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lunes, 13 de noviembre de 2017

Sobre el suicidio




Hoy me he pasado unas horas leyendo tu perfil de Facebook tratando de buscar una respuesta, pero todo lo que he encontrado son mensajes tuyos en los que dabas gracias a Dios por la vida, junto con otros que denotaban tu profunda fe cristiana mezclados con otros fetichistas o de creencias en magias. Esos siempre me chocaron. Pero ni un rastro hallé de lo que buscaba. 


Me has dejado, nos has dejado, sin una sola pista. Perplejos, desolados, doloridos, con esa eterna pregunta, que ya nunca se borrará de nuestras mentes mientras respiremos y te recordemos:

 ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué ahora, cuando parecía estar mejor y más feliz?


Cuando me enteré de que nos habías dejado, no entendía cómo era posible, si tu salud no parecía tan frágil como para eso. La última vez que hablamos me comentaste que eras más feliz que nunca, que te encontrabas mejor:

¿Habrá sido un infarto entonces? Sí, ha debido ser un ataque repentino. Pobrecita.


Al día siguiente, me confirmaron que te habías arrojado por la ventana de tu nuevo piso. Me puse a llorar y a gritarte:

¿Cómo te has atrevido a hacerme esto? ¿Por qué no me llamaste? Si tu sabías que yo siempre estaba aquí para ti. Para hacerte todo el teatro telefónico que hiciera falta, que con mis tonterías era siempre capaz de hacer que te partieras de risa, de levantarte de la cama cuando estabas postrada en ella, de hacerte comer cuando rehusabas a ello…


Tu marido me ha confirmado que no dejaste ni una nota. No lo entiende. Nadie lo entiende. ¿Cómo vamos a entenderlo?


Con la ilusión que te hacía poder ser abuela ¿por qué has dejado al nieto que va a nacer sin que pueda conocerte?


Si ya nos resulta imposible asimilar cuando a alguien le llega la muerte de forma natural o por accidente, cuanto más imposible es de comprender que, alguien decida hacer menosprecio de la vida de esa manera.


No puedo sacarte estos días de mi cabeza. Imagino en lo bien que lo íbamos a pasar cuando fuera a verte en tu nueva vivienda, recorriendo abrazadas por los senderos que recorrimos en nuestra infancia, rememorando aquellas noches en que te quedabas a dormir en nuestra casa que considerabas tuya, o cuando nos saludábamos felices al amanecer de terraza a terraza, con los trenes pasando de por medio, cuando, de adolescentes comenzamos a ir juntas  a las fiestas regresando alegres acompañadas de nuestros primeros novietes, cómo nos reíamos por nada, por el mero hecho de estar juntas.


Ahora, el día que regrese al pueblo en que nos criamos, ya no será para visitarlo en tu compañía, sino para mostrarte, a través de mis ojos, la tristeza y soledad del paisaje que nos vio crecer juntas como dos hermanas, sin serlo. 


Cada vez que alce mi vista al cielo trataré de imaginar que, en algún lugar remoto, en el que tú creías, estarás contemplado lo que hago, leyendo mis pensamientos o dictando mis recuerdos. Prometo que intentaré comprenderte.

Alguien que se suicida ¿es una persona valiente o una cobarde?

jueves, 23 de abril de 2015

El placer de aprender a leer


Tomada el 28 de marzo de 2015, día de mi 60 cumpleaños. Pili es la alta, detrás de mi; Trini, la que se ve a la izquierda; le seguimos Isabel, Cecilia, yo y Josefina. Gracias por la cesta de flores.


Dedico este escrito a mis alumnas y amigas, en especial a Pili y Trinidad.



Pilar me dijo un día al oído, en secreto y medio avergonzada:    “Si un día das clase de alfabetización me apunto”.  Eso fue a comienzos del año 2014. Aquello se me quedó grabado, porque me sorprendió, que  en pleno siglo XXI, en España aún hubiera mujeres que no puedan leer o escribir, o que puedan leer  los caracteres sin comprender el mensaje, o que duden a la hora de elegir qué letra del alfabeto corresponde al sonido que oyen.


