martes, 30 de diciembre de 2008

POEMA: Duerme













Duerme, mi amor,
Que mi vigilia te vela.

Duerme, mi vida,
Que mi corazón te anhela.

Duerme, mi sueño,
Que todo mi ser te espera.

Madrid, 29, diciembre, 2008

domingo, 21 de diciembre de 2008

REFLEXIÓN: Sobre el valor de las cosas


















Muy pronto estaremos en Navidad y ya casi todo el mundo ha comprado algún regalo, o un objeto, para una persona querida. Las cosas se apilan y amontonan en nuestras vidas, llegando a formar parte de ellas y – para la gran mayoría- adquieren un valor desmesurado, desde mi punto de vista.

Últimamente estoy un poco filosófica, y he comenzado a analizar la forma en cómo vivimos en el mundo occidental. Nos meten el consumismo entre ceja y ceja, y si no quieres ¡toma dos!

No se porqué, pero cada vez tengo menos ganas de comprar regalos, o cosas, para nadie.

Hay personas que valoran más los objetos que les rodean que a las propias personas con las que conviven. Y discuten, o se ponen hechos una fiera, si alguien cambia uno de sus objetos de lugar – al limpiar, por ejemplo- o lo toca sin su permiso, ¡uf! y ¡para qué hablar...si alguien se lo estropea!

Mi difunto esposo y yo teníamos discrepancias sobre el valor de las cosas. Por ejemplo: no me dejaba conducir “su” coche –comprado con el dinero de ambos- porque “yo” lo podía estropear. Yo me negué a comprarme otro. Así que volví a conducir después que él murió (1994)...y ¡nunca he tenido un parte al seguro!. Era un “triquis miquis” para los juguetes de nuestros hijos, siempre les advertía de cómo tenían que jugar con ellos para que no se rompieran, y había que guardarlos siempre en sus cajas por separado, que debían conservarse intactas al cabo de los años. Por supuesto, los suyos estaban incólumes a pesar de los años. Decía que yo era una consentidora porque dejaba que nuestros hijos jugaran encima del sofá del salón. Según él no era un lugar adecuado para que los niños jugaran. Pero a mis hijos les encantaba que yo les llevara corriendo de un extremo a otro del salón sentados en el sillón mientras cantábamos: “¡Maya, Maya, Maya!” imaginándose que eran el Willy de esa serie, cuando bajaba por la corriente del río sentado encima de una hoja. Yo había entrado de pequeña en hogares donde todo estaba muy limpio, ordenado y en su sitio, pero siempre me dio la impresión de que eran hogares sin vida. Dado el espacio tan reducido que es mi piso, y puesto que me gustaba que mis niños disfrutaran de lo lindo los fines de semana, mi salón se convertía en un paraíso de juegos para ellos. Podían disfrazarse, maquillarse, saltar – no teníamos vecinos abajo, así que no les molestaban-, o llenábamos toda la alfombra con piezas de Lego, y luego hacíamos casas que nos inventábamos juntando las piezas. Su padre no entendía mucho que yo disfrutara tanto como ellos con sus juegos. Él solía contar cómo jugaba de pequeño, pero no participaba en los juegos de nuestros hijos, a no ser que se dedicara a hacer malabares para ellos con la fruta o los frutos secos, pero donde ellos eran meros espectadores.

En fin, todo esto viene a cuento porque hay personas que valoran tanto las cosas que se olvidan del valor de las personas. Se que mi esposo tuvo tiempo de reflexionar sobre esto y sobre otras cosas más importantes, cuando estaba en la UCI antes de morir. Y me hizo saber su cambio de actitud al respecto...seguramente ¡por fin! Se dio cuenta de que las cosas que nos rodean no son más que algo de lo que nos servimos para que nuestra vida sea más cómoda, divertida o agradable, pero nunca su valor debe estar por encima del afecto que sentimos por los seres que nos quieren. Seguramente llegaría al a conclusión de que al final, lo único que realmente merece la pena es tener a tu lado a una persona -que despojada de todo lo material- está ahí para cuidarte, mimarte, hacerte compañía, alegrarte la vida y luchar contigo por mantenerla a flote.

Vivimos en una sociedad “idolatrizada” que se rige por los iconos. Hay personas que incluso conservan los objetos que pertenecieron a otra persona como un “token” -estatuilla que representa al objeto real- pero ningún objeto, por muy querido que hubiera sido para esa persona, puede darte la dicha de su presencia. Es más, parece que todo lo material que le perteneció te sobra, porque no puede sustituirlo. Bueno, al menos así siento y pienso yo. ¡Claro que yo soy iconoclasta!...Quiero decir que no valoro los objetos, y que no cambiaría el afecto que siento por una persona por el de sus objetos...pero me consta que hay personas a las que no les importa romper con alguien alegando, por ejemplo “Es que me tocó...¡sin mi permiso!”, o “Le dejé...y ¡me lo estropeó!”... y son capaces hasta de guardarte rencor u odiarte, por ese motivo, ¡pa’ los restos! Incapaces de ver los atributos positivos que hay en ti, y lo único que ven es que eres un “agresor” contra “sus” pertenencias. Algo, que a vista de pájaro, me parece un actitud completamente pueril.

Se me ocurre reflexionar sobre esto en tiempos de Navidad, donde se compran tantos artículos superfluos, y porque se nos hace creer – a través de la publicidad- que los niños no pueden ser felices sin ellos. Desde mi punto de vista lo más importante para los niños son los gestos que les hacen sentirse protegidos y amados. Todo lo demás les sobra, porque tiene la suficiente imaginación como para convertir cualquier cosa en juguete. Ah!...¡pero no dudes en comprarte un bonito juguete...sin fingir que lo haces por tus hijos...si eres uno de esos adultos frustrados, que de pequeño no tuvo el regalo deseado!

Madrid 21, diciembre, 2008

miércoles, 10 de diciembre de 2008

POEMA: Pasajera sin destino


"La viajera"
de Camilo Mori












Mi equipaje,
mucho há empacado,
Va ligero,
como querría Machado.
En mi escasa valija:
Unos pocos recuerdos,
Algunos sueños,
Sonrisas,
Besos,
Caricias...
Pensará él:
"¡Cuánta baratija!"
Fruslerías para que él elija...

- “¿Destino?”
Me preguntó la taquillera.
- “Elija usted...
¡Donde usted quiera!”
- A la Eternidad le venderé.
- Si no queda otra...
¡Allí lo encontraré!

Cuál Penélope paseando,
Desesperando espero
Al amado por el que muero.
Pasó un tren repleto,
Luego otro y otro,
Para mí vacío
Sin mi ser querido.
No te he reconocido
O no te he visto.
No me he subido.

Me pareció ir en tu tren.
Que estaba en él.
Siento como se apresura,
A entrar en mi edad de la espesura,
Mientras adolece mi mesura,
Siento plena mi ternura.
¿Estás de pié o viajas sentado?
¿Vas lejos o estás a mi lado?
Presiento tu temor...
Te resistes a abandonar tu desamor.
Ya no te encuentro.
Tu ausencia
Fomenta mi desaliento.
Tu presencia
Era mi alimento.

No me rehuyas tu mirada
No me escondas tus caricias.
No me borres de tus sueños.
Dime al menos una palabra...
Mi viaje se acaba.
¿Me dejarás bajar
Donde yo no quiero,
Ni es mi intención?
Si no me dices nada
Me bajaré en la próxima estación.
¿Vas o vienes?
¡Cuánto tardas, mi amor!
¿En qué tanto te entretienes?
¡Cómo temo,
Sin tu amada protección!
Sacaste tu paleta
Elegida con toda intención,
De tonos grises y fríos,
Para colorear así,
Los días míos.
Ni marrones ni dorados,
Están entre tu elección.

Saco mi pañuelo,
Seco mis lágrimas.
Me lo tomaré con calma,
Y para que me sirva de consuelo
¡Suena quena,
que tus notas alivien
Las heridas de mi alma!
Saboreo tu recuerdo amargo...
Y me pregunto si aún te aguardo.


Madrid, 10 de noviembre de 2008

RELATO: La Caléndula


Aunque al principio estaba nervioso poco a poco se tranquilizó. Aquel joven pianista le había parecido de fiar a pesar del corto tiempo que se conocían. A penas hubo conversado con él por primera vez, se dio cuenta de que era todo un caballero y lo suficiente sensible como para comprender el asunto que le preocupaba. No tuvo la menor duda de que, a partir de aquel instante, todo cambiaría, tanto para él como para su hija. Él la adoraba y era capaz de hacer por ella cualquier cosa. No dudó en invitarle a su casa. Como era un hombre generoso trató a su convidado cual príncipe, dentro de las estrecheces que su familia pasaba. Puso la disculpa de que a su hija le encantaría escucharle tocar el piano, pero él era sabedor de que estaba estropeado desde que su esposa falleció. ¡Al fin y al cabo era una razón de peso para convencer a un pianista a visitar su humilde morada! Cuando el joven llegó, él tuvo en cuenta la cara de agrado con que miró a su hija por primera vez. Desde entonces ya no le quedó la menor duda de que había acertado en el hombre elegido para sacar a su adorada descendiente del sueño irreal en que se hallaba sumergida desde la ausencia de su madre. Su querida esposa enfermó gravemente cuando la niña contaba tan solo con 5 años de edad. Estaban muy unidas. Úrsula, que así se llamaba la finada, no tenía ojos ni voluntad más que para cuidar de su pequeña. Le hacía vestiditos para su muñeca, le ayudaba a vestirla, las dos la llevaban de paseo por el malecón, le hacían comiditas... Eran inseparables, hasta que la enferma no tuvo más remedio que abandonar lo que más quería por fuerza mayor y muy a su pesar. Desde entonces, Caléndula -le habían puesto ese nombre por ser el de una de las flores favoritas de su madre- no volvió a salir a la calle. Suplía la realidad, que no era de su agrado, por un mundo de quimera. Sus manitas creaban cada mañana un hermoso jardín florido, donde los pétalos eran sustituidos por abigarrados paraguas desplegados. Su hermosa cabecita era capaz de inventar todo tipo de historias sobre las sombras que la vidriera pintaba al transitar delante de sus cristales traslúcidos. Ella amaba, sobre todas las cosas, al balcón que había dado cobijo a la hamaca en la que su progenitora solía tomar el sol cada mañana. La pequeña se sentaba a sus pies y, aunque fingía dormir, se mantenía alerta a cualquier quejido o movimiento de su madre. Unas veces sus manos de nácar le ofrecían agua fresca a sorbitos, otras se la pasaban agitando sin cesar un abanico. Su corto juicio barruntaba, que mientras que su madre recibiera aquel aire fresco, no se olvidaría de respirar. Pero una mañana lo hizo. Y por más súplicas, gritos, llantos y sacudidas que recibió de la pequeña, su cuerpo había incumplido para siempre su promesa de no abandonarla jamás. El padre contempló con alborozo cómo ella fue abriendo su corazón al desconocido. El pianista comenzó a ganarse su amistad, hasta que ella poco a poco lo hizo su confidente. El padre pudo respirar aliviado porque su Caléndula había florecido en alguien real con quien platicar, capaz de prestarle sus oídos sin dar la menor importancia a que su cabeza, de vez en cuando, deambulara con rumbo incierto. ¡Por fin!... ¡Cómo ansiaba ir a reunirse con su amada sin más tardanza! 

