viernes, 18 de diciembre de 2009

Cuento: "El gran secreto"










Érase una vez un hombre que estaba harto de que su esposa quisiera saberlo todo sobre él y controlara todos sus movimientos.

Así que decidió darle un escarmiento. Eligió un cajón de su escritorio y lo cerró cuidadosamente bajo llave.

Su esposa se ponía furiosa con él , y no cesaba de exigirle -"¿Qué guardarás con tanto secreto? ¿Con quién me estarás engañando ...porque ahí tienen que estar las cartas de tu amante... el teléfono con que la llamas ... sus números, su dirección... ¡seguro! ¡Ábrelo y déjame ver que hay dentro ...ahora mismo!"- ni de gritarle furiosa cuando le veía cerrarlo con sigilo.

Después de los gritos, venían los llantos, las pataletas ...pero nada de eso conmovió al marido, ya harto de ser vigilado a todas horas ... y de una forma casi obsesiva.

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Un día al regresar él de su trabajo, se la encontró junto al cajón, sentada en el suelo, con un cuchillo en la mano ... era el cuerpo del delito con el que había conseguido ¡por fín! desvelar todos los secretos que su esposo tan cuidadosamente guardaba allí y que tanto la habían ofuscado ...

El cajón, ahora, yacía forzado sobre el suelo ... y tan vacío como siempre lo había estado ... pero al romper aquella cerradura, se había roto también el nexo de unión que debería unir siempre a los que verdaderamente se aman: "la confianza mutua".

Madrid a 18 de diciembre de 2009, 12:11

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A veces, lo importante no es el secreto que guardas, sino el derecho a un poco de intimidad, lo que valoras.



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