Después de las Navidades de 2015 comenzamos con las clases. Solo las tenemos los sábados. Dedicamos una hora a la alfabetización y una hora y media al manejo del PC. A alfabetización vienen dos alumnas, y a la siguiente, ellas dos más otras cuatro.


No hemos tenido clase algunos sábados, por puentes, debido a las fiestas, etc. Pero han aprovechado muy bien el tiempo.


Pilar empezó el curso sola. Temerosa de no escribir correctamente… Comenzamos con un breve dictado cada día. Luego una breve lectura de un libro para niños, “La paloma azul” de J. Luis Olaizola.  El primer día solo leímos la primera página de “La cacería”. Le costaba mucho hilvanar las letras para formar las palabras. Su lectura le tomó mucho tiempo y esfuerzo. Al final le pregunté “¿Qué recuerdas de lo leído?”. “Nada”, me dijo, “estoy tan pendiente de las letras que no me entero de lo que leo. No entiendo nada “.  “Vale. Ahora escúchame a mí.”, le dije, ” Te lo voy a leer yo y luego me dices si ya sabes de qué va la historia”. Mientras yo iba leyendo la observaba y me di cuenta de que sus ojos apagados tomaban un brillo especial de complacencia a medida que iba escuchando. Yo podía ver, a través de aquellas ventanitas que dejan translucir el fondo de su alma, que su cerebro asimilaba, mientras estaría creando en su mente imágenes  que antes no había percibido en aquella lectura. Dio un suspiro profundo cuando terminé y me comentó “Madre mía, qué distinto…¡qué bonito! Ahora lo entiendo. Es que cuando tú has leído es como si yo lo viera en mi cabeza, pero antes no… “ . “Vale. Ahora te lo voy a leer de nuevo. Y luego te pediré que me resumas lo que has escuchado. A ver qué tal”.  “¡Uf, con la mala memoria que tengo…!”, se quejó. Estuvo ensimismada durante mi segunda lectura, pero –para mi sorpresa-  fue capaz de contarme la mayor parte del relato.


Si yo le leía, ella lo captaba. Era capaz de asimilarlo y memorizarlo. Me pareció algo maravilloso.


“Bien. Ahora tú vas a ser capaz de leer como lo hago yo. Encontrando significado a lo que lees. Para ello debemos tener paciencia y lo haremos como un ejercicio obligatorio, hasta que seas capaz de leer frases completas que entiendas”. “Me parece muy bien”, aceptó llena de ilusión.


“Vas a comenzar aquí y hasta donde veamos que hay una pausa: una coma, un punto o un punto y coma. Estas pausas indican que debemos respirar hondo antes de seguir leyendo, para poder comprender lo que el escritor quiere decirnos ¿vale? Por eso no podemos saltarnos ninguna. ¡Eso es muy importante! O no entenderemos nada. Tampoco podemos separar las palabras, hay que leerlas de corrido… bueno…entonces, ahora pones el dedo índice al principio de la primera frase y con el de la mano izquierda marcas la primera pausa. El punto donde te tienes que parar a respirar hondo.”


Comenzó dubitativa… ” Huuu-bo un ti-empo en que Pisca vi -via  con su pa-dre su ma-dre”. “¡No! Te has pasado de la pausa y hay una palabra que has leído mal. Vuelve al principio…” Y releyó “Pisca” cuatro o cinco veces más, en vez de “PRISca”.  Pero luego ya no se pasaba de la coma. “Mira, VIVÍA, aquí hay una tilde que es un símbolo que quiere decir que debes leer la “Í” más fuerte para que suene bien.  “¡Uf, es que yo esto de los acentos, no sé…!”. “Sabrás, sabrás. No te preocupes… Vamos con la siguiente frase.”  Nos pasamos media hora con las tres primeras frases del libro. Repitiendo y repitiendo. Al final estaba muy cansada, pero dijo “Yo creo que ahora ya sé cómo lo tengo que hacer. Voy a ver si soy capaz, yo sola, en casa, de leer algo. Pero me resulta muy, muy difícil, porque me canso mucho. Mira yo no he leído nunca. Nunca me ha gustado. ¡Como nunca he entendido nada de lo que leía! … pues yo no le he encontrado el gusto a esto de leer”.


