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lunes, 4 de enero de 2010

REFLEXIONES: Evitando daños mayores



Imagen tomada de Lauren: "Living with MS"


"Evitando daños mayores"


A veces las relaciones son complicadas para una pareja estable, para cuanto más para una que no lo es. Unas veces una pareja comienza a formarse mientras que otra se está rompiendo. El hecho de que una mujer esté rompiendo su relación con un hombre, pero de forma insegura: es decir tomándolo cuando le interesa y dejándolo cuando le parece bien, provoca un grave estado de ansiedad en ese hombre, y si trata de apoyarse en otra mujer, intentando establecer entre ambos una nueva relación, esta se verá gravemente perjudicada por el carácter inestable e inseguro de la primera.


Si el hombre fuera de carácter fuerte, tal vez encontraría, con mayor facilidad la forma de romper con la primera, pero siendo débil o sensible, normalmente se dejará manipular más fácilmente, y le costará mucho desprenderse de los antojos de la primera, sobre todo si aún tiene sentimientos por ella. ¿Cómo actúa entonces con la segunda? Pues, seguramente aunque no se de cuenta, de forma egoísta o insensible, y sin fijarse mucho en lo que a esta le puede causar daño: es decir, tenerla ahí para cuando la primera no le hace caso, ya que, normalmente, no puede hacer otra cosa. Si reconoce esta forma de actuar suya, y el motivo por el que está actuando de esa forma, ya es mucho más de lo que muchos reconocerían.


¿Cual sería la forma recomendable de actuación de la segunda al darse cuenta de que él sigue manteniendo la relación con la primera? Pues, dependerá de lo que ya le importe o ame a ese hombre. Si están al principio de la relación, será más difícil cortar con él, porque las drogas que segrega el cerebro en esa primera etapa le impedirán hacerlo, ya que la harán más indefensa ante la crítica o al análisis de la situación. Pero a medida que pasa el tiempo -y si la segunda mujer no obtiene del hombre lo que espera- ella se irá desilusionando paulatinamente hasta que pueda llegar a romper con él, ya que no soportará fácilmente la situación de que él sea incapaz de cortar con la primera.


¿Qué debería hacer entonces la segunda hasta que llegue el momento de acabar con esa relación insatisfactoria definitivamente? Tratar de evitar todo tipo de situaciones que le causen un dolor innecesario. Por ejemplo, si ella está pendiente de él (telefoneándole, escribiéndole, etc.) mientras que él no lo hace, intentar hacer lo mismo, para que la falta de reciprocidad no le cause mayor frustración.


También hay que reconocer que solo a base de decepciones o de falta de correspondencia te llegarás a desengañar de que esa persona no es la adecuada o la que esperas para ti –aunque estés segura de que (o creas que) podría haberlo sido en una mejor circunstancia- ya que, esta claro que en ese momento, no puede comportarse contigo como tu desearías o necesitas ser amada.

Madrid a 4 de enero de 2010, 12:15

VIDEO: “Amar a dos mujeres”, Banny Costa y Erikc Francheski, Salsa matine



Letra

Si te vas..
Hoy te voy a decir la verdad
Basta ya..
Si te falle
Te aseguro que no me dedique
hacerlo

Amar a dos mujeres a la vez
Nos pasa a todos una vez por mes
Amar a dos mujeres a la vez
No es cosa extraña x2

Si te vas..
Hoy te voy a decir la verdad
Basta ya..
Si te falle
Te aseguro que no me dedique
hacerlo

Amar a dos mujeres a la vez
Nos pasa a todos una vez por mes
Amar a dos mujeres a la vez
No es cosa extraña

(x2)



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sábado, 2 de enero de 2010

REFLEXIONES: Balance de fin de año

Este año no he telefoneado a NADIE después de las uvas –algo que llevo haciendo durante años. Primero, a los más importantes, luego, tomaba mi Agenda e iba llamando al resto, por orden alfabético ... ¡sin importarme lo lejos que estuvieran, ni lo que me gastaba en teléfono! pero este año ... ¡me he declarado en rebeldía! -¡Tal vez por eso me siento, ahora tan mal!- ¿porqué no telefoneé? Bueno, me he pasado la vida llamando a amigos, amigas, miembros de mi familia y demás seres queridos, de los que tengo el número. Quería saber quién realmente se acordaba de mi si yo no les llamo. Bueno, ahora ya tengo le respuesta ... ¡ni mi fijo, ni mi móvil han sonado desde que comenzó el año! Bueno, miento ... me llamó mi amigo Ángel, para contarme un problema que tenía en su trabajo ... pero su llamada no cuenta, ya que no celebra las entradas de año ... ¡dice que, para él, todos los días son iguales!


Y ya estoy harta de que cuando les llamo me digan: “¡Te has adelantado..te iba a llamar yo! ¡No me entró la llamada ... debía de haber mucha gente llamando!¡Déjame que algún año te llame yo primero!... ¡No te he llamado, pero te envié un mensaje ¿no lo has recibido? ... pues que raro ... ¡si se lo envié todo el mundo!,” ... y ¡disculpas por el estilo!


Me doy cuenta de que realmente -y a pesar de todos los problemas personales que he tenido en la vida- he mantenido contacto con mis seres queridos porque yo me he empeñado en llamarles, escribirles o en ir a verles ... ya que ellos ni me llaman, ni vienen a verme, ni me invitan normalmente a su casa, ni para vernos en ninguna parte, ni se preocupan de si estoy viva o muerta, o de si me encuentro bien o mal – ¡ni siquiera mi hermana ... con la que todavía mantengo una mínima relación porque sigo aceptando todos los años ir con mis hijos a celebrar la cena de Navidad a su casa – y quizás piense, incluso, que solo vamos para darle trabajo- ya que la mía para ella ... ¡siempre le ha quedado demasiado lejos!- En fin, que para casi todo el mundo, que es importante, de alguna manera en mi vida, NO EXISTO, excepto para mis hijos ... algunas veces ... y ¡por supuesto, mis gatos! Pero también es bueno saber que ... sumando, restando, multiplicando y dividiendo mis afectos ... los ÚNICOS que, al final me quedan, son ellos ... Cuando estás viuda la gente tiene la costumbre de decirte “¡bueno tienes a tus hijos!” ... y a veces, pasan los días ... e incluso me pregunto ¿pero ... tengo hijos? ... Pero, bueno... ¿de qué me quejo? ¡sí hay alguien que me adora ... ¡mi gatito Rony! ... que se pasa todo el día pendiente de mí ... ¡tal vez porque le salvé la vida y no lo ha olvidado!



Creo que es importante que asimile todo esto. Siempre me he sentido frustrada porque la gente a la que quiero piensa que soy un “bicho raro”, ¡y como a tal me tratan! Creen que si estás rodeada de libros no necesitas afecto, ni a la gente ... como si en ellos tuvieras para panacea para todo, incluso para el amor.


Una vez, que estuve haciendo terapia de grupo, me dijo la psicóloga que, mi mayor problema afectivo era que, iba por el mundo sintiéndome “un perrito abandonado” ... Ya escribí en otra ocasión, que esta carencia afectiva seguramente proviene de haberme quedado huérfana de padre los 6 años ... y por más que intento ser independiente afectivamente ¡no lo consigo! Y esto me afecta mucho en mi rendimiento en el trabajo y también intelectualmente ...


Mi propósito para este año 2010 es que: voy a tratar de mantenerme en mi caseta, cuidar de ella y de mi misma, y si -¡por casualidad!- crees que soy una perrita que merece la pena, valórame, preocúpate de mi y mímame en la justa medida ... porque sino cualquier día de estos ... ¡te voy a soltar un mordisco o una patada en tu lindo trasero! ...




















¡Ah, y te agradecería que no seas de esos que van a ir a llorar a mi entierro, ni te atrevas a comprarme una gran corona, ni un ramo, ni siquiera una sola flor ... porque si no has sabido, o no has querido darme “mis flores” cuando las podía oler ... justo entonces, será ... cuando ya no me hagan falta ... además ... ¡ya no me importará en absoluto tu presencia, ni lo que hagas ... y me temo que ... ¡tampoco podré agradecerte tu bonito e inutil “detalle”!




Madrid a 2 de enero de 2010, 12:30

VIDEO: Culpable y convicta - Javier Calamaro




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martes, 22 de diciembre de 2009

REFLEXIONES- Fracasas con tu pareja femenina


Imagen basada en "Psique reanimada por el beso del amor" (1793) de Antonio Canova (Museo del Louvre).

¿Fracasas con tu pareja femenina?

Muchos hombres que se encuentran solos hoy en día es porque usan técnicas de conquista que ya están en desuso, y que no le gustan a la mujer actual.

En general, parece que los hombres se preocupan muy poco de conocer bien la mente femenina -o no aplican sus conocimientos sobre ella a la realidad- no observan a la mujer, y no “atan cabos” en cuanto a qué tiene éxito con una mujer y a qué no lo tiene. Eso proviene del hecho de que, dado que la mujer se ha liberado sexualmente, ellos encuentran con más facilidad mujeres con las que mantener relaciones esporádicas, pero no entienden porqué fracasan con su pareja o con una mujer con la desean entablar una relación estable.

Según la doctora, especialista en neurobiologa, Louann Brizendine (1) no hace falta gran cosa para que la mujer vea estropeada su buena disposición hacia su pareja. Una de las causas principales por las que a una mujer le costará más que a otra llegar al orgasmo son sus experiencias pasadas relacionadas con el sexo. Es decir, si una niña ha sido abusada sexualmente o fue acosada por algún adulto en su infancia, al llegar a la edad madura, cuando intenta tener una relación sexual, aún cuando sea con el hombre del que está enamorada, se encontrará con que, en su cerebro se han disparado unos circuitos que le causarán vergüenza, inseguridad o torpeza, que entorpecerán para que llegue fácilmente al orgasmo o que le impedirán tenerlo.