 

Berta Madrid, 4, diciembre, 2008 Relato basado el "El Balcón" de Felisberto Hernández y en la frase de mi compañera del Taller de Escriture "Pluma y Tintero", Isabel Fraile: "Aunque al principio estaba nervioso poco a poco se tranquilizó". 

Para saber más sobre la calédula visite: Calendula

jueves, 27 de noviembre de 2008

REFLEXIÓN: Sobre la violencia “familiar”

Based on M. Phillips "Rape"












No quiero llamar a esta clase de violencia “machista”, porque de ella estaría excluyendo a las mujeres que son capaces de maltratar sus esposos / parejas hasta llegar anular su voluntar convirtiéndolos en sus peleles; ni tampoco la quiero denominarla “de género”, ¿qué género, el masculino, el femenino o ambos? Porque se la está llamando así por los medios de comunicación y los políticos cuando las mujeres son las agredidas ¿Es que las mujeres no tenemos, entonces, género? ¿Qué género tienen las niñas y los niños violados?

¿Porqué quiero llamarla “familiar"? Porque creo no debemos excluir de ella las situaciones de violencia producidas por padres a hijos y viceversa. Que también salen con frecuencia en los medios...pero ¿cuántas más habrá que no se saben?

Creo que la familia es el reducto más pequeño en el que nos relacionamos los seres humanos. El más querido – el que más debería de protegernos y de hacernos felices- y también el más conocido y más estrecho, en el que nos movemos.

Me gustaría hacer hincapié en lo de “estrecho”. Los seres humanos hemos pasado de vivir como trashumantes y a la intemperie, a ser apilados en cuchitriles, poco a poco más apretados, donde cada vez nos cuesta más tener nuestro propio espacio en el que poder encontrarnos a nosotros mismos, para ser capaces de meditar y reflexionar sobre lo que hacemos o decimos. Esto, unido a una forma de vida que cada vez nos exige más trabajo para poder conseguir lo mínimo, crea en nosotros un mundo de sinsabores y frustraciones. Nuestra vida privada se reduce a un cúmulo de insatisfacciones que los más fuertes –ya lo sean física o emocionalmente- utilizan para montar en cólera y descargarla contra el más débil que tienen a mano. Este suele ser su esposa, su marido /pareja, sus hijos o sus padres. La ley del más fuerte es la que impera en nuestros hogares, a menos que estemos alerta y sepamos frenarla al más mínimo intento de agresión, del tipo que sea. Esto es lo que quieren hacernos ignorar los políticos que están haciendo estas inútiles leyes sobre “la violencia doméstica”. El efecto de estas leyes es la de tapar agujeros o de apuntalar un enorme edifico, que se derrumba porque sus cimientos han sido socavados. ¿Quién propaga y propicia la idea de “tanto tienes, tanto vales”?

La violencia que las mujeres ejercen sobre los hombres está soterrada. No se pueden medir los insultos, los desprecios, los gritos, las segundas intenciones, etc. aunque vayan lentamente sumergiendo la relación en un mal trato psicológico hacia el hombre.

Pero la violencia que los hombres ejercen sobre las mujeres y los niños -que también suele ir acompañada de maltrato psicológico- si además conlleva agresión física, se puede fotografiar, observar por médicos o policía, etc. Mucho más fehaciente se vuelve cuando hay un cadáver de por medio.

Yo me pregunto ¿de qué están sirviendo estas leyes si no se salva la vida de las mujeres ni la de los niños? Si estas fuesen efectivas, se supone que ya no debería haber más muertes de este tipo en el futuro. ¿Pueden las leyes cambiar, de repente, la mentalidad de las personas agresoras? Está comprobado que no ¿Cuándo dejarán de existir muertes por esta causa?

Como mínimo...

Cuando los hombres y las mujeres seamos capaces de amar, de perdonar, de no buscar seres perfectos porque no los hay, y cuando dejemos de buscar una víctima propicia donde descargar la furia que llevamos dentro, casi siempre provocada por situaciones ajenas a esa persona.

Cuando veamos belleza en la compañera que tenemos al lado que lucha por hacer nuestra reducida y corta vida más agradable, y no nos quejemos de las cosas que hace con todo su amor por nosotros.

Cuando reconozcamos que el hombre que tenemos a nuestro lado hace lo posible para que seamos felices, y podamos decirle de buenas maneras esto quiero o esto no me gusta, y él sea capaz – por amor- de cambiar su comportamiento hacia nosotras.

Cuando seamos capaces de ver en los niños a seres frágiles a los que debemos proteger, y no los usemos como victimas propiciatorias donde descargar nuestra furia o saciar nuestros bajos instintos.

Cuando no veamos en nuestros padres a seres desgraciados o inútiles, incapaces de comprendernos, a los que reprochamos que no nos puedan dar todas las cosas materiales que nosotros les exigimos.

Cuando seamos, en fin, capaces de enterrar nuestro orgullo - de emitir un “te quiero” o un "lo siento" antes de que sea demasiado tarde- de pedir perdón cuando hemos herido a alguien, y de escuchar cuando quien nos ha herido necesita pedirnos disculpas.

Y cuando, también y por fin, dejemos de escuchar los cantos de sirena a los que nos ha supeditado la estafadora sociedad consumista, convirtiéndonos en sus malogrados clientes.

Desde mi punto de vista, la comunicación –las palabras y los buenos gestos- es la base de una buena convivencia entre los seres humanos, y no solo los regalos costosos -que la mayoría no nos podemos permitir- como nos anuncia la publicidad, y que los maltratadores usan para alibiar sus malas conciencias. El orgullo mal entendido es otra de las peores lacras que corroe las relaciones entre las personas que viven próximas.

Nada puede causarnos más dolor que:

- Nuestras palabras o gestos sean mal interpretados.

- Que nuestras preocupaciones sean consideradas sin sentido.

- Que desprecien nuestro amor, lo infravaloren o lo rechacen. Porque el amor extraordinario que tenemos -y somos capaces de dar- es para las personas que consideramos especiales en nuestra vida. Nuestros seres queridos. Ese que no es para el resto del mundo.

- Que la gente cercana a nosotros entienda que también tenemos nuestras frustraciones, y motivos por los que quejarnos o estar tristes, pero que tratamos de sobrellevarlos de la mejor manera posible, sin causarles daño, tratando de hacer hincapié en las cosas pequeñas que nos hacen felices cada día, y no en las que nos desesperan.

- Que las personas que amamos comprendan que solo somos un ser humano imperfecto. Que intentamos hacer las cosas lo mejor que podemos, y que, si a veces metemos la pata, no es a propósito. Merecemos ser perdonados, y no ser tratados como un ser despreciable por ello.

- Que, aunque nuestros seres queridos no se lo crean, buscamos perfeccionarnos en todos los sentidos y en la medida de nuestras posibilidades, y que si no lo hemos conseguido, no es porque no lo intentemos, sino porque aún no hemos llegado a superar algún pequeño obstáculo, pero...estamos en ello, y necesitamos apoyo.


En fin, que como dice el refrán, “Errar es humano, y perdonar es divino”. Veo que, el que no es capaz de perdonar ni sus propios errores ni los de los demás, sufre mucho, y que también hace padecer grandes angustias a sus seres queridos. Sus fiascos pueden llegar a convertirse en violencia gratuita, y su crueldad en gestos irreversibles, que incluso pueden acabar con la vida de los que le aman o de sumirlos en el mayor de los abatimientos -en el mejor de los casos.

Hay imágenes que hablan por si solas, aunque estas solo sean interpretadas, y no representen a TODAS las auténticas víctimas de nuestra sociedad.

Este vídeo explica muy bien "El cíclo de la violencia de género". Si este no se rompe por parte de la víctima o del maltratador, siempre acabará en un crimen.

En esta charla "6 conductas que identifican al maltrador" ayuda a indentificar a estas personas.

Presta atención ante una persona manipuladora. Este vídeo te puede ayudar e idenficarlo y te da consejos para que puedas librarte de uno.

Madrid, 27 de noviembre de 2008

jueves, 20 de noviembre de 2008

CUENTO: La princesa Sadeene
















Dedicado a mi amiga Shabeene

Érase una vez una Princesa, por nombre Sadeene, que moraba en un país muy apartado. Tan remoto, que nunca hubieses sido capaz de encontrarlo en el mapa, por mucho que te empeñaras en escudriñar el susodicho. Su apelativo, Sadeene, * le venía como anillo al dedo, porque hubo un momento en su vida que realmente era la Princesa más tristona que jamás habitara el universo. Era agraciada, más diminuta que Pulgarcita, de tez más albina que las cumbres del Kilimanjaro, sus ojillos y cabellos, de negro tan penetrante, que los de Luther King resultarían claros junto a los suyos, y de carácter más repipi y femenil que el de la Princesa del Guisante.


Nuestra Princesa creció vivaracha como una pandereta, y tan bien instruida que hasta Bernard Shaw la hubiese admirado por su juicio e ilustración. Aunque tenía en mente no casarse nunca y reinar como si otra Isabel I de Inglaterra fuese. Un buen -o mal momento, depende de cómo se mire- fue a tropezarse, al albur, con un majestuoso Príncipe que le hizo tilín, y la engatusó de tal manera con su verborrea intelectual, que se encontró en la disyuntiva de tener que darle el sí nada más que él hizo atisbos de requebrarla.


