Adiós a mi trenza
Muy temprano,
Esta mañana,
Con mano firme
Y arma de acero
Seccioné mi largo cabello trenzado.
Ya no quiero
Que se esparza cada noche
Sobre mi almohada,
Ni que gire sin cesar
En mis noches de insomnio
En torno a mi rostro,
Ni que seque mis lágrimas.
Ni quiero sentir
Su olor a frescura
Que tú tanto amabas.
Ni que a mi paso
Se roce con otros seres
¿Podrían apreciar en él
La belleza que tú le encontrabas?
Ya no me sirve
Para cubrirte con él
Mientras te lleno de besos.
Ya no se enredará más entre tus dedos
Mientras me repetías.
“¡Me encanta tu pelo!
Niña, no te cortes el pelo.
¡Qué bien huele!
¡Tan negro!
¡Qué suavidad tiene!
¡Cómo me encanta!”
Ahora, trenzado, y sin vida,
Yacerá para siempre,
Como tú, mi amor,
Encerrado en su caja,
Mudo testigo de mi dolor,
Símbolo de lo que de mí te llevaste,
Para siempre, contigo.
***ESCRITO en Madrid el 27 de agosto de 1994. Lo incluyo aquí por ser este el último poema que escribí antes de comenzar este blog.***