Dedicado a las mujeres que son, doblemente, víctimas de las guerras.
Aquel soldado perdido y ardiente,
Atropellándome con su cañón caliente,
Valiente, a intervalo intermitente,
De certeras balas sembró mi fértil vientre.
Por el Norte y el Sur se diseminó.
Hacia el Este y el Oeste partió.
Entre heridas y llagas, se perdió.
Sobre campos baldíos y mar agreste, batalló.
Lento e incesante te formaste
Dentro de mi ser anidaste,
De mis pechos cálida leche bebiste,
Embriagándote de mí creciste.
Con violencia fuiste engendrado,
Con inmenso dolor parido.
Y de un manotazo sin sentido,
Barrido.
Para que paz hubiera habido,
Mataste y luchaste,
Y sin que la paz reinara,
Moriste.
Escrito por Berta-Isabel Cuadrado Álvarez
Madrid, 8 de abril de 2010, 12:53:30
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