Todo se dejaba transcurrir tan felizmente en aquel dominio, que incluso las moscas se habían largado al país vecino hastiadas de tanta plenitud. Hasta que en una desdichada hora el malaje se dejó caer por allí. Cabalgaba el Príncipe en su corcel –¿Cómo podría haber sido de otra manera? Por lo poco más que acostumbraba a hacer, y porque eso es lo que suele ocurrir en todos estos cuentos- y tuvo un mal tropiezo, asi que allí se quedó su vida despanzurrada boca arriba, y sin darle tiempo a decir ni un "ay", se alejó para siempre de este mundo, y de su Princesa, yéndose a morar a no se sabe cuál.


¡Héteme ahí, a mi linda Princesa, más desesperada que a un yonki en el pico más alto de su mono! Su tesón, que siempre había sido más férreo que las vías del AVE, se trocó en natillas. No se encontraba forma de confortarla. Ni Fofito ni Milikito la hubieran sacado una sonrisa. Así que aseguró los ribetes de su boca bajo candado de seguridad, condenando a su blanco ejército a cadena perpetua. Tanto bajo los rayos del sol como los de la luna, durante el desvelo y el sueño, con sinsabor más amargo que la cicuta, plañía en pos de su ser adorado. Lloraba hasta tal punto, que sus lágrimas preñaron de fertilidad todos los campos de labranza de su reino durante un cúmulo de dilatados años. Los segundos de cada jornada se mudaron en milenios, y las horas se le mostraban tan perennes que, de una a otra, le llegó a medrar el pelo varios centímetros. Su trenza se hizo tan longa y fatigosa que necesitaron acoplarle un carrito para poder acarrearla en sus desesperadas idas y venidas por los exuberantes jardines de palacio. Su crisis se hizo tan abismal, ¡que ni Zapatero le hubiera encontrado enmienda! Podría decirse que, en aquella época, más que Sadeene hubiera que haberla llamado Sadeeness *, por la gran tribulación de la que era presa.


Durante uno de aquellos crepúsculos en los que nuestra Sadeene deambulaba arrastrando su agonía y su trenza -por chiripa y sin querer la cosa- fue a toparse con un galán que resultó ser –como más tarde ella descubriera- un Príncipe que estaba gobernando no mucho más allá de su país. Nunca antes sus ojos se fijaron en varón alguno después de la privación de su idolatrado. Pero aquél mismísimo instante Sadeene –sin saber cómo ni porqué- vio a aquél y se fijó en él. ¡Vaya si se fijó!... Como que, desde aquel momento, él se hizo un huequito en su intelecto empezando a llenarla de certidumbres y regocijos. (Hay que reconocer que su desasosiego era basado en fundamentos de peso, teniendo en cuenta que el Noble estaba casi tan bueno como el Príncipe Felipe, ¡ahí es ná!). Sus tropiezos se hicieron cada vez más fortuitos, acelerando su secuencia, hasta que llegaron a ser como el sorteo de la ONCE: un día sí y el otro también. Él, además de buen mozo, era el hombre más jocoso y lúcido que ella hubiera podido fantasear nunca. Todo lo que él parlotease o urdiera le resultaba saleroso a nuestra Princesa. Era capaz de hacerla desternillarse tanto que, al cabo de la jornada, reposaba tan plácida y sonriente como Pituso, mi gato persa. Más dichosa que los Siete Enanitos lo eran junto a Blanca Nieves. Así que, poquito a poco, las ojeritas de Sadeene pasaron de tiznarse de negro a malva –que dicen que es el tinte del amor ¿Sabrá nuestro psique de qué tono colorearse cuando ama?- Su piquito dorado, al principio, pronto dejó asomar risitas distendidas, que con el tiempo se tornaron francas, y el escándalo se introdujo en palacio cuando se le oyeron las carcajadas. La viudita se había vuelto jaranera... ¡Era intolerable! Ni porque le bajaran su pensión de viudedad, ni porque le subieran el IVA, ni porque sus súbditos se declararan en huelga... ¡Nada reprimió su júbilo! Pues... ¡Era necesario desposarlos presto -maquinó el Obispo- porque aquello ya era pábulo de todos los corrillos del feudo!


Sublevóse al principio Sadeene, porque era aún más flamante que la Princesa Letizia. Aunque al cabo del escaso intervalo de cumplir el anuario, aquel Príncipe logró enzarzar ya su corazón de tal manera -ciñéndoselo tan fuerte contra el suyo- que no le pudo sostener ni un "aguanta" ni un "no"... Así que una hermosa madrugada de primavera, ella no tuvo más remedio que darle el sí. Para exhibir su rehabilitada dicha al cosmos, la mañana del desposorio ella se negó a llevar tul. Desatando su mata de pelo, fue como flotando a la capilla. Mientras, cientos de pajecillos la seguían en derredor, ansiosos de domar sus inagotables cabellos que se cimbreaban en torbellino.



* NOTA:
Sad= adjetivo inglés que significa "triste".
Sadness= nombre inglés que significa "tristeza"


Madrid, 9 de noviembre de 2008

miércoles, 12 de noviembre de 2008

EFEMÉRIDES: Sor Juana Inés de la Cruz

Nació el 12 de noviembre de 1651 la poetisa y religiosa mexicana. Murió en 1695.


Links de interés para conocerla mejor y a su obra:

Para saber lo que ella pensaba sobre la intelectualidad de la mujer léase esta carta: Respuesta de la poetisa a la muy ilustre Sor Filotea de la Cruz



WIKIPEDIA Su Biografía



Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: "Sor Juana y su mundo"



UB Bielefeld: Juana Inés (de la Cruz): "Fama, y obras postumas / del fenix de Mexico, decima musa, poetisa americana Sor Juana Ines de la Cruz". Madrid : Ruiz de Murga , 1700.

jueves, 6 de noviembre de 2008

POEMA: Si yo lo tuviera todo













Si yo lo tuviera todo,
Más el amor me faltara,
Nada sería.
El sentido mi existencia perdería,
Tornándose en dolor.
Mi vida todo lo apuesta...
Al amor.
Y lo que no lo es,
A mi ser sosiego resta.


Madrid, 6 de noviembre de 2008

miércoles, 22 de octubre de 2008

CUENTO: Mea culpa














Los estragos que había hecho en ella el ardiente y apasionado sol de verano se iban disipando. Pronto llegaría a encontrar la armonía que necesitaba para sobrevivir al solitario y desapacible invierno.


Recogió con suavidad los pedacitos de su corazón, que un día de agosto habían sido víctimas de una explosión frustrante, y que desde entonces se encontraban esparcidos por el inmenso universo de los desengaños. Procuró unirlos, sin que las cicatrices doloridas sobresalieran de su piel, y trató de mantener una fingida sonrisa.


Sus ojos de profundo oscuro, que una vez habían brillado por la esperanza, se volvieron taciturnos por el dolor, rodeándose de una profunda huella violácea, tornaron su mirada hacia dentro, cual ventanitas protectoras contra todos los avatares externos.


Huyó a contemplar las montañas, imágenes de necesidad vital, que suponían un bálsamo de alivio para sus llorosas retinas. Se fue lejos. Voló alto. Entre nubes extrañas dejó pasar una eternidad de días contados...pero nada borraba la imagen del daño causado a su amado. Esta regresaba todos los amaneceres, permaneciendo cada día, y quizás también, en la nocturnidad de los ensueños que no lograba recordar.


El otoño hizo que sus ilusiones se colorearan de verdes a doradas, para luego caerse a la profundidad de la nada. Las lluvias torrenciales arrastraron su dignidad, llevándose su dicha, y ahondando en las profundidades de su melancolía. Asentaron montículos de lodo sobre sus labios, sellando y enmudeciendo sus palabras.


Sacó una linda maleta, arropó bien su corazoncito y lo colocó en el centro, rodeándolo con ternura de bellos recuerdos del hombre de su vida: aquí dormirían sus miradas, allí esperarían sus sonrisas, y entre ellas, se dispersarían sus amables palabras. Le hizo con dulzura un huequecito para nunca olvidar sus andares y para sus idas y venidas. Distribuyó los vacíos repartiéndolos entre sus suspiros, inspiraciones profundas y furtivas sonrisas. Tiró a la basura sus gritos y reproches. Olvidó su severidad, le perdonó y se reconcilió consigo misma. Luego, muy lentamente cerró la valija.


Salió al parque y, mientas caminaba su eterno paseo, iba envidiando los arbustos que al paso de su amor, lo rozaban y las flores que de perfumes lo impregnaban. ¡Quién pudiera...! Soñaba...


La brisa maternal, compadeciéndose de la afligida amante, secó las finas perlas saladas que, arrepentidas, una tras otra, labraban por su rostro surcos de invisible escarcha. El viento del otoño, que jugaba enredando sus cabellos, suspiraba por conseguir un amor como el de ella...¡qué grande!


Siempre cabizbaja...¡anhelaba sobrevivir para tener otra oportunidad en la primavera!



Madrid, 22 de octubre de 2008

RELATO: ¡Vida perra!


