tengo con mis seres queridos, debo reconocer que mi hijo y mi hija tienen mucha razón...
Mi primera obligación para con los que me quieren es demostrarles que los tengo en cuenta, y que escucho lo que me dicen, pero parece que no se lo estoy demostrando en la forma en que ellos lo necesitan.
Por eso, este año, lo único que os pido es esto: Traedme, por favor, un saco lleno de “capacidad de respuesta”, ya que creo que carezco de ella. Y me he dado cuenta de que esto es muy frustrante para las personas que intentan dialogar conmigo. No se trata de que no les escuche ... porque sí les escucho. El problema es que, no se porqué razón o mecanismo en mi mente, no les demuestro que les estoy escuchando, y no puedo, a veces demostrar que he comprendido lo que me han dicho, porque comienzo a elaborar tan deprisa una respuesta, que se me olvida la pregunta ... Es decir no doy muestras, aunque sea brevemente, de que sigo el hilo de su conversación. Por otro lado, no soy capaz de decírles, a tiempo, cuándo algo que han hecho o dicho me duele, en ese momento, y me lo voy guardando, guardando, hasta que, un día, exploto o me hundo, sin remisión. Tardándo, luego más de lo debido, en recuperarme.
El resultado de esto es que, me estoy comportando como una persona antisocial la mayor parte del tiempo, porque ese comportamiento hace que cada vez me aísle más.
Mi firme propuesta, desde ahora mismo, es que tengo que corregir esta forma de actuación por mi parte, así que espero que me ayudéis a conseguirlo. Así que os pido que me traigáis también fuerza de voluntad y ser más consciente de mis actos, para así, poder evitar el dolor que me causa mi falta de concentración y de respuesta en todo momento. Se que también voy a necesitar una gran cantidad de humildad necesaria como para ser capaz de reconocer este error en mí, y para rectificarlo cuando se produzca ...
¡Se que no es fácil cambiarse a uno mismo, tal vez, porque mi soledad, el dialogar conmigo misma y mi capacidad de evadirme de una realidad que no me gustaba, se fue convirtiendo en una mala costumbre ¡Creo que a estás alturas de mi vida, el motivo ya es lo de menos! ... No debo tratar de justificarme, pero os prometo que lo voy a intentar modificar esta conducta errónea con todas mis fuerzas ... no quiero seguir pareciendo “inalcanzable” para los que me aman, ya que me importan demasiado como para permitirme el lujo de seguir defraudándoles.
Tendré que releer esta carta a menudo para no olvidar mi propósito ... veremos que he conseguido para finales del 2010... ¡si es que tengo la oportunidad de volver a escribiros!
Gracias por vuestra indispensable ayuda...¡os deseo lo mejor para el año que entra, el 2010!
Gracias por hacer que la gente sea mejor cada año, ¡al menos en Navidad! ... y por estar ahí para hacer felices a los niños, y a los que aún conservamos algo del espíritu infantil y navideño.
Érase una vez un hombre que estaba harto de que su esposa quisiera saberlo todo sobre él y controlara todos sus movimientos.
Así que decidió darle un escarmiento. Eligió un cajón de su escritorio y lo cerró cuidadosamente bajo llave.
Su esposa se ponía furiosa con él , y no cesaba de exigirle -"¿Qué guardarás con tanto secreto? ¿Con quién me estarás engañando ...porque ahí tienen que estar las cartas de tu amante... el teléfono con que la llamas ... sus números, su dirección... ¡seguro! ¡Ábrelo y déjame ver que hay dentro ...ahora mismo!"- ni de gritarle furiosa cuando le veía cerrarlo con sigilo.
Después de los gritos, venían los llantos, las pataletas ...pero nada de eso conmovió al marido, ya harto de ser vigilado a todas horas ... y de una forma casi obsesiva.
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Un día al regresar él de su trabajo, se la encontró junto al cajón, sentada en el suelo, con un cuchillo en la mano ... era el cuerpo del delito con el que había conseguido ¡por fín! desvelar todos los secretos que su esposo tan cuidadosamente guardaba allí y que tanto la habían ofuscado ...
El cajón, ahora, yacía forzado sobre el suelo ... y tan vacío como siempre lo había estado ... pero al romper aquella cerradura, se había roto también el nexo de unión que debería unir siempre a los que verdaderamente se aman: "la confianza mutua".
Madrid a 18 de diciembre de 2009, 12:11
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A veces, lo importante no es el secreto que guardas, sino el derecho a un poco de intimidad, lo que valoras.