Pero, a parte de esto, entre el resto de las mujeres tampoco es muy difícil que el hombre estropee la buena disposición de la mujer. ¿Porqué? Sigue afirmando Brizendine que en la excitabilidad femenina no influyen solamente los factores biológicos -que priman en el hombre- sino también los psicológicos. Así, podemos comprobar que para una mujer estresada, con tensiones o preocupaciones –ya sean provenientes del trabajo, por problemas familiares, etc.-, ¡por no mencionar el hecho de que su pareja masculina haya hecho o haya dicho algo que la ha dolido! ... Todo esto hará que a la mujer le resulte más difícil conseguir que su amígdala se desactive, le permita relajarse y sentirse segura en el acto sexual.

De ahí proviene el dicho de que “una mujer necesita ser puesta en situación”. También existe una gran confusión por parte del hombre respecto a esta idea. El hombre cree que esto solo se refiere a los preliminares. Pero según Brizendine: “ Antes del sexo debe haber relajación y ternura en las relaciones. La mujer no puede estar enfadada con su compañero. El enfado con la pareja es la razón más frecuente de los problemas sexuales. La mayoría de los terapeutas sexuales dice que para las mujeres los preliminares son todo lo que sucede en las veinticuatro horas anteriores a la penetración del pene. Para los varones, son lo que sucede tres minutos antes” (página 104) y prosigue “Una mujer no puede estar enfadada con su hombre y al mismo tiempo querer tener sexo con él...Tendrá que esperar a que pasen veinticuatro horas antes de que estés dispuesta”.

Tal vez, por este motivo, para una mujer que solo busca una relación esporádica, sea más fácil llegar al orgasmo con un hombre con el que no se ha relacionado -sobre todo para mal- durante esas veinticuatro horas. Además, dado el espíritu conquistador del hombre, él suele poner “toda la carne en el asador” cuando quiere llevarse a la cama a una mujer por primera vez, pero luego se le olvida con gran facilidad que debe comportarse con su pareja siempre así cada vez que quiera tener con ella éxito en la cama durante el resto de su vida en común.

Resumiendo, si eres un hombre al que se te olvida tener, en todo momento, a la mujer que amas “en palmitas” y no la haces “sentir como a una reina”, -o sea, segura de que ella es lo más importante para ti y en tu vida, y eso no se lo demuestras constantemente- lo vas a tener crudo con cualquier mujer con la quieras mantener una relación de estabilidad. Claro que esto es algo que puede resultar demasiado trabajoso para un hombre de hoy en día, normalmente cómodo y acostumbrado a que su “mamá” se lo dé todo hecho.

La mujer de hoy admira al hombre que está seguro de si mismo y de lo que quiere, que sabe tomar decisiones, y sobre todo, si se muestra atento y cariñoso con su pareja.

Por lo que me cuentan mis ex-alumnas, mis alumnas, mis amigas y conocidas, a ellas no les atraen los hombres que son débiles frente a los manejos de las mujeres, que no tienen claro lo que les conviene en una relación estable, que mariposean alrededor de todas sin saber a qué carta quedarse, y sobre todo, no soportan a los chicos que no tienen ni idea de cómo tratarlas. Es decir: cuando no son atentos, si no dan muestras de que las escuchan, cuando son celosos sin motivo, si les dicen cómo deben vestirse, si no las admiran, si no están pendientes de lo que a ellas les gusta –¡hay muchos que ni siquiera les preguntan en la cama qué es lo que a ellas les place ... así que no aciertan a satisfacerlas aunque les dediquen tiempo y esfuerzos ... ¡porque no cuentan con ellas!- si no son detallistas, si son pasotas o despistados, si no son puntuales, si son informales en las citas, si no se preocupan de corresponderles de acuerdo a lo que reciben de ellas, si no son románticos, etc.

En fin que el hombre que fracasa con una mujer hoy en día es porque, tal vez, desconoce cómo funcionan los mecanismos cerebrales de una mujer para el sexo y el amor, ¡o porque no se interesa en saberlo!

Dedico esta breve reflexión a todos los hombres que me leéis, por si os sirve de algo ...y para desearos que el año 2010 os traiga mayor felicidad en vuestra vida de pareja, que la que tuvisteis en el 2009.

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Bibliografía mencionada:
1. BRIZENDINE, L. (2007) “El cerebro femenino” (The Female Braim), RBA Libros, S.A., 2006.

Madrid, 22 de diciembre de 2009, 13:13

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Links de interés:

Entrevista en Muy Interesante a LOUANN BRIZENDINE

El Mundo, artículo sobre "El cerebro femenino"



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martes, 14 de julio de 2009

REFLEXIONES: El amar y el patinar






Bueno, creo que ya muy pronto sabré patinar. Ayer no me salió muy mal para ser la cuarta vez que lo intento. Se me ocurre que el amar se parece al patinar. Al principio te da pánico, a medida que patinas, un día tras otro, se te va quitándo el miedo. Poco a poco vas cogiendo confianza, y te vas sintiendo seguro y feliz por haber conseguido algo muy dificil. A veces te das un batacazo. Te haces daño. Te duele durante unos días. Te repones. Y si crees que merece la pena, vuelves una y otra vez a intentarlo. No hay que abandonar, porque si te centras en el miedo, no lo consigues. Ayer mientras patinaba, me di cuenta que el truco está en mirar de frente, a lo lejos, a un punto fijo, no hay que inclinar la cabeza hacia el suelo, y poquito a poco vas ganando seguridad y estabilidad.


Berta


PUBLICADO el 22/04/2009 18:22:25

ACTUALIZADO el 14/07/2009 9:33:08

domingo, 24 de mayo de 2009

REFLEXIONES: sobre los sentidos

















Estoy leyendo “La doctrina del shock” de Naomi Klein, subtitulado “ El auge del capitalismo del desastre”. Te lo recomiendo si quieres comprender la crisis actual y la venidera.

Es un libro terrible, que entre otras muchas cosas cuenta con detalle los experimentos llevados a cabo en Montreal, en la Universidad de McGill, entre 1934-64 por Ewen Cameron *, psiquiatra que llevo a cabo el proyecto MK ULTRA, un programa de la CIA americana sobre control de la mente. Este tratamiento consistía principalmente en borrar completamente la memoria del paciente y reconstruir de nuevo su psique, para lo cual, además de el electroshock se utilizaban todo tipo de drogas entre ellas el LSD y la fenciclidina. Lo primero que tenía que hacer era borrar los factores del espacio y el tiempo en las mentes de estos pacientes forzando para ello, la completa pérdida de los sentidos del paciente hasta el punto de que no supiera donde estaba ni quien era. Es decir: la aniquilación total de sus sentidos.

De todas las crueldades que cuenta Klein sobre las atrocidades cometidas por Ewen Cameron, lo que más me impresionó hace tres días – y no pude retomar su lectura hasta hoy- es que a pesar de todos los esfuerzos que hacía para destruir ambos factores en sus víctimas, - manteniéndolos inmovilizados en celdas de aislamiento acústico y luminoso- hubo un paciente que conservaba la noción del tiempo gracias a que podía oír el leve murmullo del paso de un avión cada mañana a las nueve. Y cito algo que me conmovió profundamente hasta hacerme llorar: “Cuando la vida se reduce a las cuatro paredes de una celda, el ritmo de los sonidos del exterior es una especie de cuerda salvavidas, la prueba de que el prisionero aún es humano, de que existe un mundo más allá de la tortura” (p. 64) ... porque cuando vivía en mi "zulo", (tal como relato más adelante) el único hilo conductor que me ataba a la realidad de afuera, muchas veces, fue el bramido del viento que entraba por los reducidos conductos de la ventilación...Y, al leer esto, me pregunté ¿Y si el paciente-prisionero tuviera reducida su capacidad auditiva? ...Entonces de di cuenta de la fragilidad a la que están sometidas las personas que no pueden oír, y como de esto puede incluso depender su supervivencia en un momento dado. Soy especialmente sensible a este tema. Debido a una dosis masiva de Estreptomicina que recibí a los 16 años perdí casa toda la capacidad auditiva del oído derecho y parte del izquierdo, y tarde unos 20 años envolver a recuperarla. Aunque ahora creo que tengo un buen sentido auditivo, tal vez, después de convertirme en vegana. Esto me hacía aislarme del mundo y fomentaba mi fantasía, la cual era ya de por si bastante grande desde mi infancia. Me costaba mucho concentrarme en lo que la gente me hablaba, y a menudo perdía el hilo de la conversación. Mi familia siempre se quejaba de mi falta de atención al escucharles.

Otra de las torturas a las que Cameron sometía al paciente era entubar sus miembros para que no pudieran sentirse a sí mismos. Es decir, la pérdida del tacto sobre nuestra propia piel. También puedo contar mi experiencia sobre eso. Debido a un accidente – se rompió uno de los platos que fregaba y su filo cortante segó todos los tendones y las venas de mi muñeca derecha- cuando tenía 17 años. Era el verano en que debía escribir mi examen de entrada en la Universidad para septiembre. Me corté a principios de julio y tuve que hacer aquel examen oral por los pasilos de la Facultad de CC de la Información ante mi admirado periodista y profesor del Castillo Puig (ya fallecido), mientras los demás lo escribían, porque aún estaba escayolada. Los médicos me dijeron que había perdido la movilidad de esa mano. Y aunque intenté aprender, para el examen, a escribir con mi izquierda casi no había conseguido avanzar nada. Así que, cuando me retiraron la escayola a primeros de octubre, comencé a realizar la rehabilitación de una forma tan exhaustiva con una pelota de tenis y agua casi hirviendo, que cuando volvía a la consulta y apreté la mano de mi cirujano no se lo podía creer. La operación fue un éxito. Ahora nadie puede decir que mi mano haya sufrido ningún trauma, de no ser por la cicatriz. Pero, para mi sorpresa, el problema fue que perdí el tacto en los 4 dedos. De tal forma que parece que llevo siempre puesto un guante de goma aunque soy altamente sensible al dolor en esa mano, que rápidamente se extiende hasta el hombro. También esta falta de sensibilidad solía causarme graves quemaduras al freír pescado –cosa que ya nunca hago- porque sin darme cuenta introducía los dedos en la sartén al depositar la pieza, hasta que compré unas largas tenazas metálicas.