Foto robada a Kori















A Kori y a Glo

Vaya, ¡tenemos compañía! ¡Ya está aquí la amiga de Gloria! Berta me para, a veces, cuando me grita más fuerte que Gloria, la madre de Kori. “¡Haika, ven por aquí! ¡No, no te acerques a la carretera!”. A mí no me gusta que me detengan ¡Cómo me fastidia que me haga dar la vuelta! Además, ¿qué tiene ella que ver conmigo? ¡Creo que se toma demasiadas confianzas solo por haber sido profesora de Kori! Cuando veo a uno de esos bichos mecánicos que bufan apestosamente de un lado para otro, me priva lanzarme a todo pasto a desafiarlos: ¡A ver quién llega antes a las luces que cambian de color! ¿Creen que me van a ganar? Yo corro, y corro…, a veces hasta quedar exhausta. Menos mal que la mayor parte del tiempo llevo la lengua fuera, sino, ¡ya me habría muerto por falta de aliento! Siento que he nacido para no estar quieta. Yo no soy de esas que se acurrucan en un rincón a esperar que alguien les diga: "¡Vamos!". Voy de allá para acá, husmeo, olfateo todo ¡De todo me encanta enterarme! ¡Cómo gozo al ir con Kori por el campo, aunque ella es la más mandona de todas, pero yo la adoro! Es fuerte y a la vez pequeña, flacucha y frágil. Me gusta tumbarme a su lado cuando está ensimismada en sus cosas. Creo que el hecho de pasarme la mano por el pelo le ayuda a cavilar. A mí me emboba que me mesen el pelo, pero sobre todo, que me rasquen bajo la barbilla. ¡Me tiraría las horas muertas así! boca arriba, sin pensar en nada. Solo sentir su mano que me acaricia una y otra vez. Alguien podría decir que esto es aburrido. Pero no lo es para mí. Yo he nacido para ser una vaga y vivir a costa de los demás. Eso no quiere decir que no me preocupe, ni que no me esfuerce. Yo procuro hacer feliz a los que me rodean, ¿a caso no es eso un gran trabajo? No te creas que es tan fácil contentar a la gente. Unos se enfadan por esto o lo otro, otros quieren la marimorena..., pero yo siempre ahí, ¡dando el callo! Atenta a sus cabreos, sollozos, y tristezas, frustraciones..., para todo tengo un buen remedio... No me despego de ellos hasta que se fijan en que husmeo alrededor, hago travesuras..., solo para distraerles el mal pensamiento..., o rompo algo ¡que les pone más furiosos!..., pero se les olvida lo otro que les causaba el daño. Las cosas que yo destrozo no son importantes. Pero si yo percibo que a mi querida Kori le han roto el corazón, ¡eso si que no lo consiento!... Para eso es mi adorable ama y yo soy Haika, su perra fiel.

martes, 7 de octubre de 2008

CRÍTICA: PNV reclama la eliminación de la prueba de castellano en las OPE municipales

Crítica a la noticia: PNV reclama la eliminación de la prueba de castellano en las OPE municipales

Bueno, el Defensor del Pueblo Vasco ya sabe español entonces ¿para qué lo van a necesitar el resto de los vascuences? }:-D

Es mejor que los vascos sean unos incultos, que se limiten a saber única y exclusivamente vasco ¡total, para estar metidos en su pueblo no van a necesitar más! Además, para eso ya están los políticos vascos, que seguro que mandan a sus criaturitas a caros colegios de pago trilingues ( vasco/español/ inglés) ¡como poco! ...para decirles lo que tiene que pensar, cómo tienen que hablar y lo que tienen que votar...¡¡¡Y CHITÓN EH!! ¡¡O TE METEN UNA BALA O TE PONEN UNA BOMBA , POR FASTIDIAR!!!

Los nacionalistas son los que cuentan, al resto de los vascos ¡que los zúrzan!

Cuanto más analfabetos e incultos sean ¡mejor para los políticos que los manipulan!

Así serán incapaces de enterarse de lo que pasa en el resto del mundo ¡PERFECTO!

NOTA: Todo estos problemas que están dando los liliputinses a España provienen, solo y exclusivamente, de la Constitución pre-democrática que tenemos ¿cuando el voto de cada uno de los españoles va a valer lo mismo?

domingo, 5 de octubre de 2008

POEMA: Mientras duermo














Mientras duermo,
Tal vez sueño,
Tal vez canto,
O amo,
O río.

Mientras duermo,
No pienso,
No siento,
Ni sufro,
Ni lloro.

Mientras duermo,
No recuerdo...
¡Tal vez vivo!


Madrid, 5 de octubre de 2008

POEMA: Gracias a tu corazón I


Poema dedicado a mi hermana Olga.  

¡Qué tiempos aquellos! 

De historias fabulosas, 

Chistes incomprensibles, 

Terroríficos relatos, 

Hazañas y bravuconadas... 

Todos contados al mor de la lumbre, 

Con espíritus encendidos, 

Junto al fulgor de las llamas, 

Mientras el tambor giraba, 

Dando paso al delicioso perfume, 

De las castañas asadas. 

Trepando el humo se dispersaba, 

Ahumando el secado 

De los rojizos colgados: 

Chorizos, morcillas y botillos 

Entre cachuchas, orejas y untos 

Sus riestras colgaban. 

Y lentamente, como por arte de magia, 

Ennegrecidos con el tiempo se tornaban. 

Allí, apartada de la lumbre, 

La espita con las hozadas. 

Acullá, sobre los platos de la alacena, 

El chisporroteante rescoldo de reflejaba. 

Del pote del calco gallego, 

Bajo una tapadera opresora, 

Vapores hechizantes se escapan, 

Impregnando la estancia, 

Y hasta lo que los arcones, 

Entre naftalinas, 

Secretamente guardaban. 

Acá, tras los ojos de los oyentes, 

Inconfesables temores se ocultaban. 

 Tardes de siestas no cumplidas, 

Por traviesos juegos interrumpidas. 

Tras uno y otro mensajito 

A Justo y a Alfredito, 

La pared de barro y paja entramada, Poco y poco, 

Para asombro del que la observaba, 

Gracias a nuestra labor de ratas, 

Como quesos de gruyere se quedaba. 

Largas sesiones nocturnas 

De novelas por entrega leídas, 

Donde amores imposibles, 

Villanos y bellas damas, 

Nuestras mentes infantiles se disputaban. 

En maternales brazos arrullados, 

Bajos inmensos chales de lana envueltos, 

Risas, llantos, suspiros y ayes, 

Nuestros oídos virginales poblaban. 

Viejos, jóvenes y niños, 

Todos revueltos, 

Las noches invernales del filandón se pasaban. 

Días de cocer el pan. 

El horno, de redondo empedrado, 

Era comunal 

Y las madres se turnaban. 

Los roscones ...

para San Pedro, 

Las roscas ...

para Santa Marta, 

Y si sobraban huevos... 

¡Llegaba para alguna tarta! 

Olores a anises, canela y masa nos impregnaban, 

Nuestros juegos eran “Las 3 en raya”, 

Sobre las arcas de harina 

Entramados de partidas se grababan. 

Tiempos de memoria en la escuela, 

De reglazos sobre la manita desmandada. 

Mucho juego en la calle, 

Mucha vida hogareña en casa. 

De tomar la leche de la vaca, 

Y del pan untado con la nata. 

Del requesón diario, 

De mantequilla echa en la casa, 

Y de levadura madre para la masa. 

Cuando los deliciosos “brazos de gitano” 

Con anises coloreados se salteaban. 

Vida y paisaje en niebla envueltos. 

Hasta los tuétanos calando. 

La luz ni resquicio hallando, 

Las esperanzas ahogando. 

Noches enteras arrullados 

Por bronco viento bramando, 

Tras las contras se iba deslizando, 

Y entre los chopos aullando. 

Bajo pilas de mantas acurrucados 

La aurora aguardando. 

Asma, reuma, toses, fiebre alta... 

¡Y todo lo que hiciera falta! 

Con ilusión esperando 

Que el sol levantara, 

Para calentar las caritas de rosa 

Que entre lodazales correteaban. 

Tiempos de trabajo en la era. 

Construyendo mederos, pasando rastrillos, 

Aventando y limpiando el grano. 

Yuntando las vacas, 

Arando con vertedera 

Y a las tres de la mañana regando. 

De Guardias de la Benatoria controlando, 

Dentro de fantasmagóricas cabañas, 

Sobre grandes pedregales vigilando. 

De espíritus vagabundos, 

Descanso eterno para sus almas, 

Misas católicas implorando. 

 Tiempos lejanos, 

De sueños adormecidos, 

Muy hondo en el corazón guardados. Queridos y valorados, 

Pero nunca añorados. 

 ¡Dejemos las remembranzas, hermana, 

Los anhelos pasados y el sufrir! 

Tras la prórroga concedida, 

Es tiempo de volver a vivir. 

 Madrid, 5 de octubre de 2008

domingo, 3 de agosto de 2008

POEMA: Desarmada

















Tu nombre
Único que en mi mente
Una y otra vez se repite
Mientras una gran fuerza interior
Dentro de mi crece
Y hacia ti me empuja.

Tu imagen
Invade mi ser
Y hace todo en mi vibrar.
Siento mi voluntad doblegada
A ti sometida
Y entregada.

¿A dónde voló mi alma rebelde?
Que a la tuya
Con ternura
Se somete.

No encuentro mi ser
Ni mi estar
Y solo de tu presencia
Dependen.

Mis deseos
Se tornaron
En compartir
Tus ilusiones,
Tus sueños,
Tus noches
Con sus días.

¡Como anhelo
En tus ojos verme,
Hacer tu corazón latir,
Tus labios besar,
Bajo tu piel sentir,
En tus brazos amar,
Soñar,
Dormir!

¡Ay! ¿qué queda de mí,
cuando mi dicha está en ti?

Madrid, 3 de agosto de 2008

POEMA: Adiós a mi trenza

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Adiós a mi trenza 

Muy temprano, 

Esta mañana, 

Con mano firme 

Y arma de acero 

Seccioné mi largo cabello trenzado. 

Ya no quiero 

Que se esparza cada noche 

Sobre mi almohada, 

Ni que gire sin cesar 

En mis noches de insomnio 

En torno a mi rostro, 

Ni que seque mis lágrimas. 

Ni quiero sentir 

Su olor a frescura 

Que tú tanto amabas. 

Ni que a mi paso 

Se roce con otros seres 

¿Podrían apreciar en él 

La belleza que tú le encontrabas? 

Ya no me sirve 

Para cubrirte con él 

Mientras te lleno de besos. 

Ya no se enredará más entre tus dedos 

Mientras me repetías. 

“¡Me encanta tu pelo! 

Niña, no te cortes el pelo. 

¡Qué bien huele! 

¡Tan negro! 

¡Qué suavidad tiene! 

¡Cómo me encanta!” 

 Ahora, trenzado, y sin vida, 

Yacerá para siempre, 

Como tú, mi amor, 

Encerrado en su caja, 

Mudo testigo de mi dolor, 

Símbolo de lo que de mí te llevaste, 

Para siempre, contigo. 