Trailer de "El baile de la Victoria" de Fernando Trueba
“El baile de la Victoria” - adaptada de la novela homónima, premio Planeta 2003 de Antonio Skármeta parece un juego de palabras. Cuando tu lo lees por primera vez, podrías pensar que es la típica película de vencedores y vencidos, de la victoria de la paz sobre la guerra, del baile de salón de unos soldados tras una larga batalla ganada... Cuando se va desarrollando la trama te das cuenta, que en el fondo, pero muy al fondo, es en realidad así. Porque es la victoria del amor en un mundo en lucha en el que se encuentran los protagonistas, sumergidos en una determinada dictadura -violencia, podredumbre, miseria de las clases más desfavorecidas, lucha por la supervivencia en un mundo injusto. El afán de venganza por recuperar, más que nada, el tiempo robado, y sobre todo la restauración de las almas y la reconstrucción de las vidas de las víctimas, que se encuentran destrozadas.
Pero la historia que vives mientras estás sentada en la butaca, es de un realismo mágico... Una historia donde todo es posible. Hay momentos en que me recordó a “La cerillera”, que es un cuento de Navidad, que me hacía soñar de pequeña. En los cuentos de Navidad todo es posible...el único problema que tiene esta película... es que no hay trazas de que sea Navidad ... así que te preguntas si llegará o no Papá Noel, para que, al final, lo remedie todo.
Video: "La cerillera, versión Disney
Ángel, es en verdad un auténtico un ángel. Un ángel enamorado que te enamora. Uno de esos seres fantásticos y positivos que creen en el amor, y que son capaces de cualquier cosa por la persona amada. Está maravillosamente interpretado por un actor joven, Abel Ayala, que dará mucho que hablar a partir de esta interpretación fabulosa. Es tan buena, que casi eclipsa el papel co-protagonista de Ricardo Darín (aquí Vergara Grey, un ladrón realista -empeñado en recuperar a su Teresa, (la gran Ariadna Gil) - y calculador de condenas, a quién deja fascinado el poderoso amor de Ángel), que para mí, es un monstruo argentino de la interpretación cinematografía actual... a quién contemplo siempre boquiabierta desde el principio hasta los créditos. Pienso que no tiene nada que envidiar a los mejores actores norteamericanos. Así que... ¡Irremediablemente, siempre me lleva al cine a ver sus -cada vez mejores- películas!
La acción se desarrolla en el Chile reciente, donde todavía colea la temible sombra del dictador Pinochet. Opino que Trueba trata de representar el sueño de la esperanza chilena. Una pesadilla que tarda demasiado en disiparse y a la que hay que ayudar a que se normalice, a que se convierta en realidad, y hay que darle un empujoncito lleno de polvos mágicos, para ver si, de una vez por todas, remonta el vuelo...Para ver si los protagonistas consiguen ahuyentar al buitre de los Andes, que planea sobre ellos, acechando a sus posibles presas.
Es una película simbólica, poética ... que utiliza una peculiar técnica de narrativa del “flashback”, porque cada vez que un personaje rememora una escena pasada, el estilo directo nos convierte el testigos de ella. Me gusta la forma cinematográfica tan interesante, que tiene Fernado Trueba, de hacerte ver el mundo y de recrearlo.
Resulta chocante, el hecho de que Ángel trote impunemente sobre su caballo favorito por una ciudad sin ley, como los antiguos vaqueros del Western americano hacían antaño.... ¡pero es la única forma que tiene de moverse rápido para conseguir lo que desea...!
¿Qué desea? Que la Victoria deje de ser el “patito feo” de un estanque cualquiera, para convertirse en la más hermosa de “El Lago de los Cisnes” y de paso cure las profundas heridas infringidas a su trágico pasado...¡Debes ir a verla...y descubrirás – durante esas dos horas y diez minutos que te tendrán en vilo y te dejarán fascinada- si llega a alcanzar su objetivo!
El hombre que yo amo tiene
algo de niño,
la sonrisa ancha, tierna
la mirada.
tiene la palabra de mil
hombres juntos
y es mi loco amante, sabio,
inteligente.
El hombre que yo amo
no le teme a nada,
pero cuando ama lo
estremece todo.
Guerrero incansable en
busca de aventuras,
tiene manos fuertes, cálidas
y puras.
El hombre que yo amo,
sabe que lo amo
me toma en sus brazos
y lo olvido todo;
él es mi motivo,
es mi propio sol.