El sentido del espacio y el tiempo, para mi están ahora plenamente marcados por la transición noche-día, algo que no siempre fue así. Debido a circunstancias personales -que no vienen a cuento aquí ahora- viví hasta el otoño de 2007, y durante 7 años, por motivos de seguridad, en un lugar, casi insonorizado, donde no entraba la luz y la ventilación era escasa. Cuando no daba clases, solía perder la noción del tiempo, y solo el estómago me marcaba las horas. Al salir de aquel “zulo” me sentí como cuando le quitas el corcho a la botella de champán después de agitarla...¡Era tan grande mi necesidad de socializarme y de estar al aire libre! Ahora el caminar en libertad se ha convertido para mi en una necesidad básica, y es esta para mi una gran dicha, porque siempre he tenido complejo de lagartija. Así entenderás, por qué una de mis mayores satisfacciones diarias ha sido, durante estos meses, contemplar el trajín de la vida diaria de la gente que va y viene o juega en el parque, pero lo que no me gusta perderme es la puesta de sol desde el parque o desde una cima que dista a solo 10 minutos de mi casa, ya que desde allí puedo ver todo el horizonte en derredor si me subo a un banco o a la base de una escultura gigante de madera en forma de pirámide. Lo asombroso es que siempre estoy sola. Nadie de mi barrio parece interesarse por este milagro diario que la naturaleza nos ofrece para recreo de nuestra vista... También prefiero no llevar reloj, orientada solo por la longitud de la sombra, el recorrido de la luz solar, el movimiento de las nubes cambiantes, la procedencia del viento, el cambio del tono de la luz, la dirección de la caída del aguacero o de la nieve, la posición de las estrellas cuando es de noche... Pero me doy cuenta de que muy poca gente hace uso de este valioso sentido de la orientación espacio-temporal, e incluso, muchos se extrañan de que sea capaz de saber la hora con bastante precisión sin necesidad de mirar un reloj.


A veces, por circunstancias, carecemos de alguno de nuestros sentidos o los tenemos disminuidos. Esto nos hace más frágiles ante determinadas situaciones, pero también nos hace desarrollar otras técnicas que los suplen de cara a nuestra supervivencia o a la proyección de nuestro yo. Es por eso que los experimentos llevados a cabo por el Doctor Cameron -donde también se trata de la eliminación del yo- me han impresionado tantísimo.

Madrid, 24, mayo 2009 6:27


* Videos sobre Cameron (en inglés)

Video sobre Cameron "El Proyecto Monarch" (con subtítulos en español)

REFLEXIONES: Sobre el sufrimiento















Hoy en día vivimos en una sociedad que es altamente utilitaria, con unas ideas muy concretas sobre el aguante humano: se considera que el sufrimiento es algo malo y que, por lo tanto, hay que eliminarlo de la forma más contundente y rápida posible tomando todo tipo de fármacos necesarios para ello. Los creyentes dicen que sufren menos, porque la idea de la existencia de Dios les fortalece para soportar el padecimiento terrenal.

Yo creo que cualquier dolencia, al igual que los momentos de felicidad, debe ser vivida en plenitud. Quiero decir que, cuando luchas “ a pelo” contra ella, te fortaleces espiritualmente. Enfrentando el dolor, del tipo que sea, creces y maduras. A lo largo de mi vida me he dado cuenta de que las personas menos maduras son las que lo han tenido todo demasiado fácil. Es decir, cuando todo te viene dado: si no has tenido problemas económicos difícilmente entenderás lo que significa renunciar a bienes materiales; si no has estado gravemente enfermo o tienes alguna carencia física que te impide moverte o comunicarte como el resto de las personas, probablemente no puedas comprender lo que esto implica; hasta que no hayas sentido la muerte de un ser querido, con dificultad intuirás lo que significa soportar esta pérdida; si tu amor no ha sido correspondido, quizás con frivolidad, juzgarás la tortura del amante que padece el rechazo de su bien amado, etc. Por lo que deduzco que todo este tipo de aflicción conlleva implícito un crecimiento interior y un sentido de comprensión para con la de los demás. La carencia de estas experiencias suele hacer a la gente indiferente ante la tribulación de los otros.

Por supuesto, no podemos sufrir por todos los problemas que hay en el mundo, pero el reconocimiento de que existe un gran número de personas que no se sienten felices en un momento dado, puede servirnos de alivio para nuestra propia amargura. Este mismo pensamiento nos hará apreciar mejor nuestros buenos momentos, si pensamos que estamos disfrutando de un deliciosa situación de la que millones de personas carecen en ese mismo instante.

Fui a ver varios días a mi amiga Juani en el Clínico, que fue operada allí la semana pasada. Uno de los días salí a la terraza, y por un rato, mientras me fijaba en sus 7 u 8 plantas, reflexioné sobre la cantidad de dolor que se albergaba tras aquellas paredes y el montón de medicamentos que se estarían gastando diariamente para poder paliarlo... También pensé que era muy duro estar lidiando a diario con enfermos que se enfrentan al calvario de tener un cáncer, quedarse tetrapléjicos, u otros males... Sentí que tenía mucha suerte de no ser ninguno de ellos. Esto no significa que yo no esté pasando por un período de prueba, aunque no sea sufrimiento físico... Se me ocurre que el dolor que sentimos por los seres que amamos y lo que nos preocupamos por ellos, nos da la medida de nuestro amor hacia ellos, a la vez que este mismo pesar hace que se intensifique nuestra alegría cuando nos deleitamos con su mera presencia... Pienso que cada relación amorosa está salpicada de suplicio, miedo, preocupación y de incertidumbre...pero siempre esperamos que su disfrute nos compense de todo eso y más.

Madrid, 24, mayo, 2009 1:02

martes, 7 de abril de 2009

REFLEXIÓN: Las relaciones y la comunicación



















A veces te ilusionas por una persona y pones tu mejor empeño en conocerla. Pero cuando eres adulta los seres humanos ya hemos tenido nuestras malas experiencias anteriormente. Nuestro corazón ya no es que era como cuando teníamos 15 años. Las malas experiencias nos hacen ser precavidos y a veces hasta desconfiados. Si una de las dos personas que quieren entablar una relación, se topan con otra que está “quemada”, la futura relación dependerá mucho de lo que ambas partes valoren al otro, y las dos tendrán que poner todo en el asador para que haya una comunicación fluida entre ambas. Lo que vas a sacar muy pronto en claro, es si la otra persona te va a frustrar por su desconfianza y malas interpretaciones sobre tus actos. Esto, a pesar de todos tus intentos por mantener tu ilusión, acabará con ella. Si la otra parte se niega a ser comunicativa contigo, tu desilusión será aún mayor. Porque ni te dará pie para que te comprenda, ni a que llegue a conocer tus deseos, inquietudes o necesidades afectivas; ni tampoco te dejará posibilidad de explicarte ante sus malas interpretaciones sobre tu forma de actuar o de decir.

La falta de comunicación es el mayor de los males entre las personas que tratan de entablar una relación. Mediante el intercambio comunicativo se aclaran las dudas, se conoce al otro, se pierde el miedo a la parte que uno desconoce de la otra persona, se llega a saber si el otro es sincero o no, y –como mínimo- se puede establecer una buena amistad.

Cuando una de las dos partes, por el motivo que sea, se niega a esa comunicación o no colabora en ella, llega un momento en que te plantearás el tirar la toalla, al darte cuenta – por mucho sentimiento que tengas por la otra persona- de que esa es una relación sin futuro, y que lo único que te va a causar son frustraciones y dolor.

Durante la madurez, tratamos de que las relaciones que entablamos sean fáciles y llevaderas, que no nos planteen grandes problemas. Que todo en ellas transcurra de la forma más natural posible. Pero si una de las partes se empeña en hacer las cosas de forma irresponsable e inmadura, se niega a ser comunicativa contigo, ve cosas en ti que no existen, sospecha de ti cosas que no son, y debido a eso, te trata de forma brusca injustificadamente o saca sobre ti conclusiones erróneas que hacen daño a ambos...Debemos plantearnos seriamente si debemos alejarnos de esa persona - antes de que nuestros sentimientos por ella vayan a más- a no ser que le veamos atisbos de un cambio radical de actitud hacia nosotros y hacia nuestra relación...Ya que los seres maduros, debemos evitar el sufrimiento que nos intentan provocar de forma gratuita e innecesaria, procedente de personas egoistas, inmaduras, consentidas en su mala educación, hechas polvo por sus previas malas experiencias amorosas- de las que tu no eres culpable- o bien porque carecen de una personalidad estable y coherente. Y sobre todo, debemos exigir ser tratadas con la misma sinceridad, gentileza, ternura y consideración con la que nosotros las tratamos, y no permitir que estas nos malinterpreten bajo ningún concepto - y, por supuesto- no sentirnos culpables cuando estas lo hagan, ya que el problema no radica en nosotros, sino en ellas.

Madrid, 07/04/2009 8:47:01

miércoles, 1 de abril de 2009

REFLEXIÓN: El don de la palabra















"Conversación" de Carlos Páez Vilaró


Esta tarde-noche, tuve que salir a pasear más de lo acostumbrado porque no me encontraba bien de arrojo. De paso me encontré con una vecina a la que he hecho algún favor, pero con la que jamás había intercambiado ni cinco palabras que se refieran a algo íntimo...y es que soy difícil para contar lo que siento -eso es lo que normalmente me reprocha mi hija. Me paso la vida aguanta y aguanta...y me da la impresión que me empieza a resultar malísimo para el ánimo.

Pasé de largo. Me paré. Me di la vuelta. Volví donde ella y le dije: "No me encuentro bien. Por favor ayúdame". Ella se asustó muchísimo. Creyó que me ocurría algo gravísimo y se puso muy pálida. "¿Qué te ocurre?" Me preguntó alarmada. "Nada importante." Le contesté llorando. "Solo necesito hablar con alguien...que alguien me escuche...porque me siento fatal." Y le conté algo que no llegó a comprender, ya que no parecía tener pies ni cabeza para ella. Pero no importaba...Me dijo "No entiendo nada de lo que me dices...pero si no quieres decirme nada más yo no te voy a sacar las palabras con un sacacorchos"...pero me escuchó...Y al final me abrazó y me besó diciéndome: "Nada de lo que tu me digas saldrá de mí. Yo soy una tumba para eso". Me hizo sentir muy bien y la creí. No era mi amiga, pero se comportó como si lo fuera ¡Que maravilloso encuentro!