 

***ESCRITO en Madrid el 27 de agosto de 1994. Lo incluyo aquí por ser este el último poema que escribí antes de comenzar este blog.***

domingo, 27 de julio de 2008

POEMA: Eres tú el hombre que amo
















Si tú eres el hombre que amo
Tendrás que ser mi amigo
Y buscar mi amistad.
Deberás decirme NO cuando lo consideres conveniente
Y SI cuando yo tenga la razón,
No me ocultarás tu llanto cuando estuvieses dolido
Y dejarás correr mis lágrimas para mi desahogo,
Me tenderás tu mano para apoyarme
Y no rechazarás la mía cuando te la ofrezca,
Corregirás mis equivocaciones
Y aceptarás mis correcciones ante tus yerros,
Alabarás mis éxitos
Y te alegrarás de que me sienta orgullosa de los tuyos,
Me llenarás de besos aún cuando esté enfada contigo
Y aceptarás los míos aunque te haya incomodado,
Me darás explicaciones cuando me sienta confundida
Y me las pedirás cuando estés confuso,
Confiarás en mí
Y harás que yo confíe en ti,
Me preguntarás cuando no comprendas mi comportamiento
Y contestarás a mis preguntas cuando no entienda el tuyo.
Me amarás ante mi deseo por ti
Y aprenderás a despertar mis deseos para contigo.

No tendrán que importarte
Ni mi peso,
Ni mi edad,
Ni mis lunares,
Ni mis arrugas,
Ni mi piel morena,
Ni mi baja estatura,
Ni mis pequeños senos,
Ni mi falta de maquillaje,
Ni mis canas,
Ni mis ojeras,
Ni lo que visto,
Ni como calzo.

No trates de convencerme sobre
Tus ideas políticas
Porque tengo las mías,
Ni sobre tú religión
Porque no creo en ninguna.


Te miraré
Con la más enamorada de las miradas.
Te hablaré
Con el más tierno de los tonos.
Te amaré
Con el más valiente de los corazones.
Te obsequiaré con
La más luminosa de las sonrisas.
Te acariciaré con
La más suave de las pieles.
Te pensaré
Con los más hermosos pensamientos.

Por ti seré
La más arriesgada,
Bella,
Cariñosa,
Inteligente,
Y apasionada.
La más maravillosa entre las amantes
Me tornaré.

Lo siento mi amor...
Pero tendrás que soportar
Mi devoto vientre buscando al tuyo,
Mis manos ensortijando tus cabellos,
Mis cálidos labios rozándote aquí y allá,
Mis indagadoras manos descubriendo tu piel,
Mis fogosos muslos cubriendo tus oídos,
Mis interminables abrazos rodeándote,
Mis maternales rodillas acunándote,
Mis juguetones pies merodeándote,
Mis ardientes pupilas indagándote,
Mi ardiente cuerpo invadiéndote.

¡Ay, mi amor
Cómo necesito
Que tu cautivadora mirada
Me hechice,
Que tus juiciosas palabras
Me persuadan,
Que tu tranquila voz
Me calme,
Que tus ardientes besos
Me cautiven,
Que tus cálidas manos
Me acaricien,
Que tus fuertes brazos
Me protejan,
Que tu pasión
Me arrebate,
Que tu voluntad
Me conquiste!

Quiero
Hacer míos tus problemas,
Y que te preocupes por los míos.
Quiero
Compartir contigo mis amigos,
Y que aceptes a los míos,
Necesito
Amar a tu familia,
Y que aceptes a mis hijos.
Quiero
Adoptar tu hogar como mío
Y que te sientas dueño en el mío.
Necesito
Crear contigo mi nuevo mundo
Y ser artífice del tuyo.
Quiero
Construir contigo mi futuro
Y que me hagas participe del tuyo.

Te quiero
Tan sincero y libre
Como yo lo sea,
Tan cuerdo o loco
Como yo me sienta,
Tan respetuoso o fogoso
Como yo te trate,
Tan tierno y juguetón
Como yo me muestre.

Necesito que seas
El más responsable de los profesionales,
El más comunicativo de los hombres,
El más divertido de los compañeros,
El más apasionado de los amantes,
El más digno de mi confianza,
El mejor de mis amigos.
¡Eso es TODO lo que necesito de TI!

¿Te atreverías...?


Madrid, 28, julio, 2008

viernes, 25 de julio de 2008

REFLEXIÓN : Sobre "El amor romántico, última utopía de la postmodernidad"

 

La novia Foto Cela(1976)  

DEDICATORIA: A Coral Herrera Gómez, una de mis mejores, y más románticas, ex-alumnas, con todo mi amor.

Querida Kori,
ante todo mis felicitaciones por haber conseguido que publicaran tu primer artículo. Lo encuentro muy interesante, y ha conseguido suscitar en mí algunas ideas sobre lo que expones en él.


 

 

 

El amor y la soledad

Muchas personas dicen que es muy duro estar solo, y te puedo asegurar por experiencia propia que es cierto. Pero también se puede aprender a disfrutar del encanto que puede tener la soledad: tiempo para leer, pasear, observar lo que nos rodea, reflexionar, sentir la naturaleza, escuchar el latido de la vida, etc. Me gusta estar con gente, y mucho más si lo estuviera con un ser amado que me correspondiera, pero seguiría necesitando momentos para estar sola y reencontrarme a mí misma.


El amor y las uniones en pareja

Me da la impresión de que los seres humanos -que no tenemos un pelo de tontos- hemos optado por amarnos en pareja porque a efectos prácticos da mejores resultados. Tal vez eso simplifique las complicadas relaciones humanas y sea una defensa y un refugio contra las agresiones del mundo fuera de la vida en pareja. Si amas a alguien necesitas confiar plenamente en esa persona. De hecho las parejas se rompen cuando esa confianza mutua se quiebra y entra en juego la mentira. Sería más complicado si la confianza se tuviera que basar en varias personas. Además, a todos los seres humanos nos gusta sentirnos únicos e irrepetibles, y como tales, ser amados. No conozco a ningún amante que no quiera ser amado en exclusividad, y los celos –en mayor o menor medida- parecen formar parte de la relación amorosa. Es decir, que el amante « necesita » que el ser que ama no pueda relacionarse con otros de la misma forma que lo hace con él/ella. Eso es lo que le reafirma en su seguridad de ser amado por esa persona. El amor monógamo y heterosexual también se da en muchas especies animales, y probablemente sea también el producto de conclusiones prácticas que se han considerado más útiles para la supervivencia. Me limito a no mencionar las ventajas higiénicas y de salud que estas conllevan y que los humanos le han atribuido a lo largo de la historia.


El amor y la heterosexualidad

Este tipo de amor debió de surgir después de la comprobación práctica de que las relaciones homosexuales (hombre-hombre/ mujer/mujer) no daban como resultado la fertilidad. Los seres humanos, además de la lucha por la supervivencia, buscamos la eternidad. Es decir, algo material, -« plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro »- que trascienda al mundo cuando nosotros dejemos de existir físicamente. Durante muchos siglos, los humanos seguramente consideraron que solo dejaban su huella cuando habían procreado. Pero la función exclusiva que cumplía la procreación ahora puede ser sustituida o compartida por distintas manifestaciones artísticas, y muchos se centran en sus carreras en vez de en tener hijos, dejando su huella indeleble en la cultura.



El amor y la autorrealización

No creo que el amor deba basarse en la búsqueda de la « autorrealización ». Te autorrealizas a medida que creces. Si la pareja progresa junta y en la misma dirección –compartida en común- es más probable que se mantenga unida. Pero si cada uno se realiza tomando distintos derroteros, cuando se acabe la etapa del enamoramiento – al fallar la química- el amor y la magia desaparecerán porque no habrá quedado nada que compartir. Por eso buscamos semejantes o afines, y solo será química que no perdurará cuando la relación se base en los « polos opuestos que se atraen ». Soy de la opinión de que los enamorados siguen siendo dos seres solitarios que, caminando por la senda de la vida libres, se mantienen unidos voluntariamente, para intercambiar puestas en común donde realizan pequeñas proezas que hacen feliz al otro.



El amor y la cotidianeidad

El amor no debe salvarnos de la cotidianeidad, más al contrario, debemos darnos cuenta en el amor que hay en los actos cotidianos compartidos. Un acto cotidiano, se torna en extraordinario si hace feliz a alguien. Nada de lo que hacemos por el ser que amamos, debería ser considerado vano ni aburrido. El amor debe estar lleno de creatividad, juego y complicidad mutua. Lo que torna lo cotidiano en mágico.



El amor y la brevedad

La etapa del enamoramiento es breve, solo dura mientras hay química –no más de cinco años, según los estudiosos- pero el amor puede durar mientras el amante viva, y aún más allá de la propia vida del ser amado, que a su vez puede ser sustituido por otro pasado un tiempo. El amante podrá amar un nuevo objeto amado de la misma forma que amó al otro anteriormente, porque la capacidad para generar amor está en el amante que acaba atrayendo al objeto de su amor hacia sí. Hay personas que no saben amar porque creen que deben darlo todo sin recibir nada a cambio, u otras, al contrario, que lo quieren todo sin aportar nada. Ambas formas de amar resultan frustrantes para el amante. En el amor es tan importante saber recibir como saber dar. En el amor no deben tener cabida el egoísmo ni la abnegación. El amor perdurable debe basarse en un « toma y daca ». Creo que amor y utopía son incompatibles. El amor se basa en una relación mágico-química que debe tener los pies bien asentados en la tierra. No es una moda a seguir ni tiene porque conllevar obligatoriamente fecha de caducidad. Y contradiciendo a Neruda, creo que: El amor puede ser eterno, el ser amado perecedero, y solo ama quien tiene capacidad para hacerlo y está dispuesto a ello.


Besitos.

sábado, 19 de julio de 2008

FELICITACIÓN: Desde España a New York con amor...












Querida Nataly,

He recibido con gran alegría la fotografía de tú boda.

Estás guapísima con tu traje español.

Creo que la diadema –gracias por ponértela- te hace aún más jovencita.
¡Estás radiante!

Me encanta la cara de amante protector de tu reciente esposo. ¿Quién te hubiera dicho, que gracias a Internet encontrarías de nuevo el amor?...Tu esposo no parece nada ruso, sino que lo encuentro muy positivamente americanizado...¡Eso es bueno! Debes sentirte muy dichosa de haber encontrado a un hombre tan maravilloso en la edad madura. Te lo mereces por bonita, inteligente, buena persona... y porque estás llena de gracia y de vida. Os deseo que viváis una vida muy larga y llena de experiencias maravillosas juntos.

¡Que guapo y orgulloso de su madre se ve a Miguel!

Os auguro una vida llena de felicidad.


Con todo mi cariño desde España.

Berta

jueves, 17 de julio de 2008

REFLEXIONES: Dehesas revisitada.