Él me da alegrías
que nadie me dió.
El hombre que yo amo
sabe que lo amo,
vuela siempre lejos,
pero vuelve al nido.
El hombre que yo amo
sabe que lo amo.
Yo lo quiero loco,
pero loco mío.
El hombre que yo amo
siempre sabe todo,
no sabe de enojos,
no entiende rencores.
Él arregla todo
con sabiduría,
con sólo mirarme
me alegra la vida.
El hombre que yo amo
camina en mi mente,
es mi único ídolo
entre tanta gente.
Él hace una fiesta con
mi pelo suelto,
ladrón de mis sueños,
duende de mi almohada.
El hombre que yo amo
sabe que lo amo;
me toma en sus brazos
y lo olvido todo
él es mi motivo,
es mi propio sol.
Él me da alegrías que
nadie me dió.
El hombre que yo amo
sabe que lo amo,
vuela siempre lejos,
pero vuelve al nido.
El hombre que yo amo
sabe que lo amo.
Yo lo quiero loco,
pero loco mío.
El hombre que yo amo
sabe que lo amo;
me toma en sus brazos
y lo olvido todo
él es mi motivo,
es mi propio sol.
Él me da alegrías que
nadie me dió.
Imagen “Variación en rosa” (2009) basada en: “La columna rota” de Frida Kahlo (1944)
Aquí está de nuevo esa lucha sin fin entre el intelecto y el sentimiento. Ese inacabable debate entre la razón y la cordura, la sinrazón y la locura. Entre lo que debes hacer y lo que haces. Entre lo que quieres y lo que tienes. Entre lo que das y lo que recibes. Entre tus sueños e ilusiones y la cruda realidad. Y, a medida que vas debatiendo, te vas hundiendo. Hundiendo en espiral hasta el más profundo de los abismos. Inacabable. Interminable. Oscuro y enigmático. Te arropas. Te dejas invadir por la quietud, el silencio, la inmovilidad. Y dejas que las manecillas del reloj prosigan su eterno camino a no se sabe donde. En ese caminar y con esa prisa que siempre llevan a cualquier parte. Sin preguntarte nunca nada. En esa marcha tiránica que te fuerza a seguir siempre hacia delante. Que jamás te deja volver atrás sino es con tu imaginación. Y el despótico reloj sigue avanzando con su tic-tac, tic-tac. Aunque ahora ya no lo oyes, sabes que, traicioneramente, lo sigue haciendo. Mientras en el más profundo de los abismos dejas de sentir, dejas de esperar, dejas de soñar despierta. Cuando llegas, sin saber cuando, por fin la nada, de nuevo, y sin remisión, el océano salítreo que llevas dentro brota sin cesar. Ya no sabes cual es el motivo por el que lo hace. Olvidaste el detalle que provocó el dolor. El rechazo a ti misma. El abandono. Ya nada importa. Pero continúa brotando y fluyendo, sin preguntar y sin impedimento alguno. Y te vas vaciando. Y el dolor agudo de tu pecho comienza a ceder. Vuelves a respirar oxígeno. Recuerdas que aún estás viva, que existe la luz afuera, que si quieres puedes moverte... que si quieres puedes volver a sentir. Entonces, sientes que comienza el retroceso, la vuelta atrás, desde la nada. Comienza de nuevo a brotar el algo. Aunque no sabes, ni te importa, qué. Una cálida ola de amor a ti misma te invade. Sientes el cosquilleo de la vida girando en torno a tí, a tus senos, luego descendiendo alrededor de tu ombligo. Mueves tus pies, después tus manos. Consigues ponerte de lado. Respirar hondo. Tu dureza interior se ha disipado. Vuelves a querer soñar despierta. Abandonas el laste de la tristeza. Respiras aún más hondo. Te sientes blandita, relajada y como si te acabaras de implantar un nuevo cerebro sobre tu antiguo corazón. Sabes que no es así. Pero te vale para salir adelante de nuevo. No importa hasta cuando vas aguantar el tirón de nuevo. Tienes que moverte, crear, luchar, pensar, meditar, rectificar, borrar, re-escribir, aprender, no perder un detalle, vivir, sentir, reír, caminar... No importa cómo, ni dónde, ni porqué, ni para qué. No olvidar. Sentir que estás aún viva ¿Qué más da si eso a nadie le importa? Sentir que amas ¿Qué importa si no eres correspondida? ¿Das y no recibes? Las circunstancias, los problemas, la prisa, la vida misma...hacen a la gente insensible y egoísta. ¿A quién no le pesa la soledad? ... ¡pero aún te tienes a