Me he dado cuenta de lo importante que es tener a alguien que sepa escucharte. No importa si te entiende o no, ni si tiene una solución -porque no es eso lo que buscas. Solo poder desahogarte con alguien es suficiente para salir de un momento angustioso. Las palabras, al ser emitidas, tiene el don divino de la sanación del espíritu dolorido, enfermo o herido. Cuando el verbo fluye desde tu interior hacia el exterior produce el efecto de dialogar contigo mismo. A medida que hablas reflexionas, analizas a la vez que intercambias y comunicas emociones. Eso aminora el peso de tu propia carga emocional. Es como si la repartieras entre tu y la otra persona. Creo que por eso la comunicación es la base fundamental de las relaciones humanas.

Mi vecina hoy se convirtió en lo que un cristiano hace cuando se confiesa, o como cuando el paciente va al psicólogo. Lo siento por el mal trago que le hice pasar...Creo que al final comprendió que solo era un mal rato que estaba pasando después de unos días de fiebre en los que caí en cama -debido a una bronquitis- estando sola y ¡para colmo! uno de ellos había sido mi cumpleaños.

Tal vez deba volver a vivir sola...porque creo que me estoy volviendo afectivamente dependiente... y eso no es bueno ni para mi, ni para mis hijos, a los que he tratado de educar como seres independientes...

En fin...será que me estoy haciendo vieja... y me están empezando a salir las "viruelas"... y dado que no me confieso, supongo que acabaré yendo al psicólogo para no tener que volver a dar la "paliza" a más vecinas...Además, en el tiempo en que vivimos ¿quien tiene tiempo para escuchar sobre los problemas de otros? Y me da la impresión de que lo que está de moda hoy en día, es que cuando alguien te causa un dolor emocional innecesario, en vez tratar de hablar contigo para aclarar las cosas o pedirte disculpas, lo lógico -por lo visto- es que recomienden a tu familia que te lleven al psicólogo o al psiquiatra. Supongo que será porque los que andan atiborrados de pastillas resultan menos "incómodos", para algunos, cuando se los tengan que cruzar en la calle.

Madrid, 01/04/2009 3:09:42

martes, 10 de marzo de 2009

REFLEXIÓN: Aries vs Géminis














Bolita y Mamá

Va por ti Bolita - a ver si ya, y de una vez por todas, con estas pistas- acabas entendiendo a tu madre y a tu hermana. Porque “Nunca es tarde si la dicha es buena”.

NOTA: Mis seres más queridos, mi hijo y mi hermana - entre otros- son Géminis; mientras que mi hija y yo somos Aries.

Hoy estoy un poco espesa. Me he levantado muy tarde, porque mi hijo y yo tuvimos una larguísima charla que duró hasta las 02:30 de la madrugada. Pero mereció la pena, porque dejamos, por fin - y seguramente por primera vez- aclaradas una serie de dudas, y creo que, firmado un pacto verbal ( el Nº ciento no se cuantos), que puede ser la piedra angular de nuestra relación a partir de ya...¡Que no es mala... pero para una Aires todo es siempre perfeccionable, en esta vida!


Géminis es un signo maravilloso, pero hay que entenderlo, incluso sin palabras. Los géminis son, con diferencia, los seres más inteligentes, ingeniosos, simpáticos y sociables del zodiaco, y así se comportan generalmente, sabiéndolos llevar. Pero su doble personalidad hace que tengan un pronto incontrolable al que yo llamo “Tantrum” (pataleta). Este tantrum puede ser desencadenado, dentro de ellos, por un acontecimiento serio o una nimiedad. Por ejemplo, el hecho de que invadas su territorio, principalmente cuando está ocupado; que le hables cuando no quiere escuchar; que no le contestes con cordura, sabiduría, razonamiento y le sigas el hilo siempre que te habla; que entres en su habitación sin permiso o sin llamar; que toques sus cosas; que le dejes la ventana abierta; que no hagas lo que te ha ordenado o que encuentre una simple araña en el baño. A Géminis le encanta gastar bromas - que a veces suenan hasta crueles, por la frialdad con la que lo hace sobre cosas muy serias- pero no admite que Aries le gaste una broma del mismo calibre porque no la aguanta, y se pone hecho un energúmeno ¡Claro que eso solo le dura unos minutos! Géminis tiene tal sentido de la perfección humana, que no soporta ni un solo fallo en los demás, pero no suele mirarse al ombligo. Ve la paja en el ojo ajeno, pero su excesivo orgullo le impide ver la viga en el suyo. Es decir...a un Géminis, por ejemplo, se le puede olvidar el apagar el gas 2 veces en un mes (cosa que él no se puede permitir, por lo perfecto que es, y trata de corregir inmediatamente), pero como a Aries se le pegue o queme la comida 4 veces en 1 año, a la tercena empezará a chantajearla. De tal manera que, cada vez que Aries le pida un pequeño favor, contestará algo parecido: “Vale, te lo hago cuando vayas al médico para que te realicen un test de la memoria, porque estás poniendo en peligro nuestras vidas con el gas”. Aries calla o empieza a pasar de todo o a tomar decisiones drásticas para hacer que Géminis madure -porque Aries sabe, por ejemplo, que Géminis lleva olvidando apagar el calentador de gas durante años, a pesar de que Aries se lo haya repetido ya tres o cuatro veces- ... por no ser escuchada. Es posible que debido a eso se estropee dicho calentador... y se queden sin agua caliente durante más de una semana o sin él, en caso de que no se puedan permitir otro...Pero eso no es lo que le importa a Aries. Aries es generosa, cariñosa, amable, creativa, trabajadora, reflexiva, ... pero se enfada mucho con sigo misma (durante aproximadamente unos 10 minutos), cuando se frustra porque su labor es denigrada, no reconocida o no tenida en cuenta. Y, a veces, opta por dar una paqueña lección inolvidable a su varón Géminis.

Una mujer Aries puede pasar perfectamente sin las cosas materiales más esenciales de la vida, pero no sin el afecto, el aprecio y el apoyo de sus seres queridos. Una mujer Aries no busca que el varón Géminis sea perfecto, sino ser querida y apreciada, por él, en la medida de lo que ella vale. Así que, lo que a una mujer Aires le importa realmente, es el comportamiento del varón Géminis hacia ella, es decir:

1. Que Géminis la escuche cuando habla. Aries escucha, aunque, a veces no lo parezca. Lo que pasa es que es más lenta en asimilar, y tarda más en reaccionar, porque reflexiona antes de actuar.

2. Que Géminis crea en Aries y que, antes de juzgarla, observe como ella se comporta a diario y saque conclusiones lógicas sobre ello, y después le diga lo que cree que ella hace bien, mal o debería rectificar. Tal como hace Aries con Géminis.

3. Que Géminis obre en consecuencia después de haber escuchado a Aries. Porque Aries siempre actuará con Géminis tal y como este se lo ha pedido la última vez. Porque Géminis es variable, cambiante e inseguro, y unos días dice gris, otros blanco y los demás negro. Pero Aries, descontando algunos días de cambios hormonales, siempre está segura de lo que quiere, y no es variable, aunque a veces lo parezca, cuando se enfada.

4. Que Géminis cumpla con lo dicho a Aries. Aries cumple con lo que Géminis le ha pedido.

5. Que Géminis baje su nivel de orgullo masculino hasta una altura suficiente como para comprender a una mujer Aries. Aries es también orgullosa, pero rebaja su orgullo ante sus seres queridos.


6. Que Géminis entienda que una Aries, por mucho que quiera a su Géminis, jamás permitirá que su varón Géminis:

6.1. La chantajée para conseguir que Aries haga algo, que a Géminis le interesa. En este caso Aries se pondrá cada vez más tozuda. A la mujer Aires solo se la convence por las buenas y con amor y cariño; nunca por las malas.

6.2. Que Géminis se comporte como un niño a los 28 años o más años, cuando Aries ya le ha pedido varias veces que se comporte como un hombre y que la respete. En este caso Aries le dará una lección, para poner a Géminis en su sitio. A Aries le gusta que los varones Géminis sean hombres independientes y se comporten como tales. A la mujer Aries no le gusta tener que educar a niños grandes.

6.3. Que Géminis le hable a gritos o atropelladamente desde su gran altura o por encima del hombro para amedrentar a la pequeña, y físicamente más débil, mujer Aries. En este caso Aries no hablará al varón Géminis durante un tiempo (por ejemplo, un día, 2 o 3, si es necesario; mientras mantiene una lucha consigo misma, sobre lo que considera "mantenerse en sus trece" y sus sentimientos), aunque ya no esté enfadada, para hacer reflexionar a Géminis. O como mucho, Aries se tomará la molestia de recordarle al varón Géminis: “Con ese comportamiento no vas a ninguna parte. Y lo único que conseguirás será tener problemas en tus relaciones con tus amigos, las mujeres que te quieren y todos los que te rodean”. Pero normalmente, la mujer Aries madura se callará, porque al varón Géminis no le gusta que le digan las verdades, ni que le corrigan (al creerse perfecto...eso no se le puede decir) porque acrecentará su tantrum durante un rato, hará que Géminis se meta en la espesura, se deprima y que no vea el horizonte por ningún lado durante unos días.

6.4. Llame, haciendo aspavientos o teatro, a Aries para que le mate la araña. En este caso Aries pasará de Géminis, porque piensa que ya es hora de que este supere sus miedos ancestrales. A la mujer Aries le harán gracia las exageradas y teatrales bobadas o gritos de Géminis, y se reirá por lo bajini. Aunque la mujer Aries tenga sus miedos encontrará la forma de superarlos por sí misma.

7. Que la mujer Aries y el varón Géminis puedan jugar juntos y a lo que sea, pero que el varón Géminis no juegue con la mujer Aries.

8. La mujer Aries tiene un gran sentido del humor. Es capaz de hacer bromas sobre sí misma, pero no acepta con agrado que el varón Géminis se ría de ella, sino con ella. Por eso a ella tampoco le gusta reirse, ni burlarse del varón Géminis.



Bien,... entonces ¿Cómo podrá un Géminis varón –mimoso y orgulloso donde los haya, y que, además, siempre quiere jugar con ventaja sobre ella- conseguir que su adorada Aries le haga caso y/o lo que él desea?