Dehesas se extiende adormecida junto a la vereda del Sil aurífero y, abrazada por milenarias montañas bercianas, oculta su belleza exhuberante entre frondosas choperas.


Hacía cinco años que no iba a mi pueblo natal -Dehesas- , no porque no me guste, sino porque opté por no seguir haciéndome daño con algo que era irreparable.

Me alegro me haber superado y liberado de ese profundo sufrimiento, que me había durado tantos años, al ver a seres tan amados para mí -como mi madre y mi difunto esposo, entre otros- atrapados bajo la frialdad de una lápida. Mi madre falleció el 2 de febrero de 1987, y cuando aún no había superado el hecho de haber perdido su presencia física –que no espiritual- sobrevino el fallecimiento de Vicente, el 2 de julio de 1994. Todo el mundo dice que teniendo dos hijos todo es más llevadero...Para mí los seres que se han cruzado en mi vida, y han dejado su huella en ella , de alguna manera, permanecen adormilados en el recuerdo. Todos, en algún momento, me son necesarios. Ningún sentimiento es equiparable a otro, aunque sí superable, al igual que todos los seres humanos somos diferentes y únicos.

En este viaje he tenido hermosas experiencias que creo que provienen de una nueva visión personal del mundo que me rodea.

He disfrutado de la belleza del cielo de Castilla después de una tormenta. Me paré a recorrer detenidamente, desde la ventanilla del autocar, las nubes blanquecinas hinchadas, y a ver más allá de sus mágicas figuras de ensoñación, sobre un cielo de azul profundo y brillante. ¡Me encanta el color del cielo español!

Caminé desde la casa de mis primos hacia la de Elena – la mejor amiga de mi madre- por el viejo camino – ahora asfaltado – que me llevó hasta las viejas escuelas – ahora sólo esqueléticas y esperando un nuevo destino. Sentí los olores provenientes de la espesura formada por las zarzamoras, los helechos y un gran entramado de matorral frondoso...- que me traían envueltos recuerdos de mi niñez. Me dejé arrullar por la suave brisa que agitaba los chopos -produciendo sonidos que siempre habían sido de inquietud y temor para mí- ahora me parecieron sólo lo que son – la música de la naturaleza que nos acompaña en nuestros paseos por el campo.

Me alegré de ver que Elena también – después de haber perdido a sus dos hijos y a su mejor amiga, mi madre- se ha recuperado. Ahora es sabia, calmada, ha vuelto a ser alegre, y sigue siendo la persona más generosa y comprensiva que he conocido. No me preguntó: ‘¿Porqué no has venido en tanto tiempo?’ Yo le agradecí su largo abrazo cálido y silencioso. Luego me dijo: ‘Déjame que me cambie, y si quieres vamos al cementerio’. Ella ha heredado el espíritu de esas mujeres que están firmemente asentadas en la tierra, que siempre están ahí cuando tú las necesitas...que sustituyen a las madres, a las esposas, a las hijas y a las amigas cuando ellas se van para siempre. Su olor me trajo a la memoria el regazo materno, donde nada me faltaba.

Presencié el grave deterioro al que mi tío Alonso, de 85 años, está siendo sometido por su Alzheimer y su Parkinson, y junto con él la terrible depresión de mi tierna y paciente tía Aurora – y la que comprensiblemente se le está acabando la paciencia. Me gustó ver como mi primo Leoncio recoge a su padre en su coche para llevarlo a recorrer el Bierzo cada mañana de domingo. Creo que es un detalle que demuestra su valor como hijo y como ser humano. Disfruté de las aventuras de mi tío, en su Centro de Día, detalladas con gracia por mi prima Choni, y de cómo un hombre que apenas pudo ir a la escuela, ahora ha encontrado el maravilloso estímulo del aprendizaje en los ejercicios sencillos de un bebé de guardería. ¡Ah...y no quiere volver a casa sin terminar sus tareas! ¿No es fantástico?

Dormímos – mi hijo y yo – en las antiguas camas heredadas por mi madre, en la parte más alta de la casa de mis primos, desde donde se divisan mejor las perennes montañas del Bierzo...a las que llevo grabadas en mi retina, vaya donde vaya...

Recorrimos el Barrio de Abajo, encontrando a las antiguas amigas de mi madre, repitiéndome la eterna cantinela: ‘¡Ay, eres Isabelita...cuanto tiempo! ¡Estás como siempre!

Las novedades incluyeron: quien había muerto en estos años, pocas bodas de gente que ya no conozco, el cambio de la Cruz donde se junta el Concejo, y el enfado de Elena porque trasladaron la fiesta de San Pedro y este año no se celebró – como siempre- en el Campo sino cerca de la discoteca, porque según ella: ‘¡Ya no hay respeto a nada..el dinero manda, querida!¡ Pero a mí no me la dan!...Mira, aún así..¡varias personas vinieron a comer mi rosca!’ Y , hay que reconocer los poderes misteriosos de su rosca – una vez que la pruebas ya estás enganchada a ella...¡para siempre!

Dehesas en un hermoso pueblo para nacer, vivir y dormir el sueño eterno. No me extrañó cuando la primera vez que Vicente llegó él me dijera: ‘Berta-Isabel, por favor, cuando me muera tráeme aquí. Me gustaría estar aquí para siempre. Esto es tan hermoso, tranquilo..¡y todo huele tan bien!’ Espero que esté feliz por eso...Ahora – dejada atrás la impotencia y la desesperación, quiero emprender un nuevo sendero. Me siento bien de que mi pueblo acoja y conserve la memoria de mis seres queridos.

Madrid, 17 de julio de 2008

jueves, 10 de julio de 2008

CRÍTICA: Manifiesto ¿por qué?

La Academia Francesa de la lengua ha expresado su inquietud y reservas ante el hecho de que se haya planteado, por parte de los legisladores franceses, el reconocimiento en la Constitución francesa de las lenguas regionales (unas 72) que se hablan en Francia.

Seguramente la Academia del país vecino quiera prevenir antes que curar aplicándose uno de nuestros sabios refranes que dice “Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”. Después de haber observado la degradación a la que la lengua oficial de España está siendo sometida, no es de extrañar que los académicos franceses expresen sus fundadas reservas al respecto.

Los franceses tienen, debido a sus larga andadura democrática, muy claro lo que quieren para su nación y cual es su lengua común, y además gozan de la ventaja de que nadie les puede acusar de “franquistas”. Aquí aún hay muchos que no saben lo que significa ser español ni demócrata. Después de 30 años de régimen pre-democrático, nos encontramos en la paradoja de tener que redactar o firmar un manifiesto en defensa del idioma común de todos los españoles -y de nada menos que de más de 450 millones de personas en el mundo-, porque lo establecido en la fracasada Constitución de 1978, sobre la lengua oficial en España- es vulnerado por los gobiernos autonómicos, con la complicidad del gobierno de la nación y las altas instancias judiciales.

Es obligación de todas las instituciones de un Estado, velar por el cumplimiento de la ley, que incluye el derecho de todos los habitantes de esa nación a expresarse y a recibir educación en la lengua oficial del Estado. Y esto no se da en España. Porque este derecho se nos está negando habitualmente en Cataluña, el País Vasco, Comunidad Valenciana y, ahora también en Galicia, donde se nos trata como a extranjeros en territorio nacional, con la complicidad del poder judicial y de todos los gobiernos que hasta ahora hemos sufrido los españoles.

¿A quienes perjudica más esta situación? Como siempre a las clases más desfavorecidas. A las se les está prohibiendo el derecho a la educación y el acceso a millones de fuentes de información (¡102 millones de usuarios utilizan Internet en español!). Mientras que la oligarquia de las Comunidades autónomas se aseguran de que sus hijos reciban educación bilingüe.

¿Porqué hemos llegado a esta situación? Porque en España no tenemos Estado de Derecho, ni régimen democrático, puesto que no existe independencia del poder judicial, ya que sus miembros son nombrados por los gobiernos de turno, al más puro estilo dictatorial. Y siguiendo esta tendencia dictatorial actúan los gobiernos autonómicos, tratando de imponer por la fuerza la lengua co-oficial de su autonomía, en detrimento de la oficial común.

¿Porqué contra el español y no contra el inglés? Se preguntarán muchos... porque ustedes pueden encontrar en inglés -pero no en español, absurdamente- la mayoría de las páginas web de los organismos oficiales de estas Comunidades autónomas. No tengo nada en contra de ninguna lengua – y pienso que cuantas más sepamos mejor- pero sí creo que es necesaria la defensa y el fomento de la lengua propia de todas las comunidades autónomas de España. de la cual reniegan los gobiernos autonómicos-, que es en la que nos entendemos todos los españoles.

Madrid, 9 de julio, 2008

Para leer el "Manifiesto por la lengua común"

¿Quieres saber cuántos lo han firmado hasta ahora o deseas adherirte a él? Entra aquí

Se han concedido permisos para que este artículo sea publicado en la web de UPyD

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martes, 24 de junio de 2008

CRÍTICA: Cómo cargarse una lengua y su cultura








En respuesta a esta noticia:
NUEVO EPISODIO DE IMPOSICIÓN DEL CATALÁN - La Generalidad cierra una emisora extremeña en Barcelona por emitir en castellano

El hecho de que un GOBIERNO TOTALITARIO - como lo son, por sus principios, TODOS los NACIONALISTAS- cierre una emisora de radio no es algo que nos debería extrañar.

Ahora ha sido una emisora. Luego vendrán otros cierres (empresas, ceses en puestos de trabajo, cargos, etc.) con la disculpa de que el tendero/ funcionario/ profesor, etc no habla catalán.

Los políticos catalanes hace mucho tiempo que solo se sienten españoles cuando tienen catástrofes...entonces SÍ que piden ayuda a SU PAÍS...es decir ESPAÑA.

De lo que no se dan cuenta, estos políticos con pensamientos feudales, es de que no hay nada peor para una lengua que tratar de imponerla por la fuerza. Al catalán, y al resto de las lenguas autonómicas españolas, las están matando los propios POLÍTICOS de esas mismas autonomías, ya que las quieren imponer contra viento y marea a poblaciones que no las sienten como suyas. Hablarás un idioma si es tu lengua materna o porque lo quieras aprender por voluntad propia...JAMÁS lo aprenderás cuando te ha sido impuesto por la fuerza - por mucha razón que la FUERZA quiera tener- así que lo más probable es que acabes odiándolo, y junto con él, la cultura que representa.