Durante las dos o tres clases siguientes seguimos con la lectura de forma similar.


Después de terminar la lectura de la primera página, le puse, como deberes, escribir una descripción su casa de pequeña.


No volvimos a hablar de la lectura. Solo la practicábamos.


Al cabo de un mes Trini se unió a la clase con Pili. Cuando comenzamos a practicar la lectura, Pili le comentó: “Al principio yo no entendía ni papa tampoco, pero he empezado un librito de mi hija, de cuando era pequeña…¡y me está gustando!”. “¡Vaya, Pili, no sabía que estabas leyendo en casa!", me sorprendí. “Sí, es que mi hija me dijo "“mira mamá, este libro lo leí en el cole y me gustó mucho, seguro que te resulta fácil!"”… y la verdad es que lo estoy pasando muy bien. Leo antes de dormirme, y me encanta, porque es un libro con muchas aventuras de niños de una escuela en distintos sitios donde van de vacaciones. Ahora están en un campamento de verano. Hacen cosas muy divertidas que yo nunca hice, y me lo paso muy bien!”.


Al cabo de unas clases Pili le había dejado otro libro de su hija a Trini, y ambas siguen enzarzadas en sus respectivas lecturas.


Tal vez es presunción mía pero las encuentro más felices, en general, y también cuando llegan a clase. Son muy trabajadoras. Están muy motivadas por aprender. Todo lo que les pido les parece correcto. Ahora hemos comenzado por la ortografía de la “b” y la “v”… y lo están haciendo muy bien.


Ambas me están haciendo muy feliz. Gracias a las dos por querer ser mis alumnas y por todo lo que me estáis enseñando.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

VÍDEO: La amistad de Laura Paussini

La amistad de Laura Paussini

Vídeo URL: La amistad

Dedico este vídeo a mis amigas del alma, a Carmen, Concha y Juani (sin blog), Haikita, Gerbera7 (¡Con blog... y se cambió el psedónimo!), Kinarica, Glo, Nataly y a Viki (sin blog, que yo sepa) que, además son también mis asiduas lectoras, pero en especial a tí, mi recuperada amiga Alizia (Ali, para mí), que durante la época en la compartimos nuestros estudios en la Facultad de CCII (1974-80) fuiste la mejor de las amigas ...

Para tí Ali, que tanto me ayudaste, trayéndome a casa en tu coche, cuando Vicente no podía ir a buscarme, porque en la primavera de 1979 yo estaba ya a punto de tener a mi hija Marta, y casi no podía moverme por el metro,... por pasarme tus apuntes cuando no podía asistir a las clases ... pero sobre TODO, SOBRE TODO, por hacerme reír tanto con tus bobadas, porque, seguramente no te lo dije al saber la noticia, -ya que Vicente me había hecho prometerle que no se lo dijera a nadie- ... pero me enteré un mes antes del parto, que al hombre con el que me había casado hacía tan solo 4 años (6, agosto, 1976), le habían dado un año de vida.


Así que ¡imagínate lo importante que fue para mí el hecho de que consiguieras, a base de tus tonterías, hacerme reir! ya que, mientras tanto, podía olvidar aquella terrible pesadilla...

Perdoname Ali porque no recuerdo bien la fecha en la que perdimos el contacto ... el día de la muerte de Vicente (2, julio, 1994) sufrí un shock traumático y perdí la memoria sobre mucha cosas ... y aún tengo lagunas.