Es muy fácil... ¡Acordarse de lo que Aries le ha dicho o ha pedido que haga (¡que casi nunca es mucho! pero es de gran valor para Aries) y que esto sea cumplido por el varón Géminis. No es necesario que sea de immediato, porque la mujer Aries también sabe esperar. (Yo, por ejemplo, tengo mucha paciencia, aunque mientras espero desespero, sin que lo parezca).


Si Géminis cumple con lo pactado –y además, no es abusivo con Aries, ni le toma el pelo- sino que se deja mánsamente y voluntariemente querer, cuidar y mimar, por las buenas, por la mujer Aries... todo será una balsa de aceite entre los dos. De todo contrario, la mujer Aries se mantendrá en lucha constante contra ella misma, para hacer entrar en razón a su varón Géminis, y su relación será una batalla campal y silenciosa sembrada de escasos encuentros fortuitos. La pequeña-gran Aries se pasará la vida intentando buscar un equilibrio en la desequilibrada inestabilidad del gran varón pitufo-sabe-lo-todo Géminis, que por otro lado - acostumbrado a ser "el niño bonito y gracioso" -¡y lo es!- se vuelve caprichosito, comodica y un niño mimado. Así que la mujer Aries siempre actuará de acuerdo con lo último que el varón Géminis de haya dicho o gritado - aunque sea ilógico, irracional, le moleste mucho, la deprima, la mortifique o no sea lo que ella quiere en absoluto- para demostrarle a Géminis que lo quiere, lo respeta, y sobretodo, para que él mismo vea, con el tiempo, que está cometiendo un grave error y trate de rectificarlo por sí mismo.


Géminis debe tener en cuenta también que -aunque Aries es una luchadora y una guerrera incansable- siempre está dispuesta a la negociación pacífica, y a escuchar, siempre y cuando Géminis le hable razonablemente, y con la mínima cortesía y caballerosidad exigible en cualquier relación humana.


Una mujer Aries siempre le va a dejar elegir a su varón Géminis cómo quiere que sea la relación entre ambos, y obrará en consecuencia. No por venganza - porque Aries no es vengativa- sino porque la mujer Aries es muy segura de sí misma y de lo que quiere, y porque no se deja dominar fácilmente, (y menos por la fuerza o el chantaje), y solo se la gana con un poquito de atención, por parte del varón Géminis, léase: carantoñas, mimos, bromitas graciosas, juegos, etc.... Porque este sí que es el punto flaco de una Aries (¡Ups,... Tal vez no debería revelar dónde la mujer Aries tiene su Talón de Aquiles!).

Madrid, 10/03/2009 12:54:06

viernes, 6 de marzo de 2009

REFLEXIÓN: April y la montaña
















Kate Winslet en April Wheeler, Revolutionary Road, después de regresar del bosque.

Lo que te prometí, Glo.


En un momento cumbre de la película “Revolutionary Road”, April sale corriendo de la casa hacia el bosque cercano. Leo cree que huye y la sigue. Ella le grita “¿Quieres dejarme sola? Tengo que pensar”.

John Gray, en "Los Hombres son de Marte y las Mujeres de Venus”, afirma que cuando los hombres necesitan resolver un problema, se meten en su cueva hasta que encuentran una respuesta coherente. Mientras que las mujeres hablamos de ello con las amigas para desahogarnos. Eso no es cierto para todas las mujeres. April es una de estas excepciones.

Yo creo que me parezco a April en este sentido. Por eso comprendo perfectamente su reacción, y el estado de ánimo en el que regresa a casa. Se encuentra calmada, y su mente está lúcida y despejada. Está preparada para llevar a cabo la decisión que ha tomado. Aunque, a mi parecer, es errónea.

Yo también recurro a la montaña para encontrar una solución a mis problemas, en vez de hablarlo con mis amigas.

Tengo la suerte de vivir a unos 15 minutos de uno de los puntos más altos de la ciudad de Madrid, el Cerro la Mica. Desde él, al frente, se divisan todas las cúpulas de la capital. Y a la izquierda, la Sierra del Guadarrama, en cuyas cumbres caen las primeras nieves y se derriten las últimas, de toda la Comunidad.

Me gusta subirme a divisar el paisaje desde allí. Por dos motivos principales. Cuando me encuentro bien de ánimo disfruto de las vistas. Pero cuando tengo algún problema emocional, al igual que le ocurre a April, subo para reflexionar, llorar, gritar, si lo necesito –dado que es lugar bastante solitario- y tratar de encontrarme a mi misma. Mirar las montañas me tranquiliza mucho. Yo siempre llevo alguna la montaña en mi retina. Nací mirando a Las Barrancas de Santalla, desde nuestra casa en Dehesas (León). Cuando nos trasladamos a Quereño, Orense, desde las galerías de nuestra casa se divisaban las montañas desde donde más tarde se extraería la pizarra de San Pedro de Trones. De vuelta a Ponferrada, mientras cocinábamos teníamos el Pico Pajariel (Montes Aquilanos), al frente. Desde entonces, durante las vacaciones, en la nueva casa de madre, mis tíos o mis primos, en Dehesas, siempre tenemos El Teleno a la vista. Así que no es de extrañar mi amor a la montaña. Cuando llegué a Madrid, el hecho de no poder verla, durante un período superior a una semana, se sumía en una depresión. Se sentí feliz cuando compré este piso de soltera por estas características principalmente: está a ras de tierra, es todo exterior rodeado de jardín, desde donde puedo escuchar el trino de los pájaros y el murmullo de los árboles; está a 15 minutos de caminata hasta de La Casa de Campo, y desde el Cerro la Mica podía subir a contemplar las montañas. Su tamaño no era de gran importancia. Cuando mis hijos eran pequeños, y hacía viento, subíamos los domingos al Cerro para volar sus cometas. Luego, cuando se asentaron los chabolistas durante años, tuvimos que abandonar esa costumbre. Pero ahora, al haber sido transformado en parque, es un lugar ideal para el asueto y la meditación. Desde arriba ves a la gente de tu barrio diminuta, se aleja el ruido incansable del tráfico, y te sientes por encima, y apartada, de las miserias humanas. Las montañas siempre están ahí perennes, inmóviles, y ocurra lo que ocurra en tu vida, son como una tabla de salvación a la que siempre puedes recurrir en momentos de flaqueza. Su permanencia en el tiempo me inspiran fortaleza de espíritu. Mahoma va al montaña a meditar. Jesús vence sus tentaciones en ella. Y creo que la fortaleza de espíritu – su inteligencia, sentido lógico de la vida acorde con la naturaleza, sabiduría, etc.- que tiene el Dalái Lama, y los demás monjes tibetanos, tiene mucho que ver con el hecho de habitar en el Tibet.


También disfruto del mar, de su brisa, del poder bañarme o dejarme mecer por sus solas. Pero el viento de la montaña y el del mar tienen un efecto muy distinto sobre mi estado de ánimo. El viento de la montaña despeja mi mente, se lleva mis malos pensamientos, me ayuda a pensar con lógica y cordura, y a tomar sabias decisiones. Mientras que el efecto que el viento del mar produce en mí es el contrario. Me llena de inquietud, inestabilidad emocional y no me deja pensar con raciocinio porque me produce zozobra. Creo que no soy yo la única que se siente afecta en este mismo sentido por el viento marítimo. Dicen que el de Levante produce muchos casos de suicio.

Creo que April debería haberse subido a un cerro como el de la Mica a meditar, en vez de sumergirse en un bosque, donde la espesura de los árboles no le dejó ver el horizonte.

Madrid, 06/03/2009 8:38:17

martes, 3 de marzo de 2009

REFLEXIÓN sobre la fragilidad de la victima femenina



















En el cuento, Bestia se convierte en Principe y Belleza en Princesa. En la realidad la bestia se convierte en el asesino y la belleza en su victima.

En la serie de “Amar en tiempos revueltos”, el personaje de Teresa, es una chica joven, alegre, inteligente, resuelta, que sabe lo que quiere porque tiene un carácter de fuertes convicciones. En un momento dado de la teleserie, ella es víctima de una agresión física por parte de un asesino desconocido, que intenta matarla en plena calle, aunque no lo consigue. Su personaje, representa en ella, a esas miles de mujeres que sobreviven cada día a alguna agresión violenta causada por los actos, los insultos o los malos tratos físicos de los hombres.

Estas mujeres-victimas intentan olvidar, rehacer su vida. La mayor parte de las veces solas, y otras junto a hombres sensibles que las comprenden y las apoyan. Su vida es normal, como la de otra mujer cualquiera, al igual que hace Teresa. Pero el simple hecho de que Teresa se quede encerrada en los Grandes Almacenes, le provoca una crisis emocional, al ser de nuevo presa del pánico.

¿Qué es lo que provoca ese pánico? A mi modo de ver, un cúmulo de circunstancias, que hace que lo que está normalmente olvidado y guardado, en algún rincón de la memoria a largo plazo en nuestro cerebro, regrese repentinamente, pasando a la memoria temporal y haga que sea revivido en el frágil cerebro de la víctima de forma puntual.

¿Quién tiene la culpa de que esto ocurra? A mi me parece que es un simple hecho, a veces, sin mucha importancia, pero que es la llave que abre el resorte de la puerta que guardaba el pánico.

¿Debe, la persona que lo provocó sentirse culpable por ello? A mi modo de ver no, a menos que conociera a priori que actuando de esa forma conseguiría ese efecto en la mente de la persona. Es decir, alguien de mente perversa o retorcida, que sabe cómo hacer daño a una persona y lo hace a sabiendas, con el propósito de herirla. En el resto de los casos, no son más que ese cúmulo de circunstancias, que en un momento dado concurren y desencadenan la angustia de la víctima. Por lo tanto la persona que actuó de forma negligente o inconsciente provocando ese hecho, lo único que debe hacer es saber cómo actuar frente a una mujer, que en algún momento dado, ha sido victima de la violencia machista


Las mujeres que han sido víctimas de esa violencia masculina necesitan el apoyo y la comprensión de sus amigas, de su familia, se sus vecinos, y de la sociedad en general, y lo que les sobra son los juicios y las críticas.