ti misma...! Esa interminable cadena de amor y desamor en la que la humanidad se haya sumergida: no puedes corresponder a quién te ama y se desvive por ti; a quien amas y por quien te desvives ama a otra; esa otra ama a otro-a/s, y aquel otro tal vez ame a otro-a/s, etc... Eres incapaz de corresponder en la misma medida a quien te adora. Nunca eres correspondida en la medida en que tu lo necesitas, etc. ¡Ese dolor...esa angustia...esa frustración...ese sinsabor! ¡Mira a tu alrededor! Todo el mundo gira así, y sin visos de final... No eres ni más ni menos importante. Eres igual de egoísta, de niña inmadura, que de vez en cuando tiene una pataleta. ¡Irremediablemente... y sin poder evitarlo! Tu no eres más que un eslabón de esa inacabable cadena de la que siempre anhelas formar parte. Todos giramos en torno a la misma pesadilla. ¿Dónde está la salida? Te preguntas, cuando quieres abandonar... y aún no lo has hecho. Pero tu eres consciente de que, aunque no lo puedas recordar, sueñas. Que, como todo el mundo, aún sueñas. Así que puedes elegir incluso vivir imaginado que todo no es más que un sueño. En el que eres la protagonista y en el que eres capaz de cambiar las escenas que no te gustan. Sabes que nunca es así, pero nadie puede impedir que tu lo creas. Porque además, esa fantasía tiene la gran ventaja de no saber a ciencia cierta, cuando te vas a despertar de ella.
Midnight,
Medianoche, Not a sound from the pavement
Ni un sonido de la acera Has the moon lost her memory?
¿Ha perdido la luna la memoria? She is smiling alone.
Está sonriendo sola. In the lamplight,
Bajo la luz de la farola, The withered leaves collect at my feet,
Las hojas secas se amontona a mis piés, And the wind begins to moan.
Y el viento comienza a gemir.
Memory,
Recuerdos, All alone in the moonlight,
Totalmente sola bajo el claro de luna I can dream of the old days
Puedo soñar con los días pasados Life was beautiful then
La vida era hermosa entonces I remember the time
Recuerdo el tiempo I knew what happiness was.
En que sabía lo que era la felicidad. Let the memory live again.
Dejémos que la memoria lo viva de nuevo.
Every street lamp seems to beat
Cada farola parece marcar el ritmo A fatalistic warning.
De una fatalista advertencia. Someone mutters
Alguien murmura And the street lamp gutters
Y la farola de la calle se apaga And soon it will be morning.
Y pronto será por la mañana.
Daylight,
Luz del día, I must wait for the sunrise,
Debo esperar la salidad del sol, I must think of a new life
Debo pensar en una nueva vida And I musn't give in.
Y no debo abandonar. When the dawn comes,
Cuando llegue la aurora, Tonight will be a memory too
Esta noche será también un recuerdo And a new day will begin.
Y un nuevo día comenzará.
Burnt out ends of smoky days,
Acaba con los finales de días brumosos The stale cold smell of morning.
El viejo frío huele a mañana. A street lamp dies,
Una lámpara de la calle se extingue, Another night is over,
Otra noche se acaba, Another day is dawning.
Otro día está amaneciendo.
Touch me,
Tócame, It's so easy to leave me
Es tan fácil dejarme All alone with the memory
Completamente sola con mis recuerdos Of my days in the sun.
De mis días bajo el sol. If you touch me,
Si me tocas, You'll understand what happiness is.
Comprenderás lo que es la felicidad. Look, a new day has begun...
Mira, un nuevo día ha comenzado...
Acaricia mi ensueño El suave murmullo De tu suspirar, Cómo ríe la vida Si tus ojos negros Me quieren mirar. Y si es mío el amparo De su risa leve Que es como un cantar, Ella aquieta mi herida, Todo, todo se olvida.
El día que me quieras, La rosa que engalana, Se vestirá de fiesta, Con su mejor color, Y al viento las campanas, Dirán que ya eres mía, Y locas las fontanas Se contarán tu amor.
La noche que me quieras, Desde el azul del cielo, Las estrellas celosas, Nos mirarán pasar, Y un rayo misterioso, Hará nido en tu pelo, Luciérnaga curiosa Que verá, que eres Mi consuelo.....