Foto tomada en Calalberche por M Teresa L Herranz. Gracias por cedérmela. |
Hay una ardilla que me visita
cuando le viene en gana.
A mi muro se encarama o
brinca de rama en rama.
Escoge hojas, ramitas, yerba o musgo…
Con gran sentid y arte
las va entretejiendo en su nido.
- ¡Ahí va! ¿Dónde se ha metido?
Para cuando vengan sus bebés,
ella quiere tener buen mullido.
Porque Azorita - la llamo así porque se azora
cuando me ve de reojo- está solicitada.
Cuatro pretendientes rubios la rondan.
Este enero, alguno la dejará preñada.
Ella no tiene ni miedo ni vergüenza.
De todo pasa.
Va y viene por mi terraza,
como Pedro por su casa.
Azorita husmea por mis vallas,
comiendo las bayas de mis coníferas y arbustos.
Con lo que más disfruta es variando de gustos.
Para mayo, cuando empieza la calor,
mi ardillita probará de nuevo el amor.
Tendré nuevas ardillas rojas saltarinas
para cuando lleguen las golondrinas.
Calalberche 01/02/2019