Por regla general, la sociedad no comprende a estas mujeres. Hay muy pocos casos en que alguien haya salido en defensa de ellas. Los vecinos se lavan las manos, por que no quieren entrar en “asuntos de pareja” – me pregunto qué tendrá que ver la violencia con esos asuntos. Si son amigas verdaderas te apoyarán, pero la mayoría, te dará la espalda para que no les des “la paliza”. Los organismos públicos de protección a la mujer no consiguen salvarles la vida. Las comisarías pueden retener sólo unas horas a los agresores. Los jueces a veces justifican que a una mujer la violó un hombre “porque llevaba” minifalda. Y cuando vas a denunciar a un hombre que reiteradamente te acosa, te arremete o maltrata, al relatar los hechos, para el hombre-policía de turno tome nota, todavía la victima encontrará en comisaría a algún estúpido que te pregunte “¿Pero algo le hará usted para que él esté actuando así , no?”.

Si te acosa o arremete un hombre que te habáis conocido en una discoteca, alguna vez te encontrarás a alguna vecina - de esas que se pasan la vida cotilleando la vida ajena- que te diga “Claro, eso te pasa por ir de discotecas. Si no fueras a hacer el pingo por ahí, y te quedaras en casa como hacen las mujeres decentes como yo, eso no te habría pasado”. Las mujeres, en general, son mucho más críticas con las mujeres-victimas que los propios hombres. Tus vecinos te miraran con cara rara, harán corrillos cuando pasas, le dirán a otros, para que te digan, que tu acosador o agresor vino a hacerte esto o lo otro a tu casa, a tu coche, a tus hijos, etc., y si les pides el nombre del testigo -porque necesitas alguien que testifique en un juicio- ese testigo no aparecerá por ninguna parte, y lo que ha presenciado lo contará como anécdota en el mercado, en la tienda de la esquina, en los corrillos entre amigas, o en la farmacia próxima a tu casa, pero nunca te apoyará a ti, ni dará la cara.

Así actúa esta sociedad cobarde y consentidora, ante las mujeres que son víctimas de la violencia machista. Mientras a los telediarios se les llenará la boca, dando un día tras otro, la noticia de la muerte de una mujer más, en manos de su agresor, y reiterarán que este ya tenía orden de alejamiento, que ya la había amenazado con matarla varias veces, etc., etc, etc. Son noticias de “copia” y “pega” , a las que solo hay cambiar el nombre de la victima, su edad, el lugar, el día y la hora.

Las mujeres, en general, nos sentimos más desprotegidas y más frágiles física y emocionalmente que los hombres. Por eso nosotras, por regla general, lo que más valoramos en el hombre es ese sentido de protección, de apoyo, de seguridad que su fortaleza te da. Y si eres, además -como lo soy yo- huérfana de padre desde muy pequeña, y/o no tienes hermanos, la falta de la figura paterna o del hermano mayor, hace que te sientas aún más desamparada ante la fuerza física de un hombre, ante la crítica social y sobre todo, ante la falta de comprensión que reina en el entorno social de la victima.

Me pregunto, ¿cuántos hombres, en sus relaciones cotidianas con las mujeres piensan en este hecho, y si sabrían actuar en consecuencia? Los medios de comunicación han considerado recientemente héroe, a un hombre, por salvar a una mujer de las garras de su agresor. Es decir, un hecho que debería ser cotidiano, se ha convertido en noticia, por ningún hombre suele actuar en defensa de una mujer aunque vea que la están matando.

Creo que nuestra sociedad ha tirado a la basura el lema "Primero la mujeres y los niños" para pasar enarbolar el de "Primero yo, después yo y siempre yo".

Madrid, 03/03/2009 11:55:17

Te invito a leer mi Serie: e-Learning con Huamor

jueves, 26 de febrero de 2009

REFLEXIÓN: Las relaciones humanas y la honestidad
















Creo que las relaciones humanas ya son de por sí lo suficientemente complicadas como para añadirle aditivos que las compliquen.
Desde mi punto de vista, la falta de honestidad por parte de ambos implicados en una relación, bien sea de amistad, amor o de algún tipo de negociación, debe basarse en igualdad de condiciones, información y en la confianza mutua entre ambas partes.

En las relaciones de amistad o de pareja, si una de las partes trata de sacar ventaja sobre la otra de alguna forma, por ejemplo, confiando más en la información que terceros le puedan proporcionar sobre ti, más que la que tu misma le puedas dar, o te das cuenta - por algo que presenciaste antes- de que te está mintiendo o de que no te quiere decir la verdad para no sentirse en desventaja, etc. Eso demuestra claramente que la otra parte no confía en ti.

Pienso que no se puede establecer ninguna relación basándose en un principio de desconfianza por alguna de las partes.

Cuando te presentas ante alguien que te interesa o piensas que te podría interesar, con el corazón limpio, y no eres correspondida en la misma medida. Cuando lo que te devuelven es miedo, falta de sinceridad, o incluso burla... es complicado de asimilar. Así que por mucho interés que tengas en conocer mejor a esa persona, tómate un tiempo para reflexionar, y descubrir hasta qué punto debes empeñarte en establecer una relación con alguien que no es franco contigo, que ya antes, por desconfianza te ha malinterpretado, que tiene pánico de decir la verdad por causa de sus frustraciones previas, y sobre todo, si tampoco te demuestra que tenga gran interés sobre tu persona. Porque, probablemente, la tuya vaya a ser una lucha infructuosa, sin sentido y que te cause mayor daño en el futuro del que te pueda causar ahora no seguir adelante.

Siempre puedes colocar en una balanza los pros y los contras, y ver qué pesa más dentro de ti...En el mundo de los sentimientos, la razón no suele ir muy ligada a lo que sentimos. Muchas veces el raciocinio te dice “No metas tu cabeza por ahí”, pero tu erre que erre, y sin saber el motivo, ni el porqué...No hay quien te saque de tu cabezonería.

Bueno la única ventaja o desventaja –según se mire- de que tú tomes tus propias decisiones, sin consultar a nadie, más que contigo misma, está en que si la relación fracasa no tendrás a nadie a quien echar la culpa, porque no pediste una segunda opinión o no hiciste caso de las opiniones de terceros.

Madrid, 26/02/2009 13:55:23

miércoles, 25 de febrero de 2009

REFLEXIÓN: sobre la creatividad
















Desde mi punto de vista, la creatividad es la capacidad que tenemos los seres humanos de ser capaces de captar en algo cotidiano un filón para poder convertirlo en algo fuera de lo común. Unas veces será una palabra, otras un gesto, una situación, un sentimiento, etc. lo que dispare nuestro mecanismo creativo.

Los que escribimos debemos de plantearnos la exigencia de plasmar de la forma más estética posible la cotidianeidad o la vulgaridad, y transformarlo en una pieza única de belleza.

Yo creo que soy creativa y que tengo mucha imaginación, pero supongo que con la práctica, casi diaria, de la escritura podré pulir mi forma de decir las cosas, para que cada vez suenen más poéticas, emotivas, terroríficas, exageradas, crueles, bondadosas, etc.

Me gusta observar a la gente en la calle y en el parque que hay cerca de mi casa. Cada día me hacen descubrir cosas sobre la vida cotidiana y los seres humanos, que antes obviaba porque siempre tenía demasiada prisa al caminar de un lado a otro para ir al trabajo, de compras o hacer recados. Ahora tamién me paro de vez en cuando a intercambiar algunas conversaciones, sin mucha trascendencia, con mis vecinos. Espero que eso algún día me enseñe a crear personajes para alguna novela que tengo en mente.

Ahora también, normalmente estoy más calmada y reflexiva. Eso me ayuda a pensar más en lo que quiero escribir, en el mensaje que deseo transmitir y cómo hacerlo.

Por algunos comentarios que me hacéis los lectores, parece que a veces no expreso bien lo que quiero decir en mis poemas, y entendéis cosas o situaciones diferentes. Si, me cuesta mucho expresarme con exactitud, especialmente en español, porque normalmente pienso en inglés... pero bueno...también esa es una puerta abierta a vuestra propia creatividad, ya que mi ambigüedad contribuye a desarrollar vuestra quimera. Pienso que eso es, así mismo, interesante ¿no? Prefiero los “finales abiertos” que los “cerrados”, donde todo queda explícitamente dicho. En ellos no hay participación creativa por parte del lector, por lo tanto a mi me resultan más aburridos.

Madrid, 25/02/2009 12:55:14

domingo, 1 de febrero de 2009

REFLEXIÓN: la incertidumbre del amor
















Imagen: “Principio de incertidumbre” de Luz González de la Torre

Este escrito me lo ha inspirado (y por lo tanto se lo dedico) D. Antonio R. de las Heras, Director del Instituto de Cultura y Tecnología, a raíz de las interesantes conclusiones que realizó sobre la exposición de la Tesis de Kori, el pasado viernes en la Universidad Carlos III de Madrid.


El profesor de las Heras mencionó, muy acertadamente, que hay un principio de “incertidumbre” que rige nuestras vidas, por lo tanto todas las relaciones humanas, y principalmente la del amor.


Yo publiqué hace unos días “Reflexión sobre el cerebro enamorado” que tiene relación con lo que voy a escribir ahora.


La doctora Brizendine (2006) habla del estado de drogadicción en el que se encuentra el cerebro cuando está enamorado. De tal forma que cuando el amante siente una retirada del objeto amado sufre un chock emocional semejante al síndrome de abstinencia o mono que padece un drogadicto ante la carencia de la misma. Es decir que la falta del ser amado contribuye a crear una incertidumbre, que conlleva una sensación de vértigo en la otra persona, además de: mariposas en el estómago, falta de apetito, dificultad de concentración y falta de sueño. Creo que esto podría ser principalmente lo que causa que las mujeres necesitemos, de forma muy constante, un reforzamiento de seguridad y de protección, por parte del ser amado. Cuando un hombre, al comienzo de una relación se mete en su “cueva” tal como dice John Gray en “Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus” lo que hace es estar contribuyendo a fomentar la incertidumbre en la mujer. Ella necesita reforzar su seguridad hablando del tema con sus amigas, aunque también hay mujeres que son muy reservadas y se lo tragan todo. Estas últimas son quizá las más vulnerables a no comprender lo que está pasando por la mente masculina, y se frustran más rápidamente, por falta de apoyo moral proveniente de otras personas.