Después de la primera operación de Vicente (12, octubre, 1979), mi vida se complicó muchísimo, y tuve que dedicarme tan de lleno a cuidar de él, a los niños, a trabajar y a seguir estudiando -algo que conseguí seguir haciendo con muchos esfuerzos, porque me hacía arrinconar problemas más graves (mi frase favorita es: "La cultura me ha salvado la vida"- que me olvidé de tener una vida propia para mí misma. Perdí a casi todas mis amigas, por no poder dedicarles el tiempo que para ellas hubiera sido necesario. Solo pude conservar las pocas que por entonces me dieron un teléfono de contacto.

¡Me alegro tanto de que me hayas encontrado en la Internet!

Gracias por hacérmelo saber.

Para tí esta preciosa canción con todo mi amor.



Letra:

La amistad es algo que atraviesa el alma,
es un sentimiento que no se te va.
No te digo cómo, pero ocurre justo
cuando dos personas van volando juntos.
Suben a lo alto sobre la otra gente,
como dando un salto en la inmensidad.
Y no habrá distancia no la habrá
ni desconfianza, si te quedas en mi corazón,
ya siempre.

Porque en cada sitio que estés,
porque en cada sitio que esté,
en las cosas que vives, yo también viviré.

Porque en cada sitio que estés,
nos encontraremos unidos
uno en brazos del otro, es el destino.
En la misma calle, bajo el mismo cielo,
aunque todo cambie no nos perderemos.
Abre bien los brazos mándame un aviso,
no te quepa duda, yo te encontraré.
No estarás ya solo yo estaré
continuando el vuelo que
te lleve con mi corazón,
ya siempre.

Porque en cada sitio que estés,
porque en cada sitio que esté,
en las cosas que vives, yo también viviré.

Porque en cada sitio que estés,
no nos queda más que un camino,
solo habrá dos amigos, tan unidos.
Cree en mí, no te atrevas a dudar,
todas las cosas que vives
si son sinceras como tú, y yo,
sabes tu, que jamas terminarán.

Porque en cada sitio que estés,
porque en cada sitio que esté,
En las cosas que vives, yo también viviré.

Porque en cada sitio que estés,
Que esté, porque en cada sitio que esté,
Y que esté.
tú me llevas contigo dentro del corazón.

Porque en cada sitio que estés,
nos encontraremos unidos,
uno en brazos del otro,
es el destino.

Es el destino.

Porque en cada sitio que estés,
porque en cada sitio que esté,
en las cosas que vives,
yo también viviré.


Madrid, 23 de diciembre de 2009 12:28:55

*****

jueves, 26 de febrero de 2009

REFLEXIÓN: Las relaciones humanas y la honestidad
















Creo que las relaciones humanas ya son de por sí lo suficientemente complicadas como para añadirle aditivos que las compliquen.
Desde mi punto de vista, la falta de honestidad por parte de ambos implicados en una relación, bien sea de amistad, amor o de algún tipo de negociación, debe basarse en igualdad de condiciones, información y en la confianza mutua entre ambas partes.

En las relaciones de amistad o de pareja, si una de las partes trata de sacar ventaja sobre la otra de alguna forma, por ejemplo, confiando más en la información que terceros le puedan proporcionar sobre ti, más que la que tu misma le puedas dar, o te das cuenta - por algo que presenciaste antes- de que te está mintiendo o de que no te quiere decir la verdad para no sentirse en desventaja, etc. Eso demuestra claramente que la otra parte no confía en ti.

Pienso que no se puede establecer ninguna relación basándose en un principio de desconfianza por alguna de las partes.

Cuando te presentas ante alguien que te interesa o piensas que te podría interesar, con el corazón limpio, y no eres correspondida en la misma medida. Cuando lo que te devuelven es miedo, falta de sinceridad, o incluso burla... es complicado de asimilar. Así que por mucho interés que tengas en conocer mejor a esa persona, tómate un tiempo para reflexionar, y descubrir hasta qué punto debes empeñarte en establecer una relación con alguien que no es franco contigo, que ya antes, por desconfianza te ha malinterpretado, que tiene pánico de decir la verdad por causa de sus frustraciones previas, y sobre todo, si tampoco te demuestra que tenga gran interés sobre tu persona. Porque, probablemente, la tuya vaya a ser una lucha infructuosa, sin sentido y que te cause mayor daño en el futuro del que te pueda causar ahora no seguir adelante.