Cuando fui a vivir a Galicia, a los 8 años, me pegaban mis compañeras en los recreos acusándome de extranjera porque no sabía gallego. Luego hice una buena amiga, comencé a escuchar a mis vecinos y a otras personas del pueblo, y poco a poco acabé comprendiendo lo que ellos hablaban. Cuando ya me hube ido de Quereño –la aldea donde vivía, dónde casi ningún nativo, por entonces hablaba español-, a los 15 años, me entró la curiosidad por saber más sobre el gallego y el deseo de conservar aquella lengua adoptada, y comencé a leer en ese idioma.

Ahora leo con más o menos frecuencia la obra de Rosalía de Castro, artículos escritos en gallego, o escucho, de vez en cuando, emisoras o cadenas en gallego, y me alegro de poder comprenderlo, o de hablarlo cuando tengo oportunidad.

Por mi experiencia, deduzco que las lenguas deben ser adoptadas por los extraños a ellas de forma natural, voluntaria, paulatina, y con predisposición positiva para que lleguen a ser amadas por ellos, al igual que la cultura que estas conllevan.


domingo, 27 de abril de 2008

RELATO: La brisa















Miró por la ventana enrejada.

¡Qué maravilloso estaba el trozo de jardín, que se divisaba en la franja que iba de un extremo a otro de la ferruginosa celosía!

El césped se extendía como una brillante alfombra verdosa, donde los pies de los que entraban y salían, iban dejando una huella, que solía desaparecer a los pocos segundos. La naturaleza se apresuraba a borrar todo rastro de humanidad sobre él...¡también podrían, mejor, encaminarse por el sendero empedrado! Pero algunos se empeñaban en irrumpir la solitaria quietud que solía reinar bajo el gran sauce llorón.

En aquel instante el gran árbol se dejaba mecer suavemente, soltando al viento sus colgantes mechones, los iba entrelazando unas veces y desenmarañando otras, de un lado a otro, una y otra vez. A él le atraía aquel vaivén. Podía pasarse horas con la mirada fija, como embrujado por aquel movimiento cinestésico. Nunca podría aprendérselo de memoria. Unas veces furioso, otras lento... a veces inclinado el árbol hacia un lado otras hacia el otro... unas veces agachándolo otras elevándolo... pero siempre imprevisible.

A él le hubiera gustado saber más, ir más lejos con la vista, pero no alcanzaba.

Pestañeó, carraspeó, pero no estaba seguro de si su carraspeo había sido perceptible, tragó saliva, notó sequedad en sus labios...¡agua, necesitaba agua! Había un surtidor justo detrás a la derecha, junto a la pared, recordaba... necesitaba volverse... quería que su piernas obedecieran sus órdenes... lo intentó, una y otra vez... pero todo fue en vano...

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿tenía aún el tiempo sentido?

Los verdes se fueron tornando cada vez más oscuros, lenta, pero irremediablemente, hasta que los colores se volvieron opacos, y luego llegaron las sombras, el cese del ir y venir, el viento se cansó de fustigar. El sauce dejaba caer sus melenas lánguidamente y empezó a moverse con pereza.

La luz de la luna entró a iluminar la estancia.

Debía de haberse quedado adormilado. Ahora sus manos se veían resaltadas por la luminosidad que les caía de fuera. Las había visto, un día tras otro tornarse cenicientas y como sarmientos, ¡extraño el un hombre de 35 años! De nuevo la terrible sed...el intento de acercarse a la fuente... Se abrió la puerta... El dulce y amable rostro de la joven de blanco se inclinó hacia él. Sus hermosos cabellos rubios casi se posaron sobre su hombro. Luego le miró de frente, adivinando su sonrisa. Sabía que le estaba diciendo algo ¿pero qué? Notó el roce suave, como de un pañuelo, limpiando con esmero sus párpados y sus lagrimales...umm! ella siempre le olía a trigo recién cortado -¿cómo sería el tacto de sus cabellos?...de seda, seguro- pensó él. Notó que ella comprobaba si aquel líquido transparente que bajaba sin cesar, invadiendo su cuerpo, estaba en su sitio.

Luego desapareció la visión del ventanal. Vió la fuente al fondo. Todo giró. Ella lentamente lo sujetó por debajo de los hombros. Lo arrastró hacia arriba. Lo despegó, y lo lanzó con cuidado pero con fuerza y energía hacia la superficie blanca, estirada, con olor a limpio, y lentamente extendió todo su joven cuerpo sobre ella. Ahora el techo era su horizonte. Lo cubrió con cálida blancura. Le inclinó la cabeza dejándolo un poco ladeado...ah! de nuevo su mirador. Siempre le producía una sensación de inseguridad perder su vista... Necesitaba saber que el sauce le acompañaba día y noche..y su interminable movimiento le mecía en sueños.

Ella se acercó a la cristalera, dejó caer el cierre hermético, y ...¡por fin! una nueva atmósfera invadió el cuarto enrarecido llenándose de oxigeno fresco. Cuando ella se apartó del frente, una suave brisa llegó hasta su rostro, acariciándolo y reconfortando todo su ser y su espíritu. Era el ritual esperado cada noche, la droga que no le podía faltar. Aquella brisa era lo único que daba sentido a su vida.

Ella volvió a acercarse a su rostro. Esta vez limpiando el contiguo flujo que solía salir de entre sus labios día y noche. Dejó con cuidado, bajo su mejilla derecha, una tela suave y cálida. Él sabía que lo estaba mirando de frente y diciéndole algo otra vez, porque notaba la calidez de su aliento...pero la oscuridad le impedía ahora vez su rostro. Cuando acabó de limpiar su boca, ella indudablemente se dirigió a la puerta. La abriría despacio, como si tuviera miedo de que él pudiera escucharla. Luego él adivinó que desaparecía, como cada noche, tras la puerta...

De nuevo regresó la suave brisa... acariciando su piel... Aquella era sólo suya...la tenía sólo para él toda la noche, ... y hasta temprano por la mañana.

Madrid, 27, abril, 2008

sábado, 29 de marzo de 2008

CRITICA: Las hermanas Bolena














Las hermanas Bolena dirigida por Justin Chadwick, es una película basada en la novela epónima de Philippa Gregory, La otra Bolena, donde abundan los errores históricos.

En ella se nos demuestra cómo el triángulo de las Bermudas formado por la invisible línea que va desde las femeninas axilas hasta dónde comienzan los muslos de una mujer, puede hacer desaparecer el mejor cerebro amueblado de un hombre, como podría serlo el del culto Enrique VIII, Eric Bana, tragando su capacidad de raciocinio, y conduciéndole a un profundo abismo de negación de sí mismo, a la violencia gratuita, y a una crueldad innecesaria.

Ana Bolena, Nataly Portman se nos revela cómo un personaje histórico manipulador, vengativo que no se para ante nada para conseguir llegar al poder, justo lo opuesto que su hermana María.

Esta película nos hace ver en María un personaje digno de mayor profundidad de investigación para los curiosos, que descubrirán que no tiene mucho que ver con el de la película. Pero Scarlett Johansson hace de ella un retrato soberbio. Dando la apariencia de una delicada, y más que hermosa, joven inexperta con un carácter interior fuerte y determinante, incapaz de ser corrompido por las maquinaciones de los cortesanos, ni por los intereses de su propia familia. Donde solo la madre de ambas, Lady Isabel Howard, Kristin Scott Thomas, es consciente de la ruina que el futuro traerá para todos ellos.

Es una película muy bien dirigida, unque no se la puede tildar de película histórica. En la que los diáologos son cuidados, los escenarios están perfectamente ambientados tanto interiores como en los exteriores, el vestuario es muy rico, detallado y fiel a la época, así como el papel del peinado y el simbolismo del pelo largo y suelto en una mujer de aquella época.



Si te interesa el tema de los Bolena u Enrique VIII, hay otra película británica de tinte más histórico, dirigida por Charles Jarrott en 1969, Ana de los mil días que también debes ver.






miércoles, 27 de febrero de 2008

RELATO: La cocina arabesca















No tuve más remedio que asomar mi cabeza por la luminosidad que proveía de aquella puerta, que alguien en un descuido había dejado entreabierta. Había, abajo, en el centro, junto a los fogones un hombre de espaldas atareado. Sin pensarlo dos veces bajé sigilosamente la escalera de madera en dos tramos sin atreverme a poner mi mano izquierda sobre aquella maravilla contorneada de pasamanos. Cuando el hombrecito chino delgado y moreno, que estaba enfrascado en una carrera endiablada cortando desenfrenadamente todo tipo de verduras y colocándolas artísticamente en distintos recipientes, se percató de mi presencia:

- Lo siento, yo...

-Si...bueno. No sabe tu estás aquí. No veo nada. OK?

- Si, si...gracias. Es sólo un momento.

Y comencé la vuelta más alucinante a la fantasía artística que alguien haya podido imaginar por aquella enorme cocina alargada, forrada de filigrana de madera noble por todas partes, excepto por los grandes ventanales a su izquierda de la entrada que daban a un hermoso patio con un cuidado jardín interior. Creo que durante todo el recorrido no pude cerrar mi boca de la admiración que me producían aquellas hermosas figurillas, ramas y hojas, que con tanto esmero habían sido talladas en los paneles que lo cubrían todo. Me habría pasado más de un año viéndolas con detalle y no habría terminado de descubrir todas sus escenas: estanques, aves, árboles, pagodas, castillos, cottages, chozas, todo tipo de paisajes diferentes con sus correspondientes labriegos y moradores realizando sus faenas cotidianas. Todo un mundo de diversidad visto por el ojo de un inspirado artista inglés del siglo XIX. Los bajorrelieves, la faja que cubría las grandes ventanales por los cuatro costados, y los círculos en el techo que adornaban las salidas de la luz, formaban un mundo en miniatura, exultante y armonioso Y todo aquello estaba destinado uso particular! ¿Cuánto no hubieran dado los visitantes de aquella casa museo por poder contemplar aquella joya singular y única? Pensé yo. En mis reflexiones no me di cuenta de la entrada de una mujer de unos sesenta, alta y fuerte, con moño y delantal. Toda de negro, que portaba una oca bajo su brazo. La vi cuando ya estaba introduciendo a la pobre ave en un recipiente con agua hirviendo. Al rato la sacó dando estertores. Ella, impávida, comenzó a arrancarle el plumaje. Me acerqué:

- pero si está aún viva!...