Hay muchas relaciones, que inexplicablemente, han terminado, sin que los hombres entiendan el motivo ni se hayan dado cuenta del porqué, cuando ellos creían que les bastaba con saber que la mujer estaba enamorada de ellos, y no hicieron nada que reforzara ese amor dejándolo perder debido a que no sabían que las mujeres necesitamos ser reforzadas en nuestro amor por ellos.


Una amiga mía me contó el caso de un conocido suyo, al que llamaré X. Inexplicablemente para X, la mujer de la que estaba enamorado y que sabía que ella le correspondía, se enrolló con otro y se casó con él en menos de tres meses. X había sabido, por mi amiga, que una chica conocida de ambos, estaba enamorada de él. Cuando X se enteró creyó que ya lo tenía todo hecho. Se limitaba a seguirla y verla desde lejos, casi nunca cruzaba ninguna palabra con ella, la rehuía cuando ella trataba de hablar con él, y se limitaba a hacer los preparativos en su casa para un día darle una sorpresa cuando la invitara a ella y declararle su amor. X ignoraba por completo, que el cerebro femenino no funciona al igual que el de los hombres, que es más romántico, y que con solo ver a la mujer amada ya sienten reforzado su sentimiento amoroso. Desconocía totalmente que si a una mujer no se le ofrece confianza y se refuerza su amor con frecuencia, para que se sienta querida, el amor de la mujer se frustra rápidamente, sobre todo al principio, porque está sometida a un alto grado de incertidumbre. Muchas veces, por el efecto rebote que esta incertidumbre produce en la mujer, cuando aparece otro hombre en la vida de esa mujer que le refuerza este afecto que su amado no le está dando, se enganchan muy fácilmente al otro, porque le da justo lo que más necesita en ese momento, y le quita la sensación de vértigo que la está desequilibrando emocionalmente. Es decir que el segundo hombre que llega su vida, viene a ser una especie de sustituto o efecto placebo, semejante al efecto que causa la Metadona en los heroinómanos.


Madrid, 01/02/2009 17:58:41

viernes, 30 de enero de 2009

REFLEXIÓN: sobre las ilusiones
















Muchas veces nos topamos con personas sobre las que nos montamos un castillo en el aire, y esto nos hace crear un mundo de fantasía que solo existe en nuestra mente pero que nada tiene que ver con la verdadera situación.

Esto suele ocurrir principalmente cuando nos ilusionamos con personas del otro sexo, pero que en realidad nunca llegan a corresponder a nuestros sentimientos. Estos espejismos nos hacen ver, en las personas por las que nos montamos quimeras, signos de correspondencia hacia nuestros sentimientos, que en realidad no existen, y que no son más que el producto de nuestros propios anhelos, ya que no tienen ningún fundamento de veracidad.

Las personas realistas se cansan y ponen tope a estos delirios decepcionantes, pero las fantasiosas y soñadoras, aunque no obtengan de la otra persona más que un simple hola o una mirada, lo llegan a interpretar como algo más importante, y se quedan ancladas esperando siempre algo más que no llega, ni llegará jamás ... porque no lo hay.

Los románticos que se conforman con solo eso permanecerán “enganchados” a una relación no correspondida. Es difícil poner los pies en la tierra cuando tienes una esperanza, pero los que son incapaces de analizar la situación y de tomar determinaciones acordes con los resultados, siempre estarán solos con sus sueños, sin haber obtenido nada positivo ni satisfactorio.

Creo que siempre hay que hacer balance sobre los resultados obtenidos en cualquier trance en la vida, y que también es preciso poner fechas límite a los deseos que pretendemos conseguir - para que pasadas las fechas marcadas con esos claros objetivos, sean del tipo que sean- y veamos que no hemos avanzado, será preciso olvidarnos de esas quimeras, y plantearnos otras nuevas que nos lleguen a compensar emocionalmente.

Hay personas que no tienen esa fortaleza y llegan a sumirse en grandes depresiones atiborrándose de medicamentos, enfermando o intentando incluso el suicidio. Pienso que nada ni nadie merece tanto la pena como para poner en peligro nuestras vidas. Porque si son situaciones problemáticas, el tiempo las resolverá, y si son personas que no pueden corresponder a nuestros sentimientos, esto no tiene arreglo. Los sentimientos que tengamos por otras personas dependen de que seamos correspondidos o no, y para ser amados es necesaria una tercera persona, no nosotros solos. Así que la única solución es analizar con realismo todo tipo de espejismos, y desarrollar técnicas de olvido para con aquellos a los que lleguemos a la conclusión de que son inalcanzables. Es la única manera de que podamos sobrevivir y hacernos cada vez más fuertes.

Todo esto es más fácil de decir que de hacer. Porque siempre sabemos qué consejo dar a otros en estas circunstancias, pero nos cuesta más aplicarnos esta teoría para con nosotros mismos. Tal vez la clave esté en distraernos con actividades diferentes a lo que estamos acostumbrados o plantearnos nuevos objetivos o retomar los que habíamos dejado atrás olvidados o postergados. Es decir : romper con la rutina o los pequeños hábitos que han acompañado a estas utopías ... para empezar.


Madrid 30/01/2009 7:14:50

miércoles, 28 de enero de 2009

REFLEXIÓN: el valor de la música















Desde hace dos días he vuelto a ponerme a escuchar mi música favorita.

No se porqué, pero durante años, me había negado a mi misma este fantástico placer de dejar que mi espíritu fuese invadido y arrastrado por estos sonidos que me resultan tan motivadores.

Durante mucho tiempo solamente he escuchado música para bailar, normalmente en casa. Porque el bailar es lo único que ha podido sacarme siempre de una depresión segura.

Ahora he decido escuchar música mientras estudio, cocino, limpio la casa o leo. Algo que siempre hacía años atrás, pero que olvidé hacer...por múltiples razones.

Estoy feliz de haberme dado cuenta de lo mucho que estos sonidos pueden ayudarme a levantar el ánimo.

¿Cómo he podido negarme un placer de dioses del que no todo el mundo, desgraciadamente, puede disfrutar? ¿Cuántas personas no darían lo que fuera por poder escuchar la música que yo me he perdido?

A veces me pregunto ¿porqué he tendido a negarme cosas que pueden hacerme sentir feliz? ¿Seré masoquista? ¿O habrá que encontrar el momento adecuado en nuestras vidas para cada cosa?

No se la respuesta a esta pregunta, pero ¡me alegro de volver a quererme así! Porque si no me quiero yo...¿Quién lo hará?

Aunque también puede ser que necesitara olvidar los recuerdos que la música traía a mi memoria. Bueno...pues ahora parece que TODO eso está archivado...¡Y ya era hora!

Madrid, 27/01/2009 23:48:49

domingo, 4 de enero de 2009

REFLEXIÓN: Sobre el cerebro enamorado














Basado en "Besos ciegos" de René Magritte



Hoy he releído el capítulo 3 de “El cerebro femenino” (The Female Braim) de Louann Brizendine (2006) porque me resulta de gran ayuda para comprender lo que me ocurre. Este libro me fascinó. Creo que las mujeres deberían leerlo para conocerse mejor, y los hombres también deberían tenerlo como libro de cabecera si desean conocer cómo somos, cómo nos comportamos y cómo reaccionamos las mujeres ante las circunstancias que nos van marcando, según las distintas etapas de nuestra vida.

Este capítulo, titulado “Amor y confianza” trata de por qué nos comportamos de una cierta forma cuando nos enamoramos. Es muy ilustrativo, ameno y explica la tarea que realiza nuestro cerebro en este caso, y de cómo parece que todo en el amor está ya predeterminado de antemano por la naturaleza para facilitarnos la procreación, la supervivencia y la trascendencia.

Todos conocemos la importancia de la “química” en las relaciones de pareja. Pero según esta doctora, nada es casual. Y somos más predecibles de lo que parece a primera vista. Parece ser que la simetría de las caras que nos seducen, de los cuerpos que nos subyugan, de los movimientos que nos atraen, etc. Está almacenado en nuestros circuitos cerebrales del amor. Según ella, esa “química” no tiene nada de accidental, puesto que nuestro cerebro ya lo tenía todo programado y nos conduce hacia parejas que puedan compensar nuestras deficiencias en la reproducción humana. (Mi pregunta al respecto es ¿ Entonces cómo se explica que nos sigamos enamorando cuando las mujeres ya no somos fértiles? ¿Para qué nos enamoramos cuando no queremos tener hijos? )

Una vez que se enciende la luz verde hacia la pareja potencial, y si se ajusta a nuestra ancestral lista de deseos, se produce en nosotros un aporte de sustancias químicas: las ondas de la atracción y deseo invaden nuestro cuerpo, debido al efecto de la producción de dopamina -que nos inunda de euforia y entusiasmo, y de testosterona –que despierta nuestro deseo sexual.

Dice que en los emparejamientos a corto plazo, las mujeres “seleccionan” y los hombres “cazan”. Según el psicólogo evolucionista David Buss nuestros instintos mentales no han cambiado en millones de años. Afirma que las mujeres tienen más interés en buscarse maridos que tenga recursos materiales y estatus social, que sean unos 10 cm más altos, y unos 3 años y medio mayores. Y que todo esto forma parte de la estrategia de la “inversión” en la crianza y protección de la prole. (Se me ocurre que las mujeres que podemos enamoramos de hombres mucho más altos o bajos, que no damos importancia a los recursos materiales de los hombres, y que no nos importa que sean más jóvenes que nosotras o mucho más mayores, somos unas raras.)

¿Qué buscan los hombres? Según Buss y otros, los hombres prefieren esposas físicamente atractivas, entre 20–40 años, y que sean 2 años y medio más jóvenes que ellos: que tengan piel clara, ojos luminosos, labios carnosos, cabello brillante y una figura parecida a la del reloj de arena, ya que todas estas características son sinónimo de fertilidad. Para estar seguros de su paternidad, los hombres quieren que las mujeres se emparejen solo con ellos y que tengan instintos maternales que les garanticen que su descendencia va a prosperar. Bueno que el hombre busque una mujer “fiel” parece común a todas las edades no solo para las mujeres en edad de procrear. (Por mi edad, y según los estudiosos, estoy completamente descartada de la mente de cualquier hombre. ¡Deprimente! ¿no?)