Siempre puedes colocar en una balanza los pros y los contras, y ver qué pesa más dentro de ti...En el mundo de los sentimientos, la razón no suele ir muy ligada a lo que sentimos. Muchas veces el raciocinio te dice “No metas tu cabeza por ahí”, pero tu erre que erre, y sin saber el motivo, ni el porqué...No hay quien te saque de tu cabezonería.

Bueno la única ventaja o desventaja –según se mire- de que tú tomes tus propias decisiones, sin consultar a nadie, más que contigo misma, está en que si la relación fracasa no tendrás a nadie a quien echar la culpa, porque no pediste una segunda opinión o no hiciste caso de las opiniones de terceros.

Madrid, 26/02/2009 13:55:23

miércoles, 22 de octubre de 2008

RELATO: ¡Vida perra!


Foto robada a Kori















A Kori y a Glo

Vaya, ¡tenemos compañía! ¡Ya está aquí la amiga de Gloria! Berta me para, a veces, cuando me grita más fuerte que Gloria, la madre de Kori. “¡Haika, ven por aquí! ¡No, no te acerques a la carretera!”. A mí no me gusta que me detengan ¡Cómo me fastidia que me haga dar la vuelta! Además, ¿qué tiene ella que ver conmigo? ¡Creo que se toma demasiadas confianzas solo por haber sido profesora de Kori! Cuando veo a uno de esos bichos mecánicos que bufan apestosamente de un lado para otro, me priva lanzarme a todo pasto a desafiarlos: ¡A ver quién llega antes a las luces que cambian de color! ¿Creen que me van a ganar? Yo corro, y corro…, a veces hasta quedar exhausta. Menos mal que la mayor parte del tiempo llevo la lengua fuera, sino, ¡ya me habría muerto por falta de aliento! Siento que he nacido para no estar quieta. Yo no soy de esas que se acurrucan en un rincón a esperar que alguien les diga: "¡Vamos!". Voy de allá para acá, husmeo, olfateo todo ¡De todo me encanta enterarme! ¡Cómo gozo al ir con Kori por el campo, aunque ella es la más mandona de todas, pero yo la adoro! Es fuerte y a la vez pequeña, flacucha y frágil. Me gusta tumbarme a su lado cuando está ensimismada en sus cosas. Creo que el hecho de pasarme la mano por el pelo le ayuda a cavilar. A mí me emboba que me mesen el pelo, pero sobre todo, que me rasquen bajo la barbilla. ¡Me tiraría las horas muertas así! boca arriba, sin pensar en nada. Solo sentir su mano que me acaricia una y otra vez. Alguien podría decir que esto es aburrido. Pero no lo es para mí. Yo he nacido para ser una vaga y vivir a costa de los demás. Eso no quiere decir que no me preocupe, ni que no me esfuerce. Yo procuro hacer feliz a los que me rodean, ¿a caso no es eso un gran trabajo? No te creas que es tan fácil contentar a la gente. Unos se enfadan por esto o lo otro, otros quieren la marimorena..., pero yo siempre ahí, ¡dando el callo! Atenta a sus cabreos, sollozos, y tristezas, frustraciones..., para todo tengo un buen remedio... No me despego de ellos hasta que se fijan en que husmeo alrededor, hago travesuras..., solo para distraerles el mal pensamiento..., o rompo algo ¡que les pone más furiosos!..., pero se les olvida lo otro que les causaba el daño. Las cosas que yo destrozo no son importantes. Pero si yo percibo que a mi querida Kori le han roto el corazón, ¡eso si que no lo consiento!... Para eso es mi adorable ama y yo soy Haika, su perra fiel.