- Clarrrro! Si se pelan muerrrrtas su carrrrne pierde saborrrr ¿no lo sabía?

Y la que resultó ser alemana siguió con su tarea. Yo iba a decir algo sobre la crueldad con los animales, pero en aquel mismo instante bajaba, a duras penas, por la escalera un hombre de cara sonriente, rojizo y más que rechoncho.

- ¿qué, ya se nos coló otra curiosa?

- Bueno...yo sólo quería...

- Aquí no se puede bajar. Esto es privado.

- La verdad es que necesitaba entrar al servicio y me confundí....

- Si claro...pero tiene que irse ya.

No tuve más remedio que empezar a subir la escalera de la abrillantada cocina que debía de tener varias personas toda la noche sacándole el brillo a aquellos infinitos recovecos dónde no había ni una sola mota de polvo.

Mientras se introducía hacia la puerta que estaba a la izquierda de la escalera, dando a lo que yo había supuesto que era la despensa - No -contestó el hombrecillo a mi última curiosidad- madera viva, no ensusiar. Siempre mismo. Nadie limpiar. Jurar verdad.

Madrid, 4-07-2006

miércoles, 13 de febrero de 2008

POEMA: Love's Philosophy, SHELLEY - Traducción


 


Love's Philosophy  by Percy Bysshe Shelley
(1803-1882)

To my family in Brasil

The fountains mingle with the river,
And the rivers with the ocean;
The winds of heaven mix forever,
With a sweet emotion;
Nothing in the world is single;
All things by a law divine
In one another's being mingle;--
Why not I with thine?

See! the mountains kiss high heaven,
And the waves clasp one another;
No sister flower would be forgiven,
If it disdained it's brother;
And the sunlight clasps the earth,
And the moonbeams kiss the sea;--
What are all these kissings worth,
If thou kiss not me?


TRADUCCIÓN:

A mi familia en Brasil

 
La filosofía del amor 

 Las Fuentes se confunden con el río,
Y los ríos con el océano;
Los vientos del cielo se entremezclan por siempre,
Con una dulce emoción;
Nada en el mundo está desparejado;
Todas las cosas por ley divina
Entre una y otra se van mezclando;--
¿Porqué no yo contigo?

¡Mira! Las montañas besan al alto cielo,
Y las olas se atrapan unas a otras;
Ninguna flor hermana sería perdonada,
Si a su hermano desdeñara;
Y la luz del cielo abraza a la tierra,
Y el rayo de luna besa al mar;--
¿De qué valen todos esos besos,
Si tú no me besas a mí?

lunes, 11 de febrero de 2008

RELATO: El cuarto de harina








A Conchita, mi amiga desde la infancia.

“El señor, T. ha muero. ¿Quieres venir conmigo al velatorio?”

Le dio un vuelco el corazón. Ella se agradeció a su madre que le pidiera que la acompañara.

Se pondría su mejor ropa de fiesta. El vestido blanco de vuelo que había adornado con bonitas pegatinas, su chaquetita de percal y los últimos calcetines de ganchillo que su tía le había hecho para los domingos. Toda de blanco. Le sacó bien el brillo escupiendo sobre sus zapatitos de charol negro antes de ponérselos. Se hizo las coletas y se aseguró que los lazos de seda rosa estuvieran en su justo medio. Quería celebrar la ocasión.

Sólo estaban la recién viuda y su hija, que había venido de la ciudad donde estudiaba Magisterio. Les dieron el pésame y su madre se sentó en silencio en una de las sillas frente a los pies del fallecido.

La niña se sentó junto a su madre. No paraba de mover sus pies que colgaban de la silla, aunque no era demasiado baja para tener sólo diez años. Su madre la miró en señal de reproche para que parara. Ella saltó del asiento y se acercó al féretro.

Allí estaba aquel hombre de unos 55 años. Casi calvo. No parecía ser feo. Sus labios eran carnosos, ahora sellados, antes siempre, sin saber porque, le sonreían amablemente. Sus ojos, ahora cerrados, habían sido azules claro, de mirada fría, distante que había usado para mirarla siempre de arriba abajo. Ahora su barba blanca y recia apuntaba a salir, raro en él. Llevaba un elegante traje negro con corbata y camisa blanca. Le parecía extraño que hoy no llevara su habitual chaqueta marrón de punto con bolsillos a ambos lados, ni su pantalón gris con cinturón subido de cintura que dejaba siempre ver sus calcetines blancos por encima de sus zapatos marrones y enormes.

Deseó meter su dedo en la mejilla inerte. Sólo quería asegurarse de que no abriría los ojos, de que no se sentaría de repente en su féretro, de que no se levantaría…Pero no se atrevió, se limitó a dar una vuelta alrededor de la caja. Quería fijar aquella imagen inmóvil para siempre…sólo para asegurarse.

Se sentó de nuevo. Esta vez tuvo cuidado de no hacer ningún ruido y permaneció tranquila observando de vez en cuando a las asistentes que no le parecieron especialmente tristes sino más bien lo contrario. Desvió su mirada hacia las esquinas de la habitación, luego al reflejo de las velas en el cristal de la ventana con las contras de madera abiertas que dejaban entrar la noche.

Las insinuantes figuras reflejadas por la luz amarillenta la arrastraron a la ensoñación. Sintió un escalofrío. Creyó ver al difunto moverse. Sintió como su vello se erizaba. Cerró los ojos y sintió de nuevo su aliento acercándose a su cuello frágil. Sintió un latigazo disparado desde su oído derecho que le recorrió toda la espalda. Quedó paralizada, como atrapada en una red invisible. Él se acercó lentamente por detrás e introdujo sus manazas suavemente por debajo de sus diminutos hombros y las colocó sobre sus botoncitos. Sus pechos habían empezado a crecer, sin su permiso, como algo imparable, para su vergüenza. La apretó contra sí. Ella notó algo turgente sobre su espalda que provenía de su entrepierna. Su cabeza se inclinaba sobre su hombro y empezó a rodearla firmemente. Reaccionó. Con un fuerte empujón se deshizo del lazo de fuego. ¡Y corrió, y corrió…casi sin ver el camino…enloquecida…el corazón queriendo salir por su boca…El sol quemaba a aquella hora de la siesta…Su garganta seca le impedía gritar…mamá!!, Mamá! …Por favor, mamá! …pero su voz no salía…estaba muda! Las lágrimas y la fuerte luminosidad no le dejaban ver la vía. No había parado de correr hasta que tropezó con los raíles… No sabía dónde estaban sus manos. No supo dónde metía los pies hasta que los miró porque no los podía sacar de entre las vías que acaban de cambiar su dirección. No podía sentir el dolor del golpe que su frágil y pequeño cuerpo recibió sobre el acero. De bruces, levantó la cabeza, y entre la cortina de lágrimas y las alucinaciones que de desprendían de los raíles con el calor una sombra gigantesca empezó a acercarse a gran velocidad. Era la hora del TAZ. Las cinco de la tarde. Venía recto, derecho, sin dudas a pasos gigantescos. Como un fantasma oscuro e insinuante. Tiró y tiró …Su diminuto pié no salía. Estaba atrapada. ¡!¿Qué vía era?¡¡ ¿Qué vía era?¡La primera, la segunda¡…Uf!!! Era la tercera…El tren pasó arrastrando de un sablazo su larga cabellera, luego la dejó caer amablemente de nuevo sobre su pequeña espalda…. ¡Pasó!!

Permaneció aún inmóvil unos segundos… le parecieron siglos…Se sacudió su vestidito, se colocó los cabellos pegados a sus mejillas por las lágrimas…cruzó la vía.

Ya no corría. Estaba rendida. Venía de una terrible batalla que parecía haber ganado… El cuerpo magullado. Las rodillas sangrando, el cuerpo espolvoreado con polvos de carbonilla, su ropa sudada, orinada y con lamparones ennegrecidos…Llegó a casa. ¡Qué descanso!
- ¿Dónde…-se ahogó la pregunta de su madre- está la harina? ¿Qué te ha pasado?
- Me caí en la vía… no llegué a comprarla.
- Madre mía… Te podría haber matado el tren. Ven te curare con vinagre. Anda cielo, quítate esa ropa. Y ven que te cure. ¡Vaya golpe…gracias a Dios!


Pero era cierto. Estaba allí,... muerto ¡y bien muerto!

No más miedos. ¿Tendría ella algo que ver?. Porque…la verdad era que varias veces había pensado que sería estupendo si se muriera. Así ella podría volver a comprar a la tienda sin miedo a que la atacara de nuevo.

No había sido ella la única. Su amiga C. le dijo que a ella le hacía lo mismo siempre que no había nadie en la tienda. Pero que su padre le obligaba a ir a comprar allí porque eran vecinos. Así que ella había pedido a Dios que se muriera para que no hiciera más daño a su amiga…

¿La habría oído Dios? En cualquier caso… ahora ya podían estar tranquilas.

Nunca le contó a su madre porqué prefería ir a hacer las compras todos los sábados al pueblo vecino, que estaba a tres kilómetros, cruzando el puente colgante al que siempre había temido, especialmente en invierno, con el río crecido y el viento haciendo que toda la estructura de madera y hierros se tambaleara.

De alguna manera, aunque su madre nunca le hizo preguntas, las dos sabían que la otra lo sabía. Agradeció a su madre que nunca le pidiera detalles. Recordar era tan doloroso... un año temerosa a dormir, por manos que surgiendo de la nada la atrapaban, alientos persiguiendo su cuello, objetos contundentes golpeando su espalda…corría, y corría. Sus sábanas acababan empapadas en sudor. Por el día se sentía vencida por el sueño, pero la siesta la aterraba.

Cuando miró sonriente a su madre esta le devolvió una sonrisa de complicidad.
-¿Nos vamos ya, cielo?
- Sí, mamá... cuando quieras. - Contestó suspirando profundamente.

Saltando de la silla salió colgada de la mano a su madre.

La vuelta fue una fiesta de saltitos alrededor de su madre. En la noche serena, envueltas por una sinfonía de grillos, la enorme luna iluminaba su camino.


Berta-Isabel Cuadrado Álvarez
Madrid, 3 de abril de 2006