Parece ser que las mujeres realizamos un temprano y cuidadoso examen al posible nivel de compromiso de un hombre, por eso desarrollamos más nuestra astucia. Nuestro cerebro se adaptó a realizar esta tarea, y así hemos afinado nuestra capacidad para leer matices emotivos –por el tono de voz, la mirada y la expresión facial. Lo que nos hace ser más precavidas que el hombre. (Sí, es cierto. Es lo que nosotras llamamos el “sexto sentido”. Que parece ser que se agudiza con la menopausia, llegando a convertir a algunas mujeres en casi “adivinadoras”, por la gran sensibilidad emocional que poseen. De ahí surgieron en las distintas culturas las pitonisas, quirománticas, brujas, magas, etc.)

Sin embargo los hombres tienen más actividad cerebral en áreas de procesamiento visual. Es por eso que los hombres suelen enamorarse “a primera vista” con mayor facilidad que las mujeres. (Nosotras solemos decir que al hombre “le entramos por el ojo”. Supongo que esto ya lo sabían las prehistóricas que buscaron la forma de aparecer más atractivas ante los ojos del ser amado mediante afeites, perfumes, maquillajes, adornos, etc. ¡De ahí surgió el invento de la moda!)

Según Louann, en el instante en que nos enamoramos los canales cerebrales de la precaución y la crítica se cierran, para que no “veamos” con crítica los defectos de la persona amada. (Es decir que cuando afirmamos que “el amor es ciego” no estamos diciendo ninguna tontería.) porque la oxitocina y la dopamina que se producen en el enamoramiento dañan nuestra capacidad de juicio. De tal manera que cuanto más apasionada eres – (¡imagínate, para una Aries como yo...que se dice que somos el signo más fogoso del zodiaco!)- menos te importan los defectos de tu amante. Es decir que el cerebro enamorado se encuentra en la mayor fase de irracionalidad imaginable. El cerebro, ciego a las deficiencias de su amado, se sumerge en un estado de éxtasis involuntario que produce un amor enajenado. ¡El amor se alberga en los mismos circuitos cerebrales de la obsesión, las manías, la embriaguez, la sed y el hambre! Y aunque no es una emoción, influye intensificando o disminuyendo otras emociones. (Cuando te enamoras realmente te llegas a sentir enfermo físicamente: se te quita el apetito, a veces tienes náuseas, taquicardias, no puedes dormir, estás como en estado febril, y obsesionado por la imagen de la persona amada que te invade día y noche. Sientes como hambre o sed por su presencia, que solo se calma cuando puedes verla/lo u oirla o leerla, aunque solo sea durante un segundo). Esto se debe a una actividad de producción febril de hormonas y sustancias neuroquímicas –dopamina, estrógeno, oxitocina y testosterona- en nuestro cerebro. De tal forma que nos convertimos que auténticos drogadictos, semejantes a los efectos que produce la droga del “éxtasis”. Y vivimos “colocados” de forma natural, ya que el amor dispara el circuito cerebral de la recompensa. En este estado de enamoramiento - que suele durar de 6 a 8 meses (en emperajamientos sin periodos de separación)- (tal vez porque si se alargara más tiempo moriríamos de inanición, falta de sueño, dificultad para concentrarnos, etc.) el bienestar de la persona amada es más importante que el nuestro. En esta fase, memorizamos intensamente cualquier detalle (cualquier insignificancia proveniente de la persona amada nos puede levantar el ánimo o hundirnos en la mayor de las miserias), y si se produce una separación – retirada neuroquímica en el que cerebro se encuentra en un estado de abstinencia de su droga- se crea un estado de ansiedad o de “hambre” por la persona amada. (¡Ante la ausencia del ser amado surge la poesía!).

Mediante los besos, las caricias, las miradas, la interacción emocional positiva o el orgasmo se repone el vínculo amoroso restableciendo la confianza en el cerebro porque el aporte de oxitocina vuelve a suprimir la ansiedad y el escepticismo. (Cuando se tiene al amado entre los brazos no hay mucho tiempo para escribir, solo para disfrutar de su presencia ¿no crees?... Um, me gustaría tener una época tan intensa que no tuviera ni tiempo para escribir ¿Qué te parece? }:-)

Los flujos hormonales de dopamina en el cerebro descienden gradualmente al igual que el apremio de hambre-apetencia a medida que se van desarrollando los de adhesión y vinculación.

(Espero que mis niveles de oxitocina y dopamina se restablezcan a corto plazo, de lo contrario moriré de ansiedad o mi escepticismo se convertirá en una barrera insalvable...Oh, Dios, espero que él no se haya convertido ya en un escéptico irrecuperable...) }:-(

Madrid, 3 de enero de 2009

viernes, 25 de julio de 2008

REFLEXIÓN : Sobre "El amor romántico, última utopía de la postmodernidad"

 

La novia Foto Cela(1976)  

DEDICATORIA: A Coral Herrera Gómez, una de mis mejores, y más románticas, ex-alumnas, con todo mi amor.

Querida Kori,
ante todo mis felicitaciones por haber conseguido que publicaran tu primer artículo. Lo encuentro muy interesante, y ha conseguido suscitar en mí algunas ideas sobre lo que expones en él.


 

 

 

El amor y la soledad

Muchas personas dicen que es muy duro estar solo, y te puedo asegurar por experiencia propia que es cierto. Pero también se puede aprender a disfrutar del encanto que puede tener la soledad: tiempo para leer, pasear, observar lo que nos rodea, reflexionar, sentir la naturaleza, escuchar el latido de la vida, etc. Me gusta estar con gente, y mucho más si lo estuviera con un ser amado que me correspondiera, pero seguiría necesitando momentos para estar sola y reencontrarme a mí misma.


El amor y las uniones en pareja

Me da la impresión de que los seres humanos -que no tenemos un pelo de tontos- hemos optado por amarnos en pareja porque a efectos prácticos da mejores resultados. Tal vez eso simplifique las complicadas relaciones humanas y sea una defensa y un refugio contra las agresiones del mundo fuera de la vida en pareja. Si amas a alguien necesitas confiar plenamente en esa persona. De hecho las parejas se rompen cuando esa confianza mutua se quiebra y entra en juego la mentira. Sería más complicado si la confianza se tuviera que basar en varias personas. Además, a todos los seres humanos nos gusta sentirnos únicos e irrepetibles, y como tales, ser amados. No conozco a ningún amante que no quiera ser amado en exclusividad, y los celos –en mayor o menor medida- parecen formar parte de la relación amorosa. Es decir, que el amante « necesita » que el ser que ama no pueda relacionarse con otros de la misma forma que lo hace con él/ella. Eso es lo que le reafirma en su seguridad de ser amado por esa persona. El amor monógamo y heterosexual también se da en muchas especies animales, y probablemente sea también el producto de conclusiones prácticas que se han considerado más útiles para la supervivencia. Me limito a no mencionar las ventajas higiénicas y de salud que estas conllevan y que los humanos le han atribuido a lo largo de la historia.


El amor y la heterosexualidad

Este tipo de amor debió de surgir después de la comprobación práctica de que las relaciones homosexuales (hombre-hombre/ mujer/mujer) no daban como resultado la fertilidad. Los seres humanos, además de la lucha por la supervivencia, buscamos la eternidad. Es decir, algo material, -« plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro »- que trascienda al mundo cuando nosotros dejemos de existir físicamente. Durante muchos siglos, los humanos seguramente consideraron que solo dejaban su huella cuando habían procreado. Pero la función exclusiva que cumplía la procreación ahora puede ser sustituida o compartida por distintas manifestaciones artísticas, y muchos se centran en sus carreras en vez de en tener hijos, dejando su huella indeleble en la cultura.



El amor y la autorrealización

No creo que el amor deba basarse en la búsqueda de la « autorrealización ». Te autorrealizas a medida que creces. Si la pareja progresa junta y en la misma dirección –compartida en común- es más probable que se mantenga unida. Pero si cada uno se realiza tomando distintos derroteros, cuando se acabe la etapa del enamoramiento – al fallar la química- el amor y la magia desaparecerán porque no habrá quedado nada que compartir. Por eso buscamos semejantes o afines, y solo será química que no perdurará cuando la relación se base en los « polos opuestos que se atraen ». Soy de la opinión de que los enamorados siguen siendo dos seres solitarios que, caminando por la senda de la vida libres, se mantienen unidos voluntariamente, para intercambiar puestas en común donde realizan pequeñas proezas que hacen feliz al otro.



El amor y la cotidianeidad

El amor no debe salvarnos de la cotidianeidad, más al contrario, debemos darnos cuenta en el amor que hay en los actos cotidianos compartidos. Un acto cotidiano, se torna en extraordinario si hace feliz a alguien. Nada de lo que hacemos por el ser que amamos, debería ser considerado vano ni aburrido. El amor debe estar lleno de creatividad, juego y complicidad mutua. Lo que torna lo cotidiano en mágico.



El amor y la brevedad

La etapa del enamoramiento es breve, solo dura mientras hay química –no más de cinco años, según los estudiosos- pero el amor puede durar mientras el amante viva, y aún más allá de la propia vida del ser amado, que a su vez puede ser sustituido por otro pasado un tiempo. El amante podrá amar un nuevo objeto amado de la misma forma que amó al otro anteriormente, porque la capacidad para generar amor está en el amante que acaba atrayendo al objeto de su amor hacia sí. Hay personas que no saben amar porque creen que deben darlo todo sin recibir nada a cambio, u otras, al contrario, que lo quieren todo sin aportar nada. Ambas formas de amar resultan frustrantes para el amante. En el amor es tan importante saber recibir como saber dar. En el amor no deben tener cabida el egoísmo ni la abnegación. El amor perdurable debe basarse en un « toma y daca ». Creo que amor y utopía son incompatibles. El amor se basa en una relación mágico-química que debe tener los pies bien asentados en la tierra. No es una moda a seguir ni tiene porque conllevar obligatoriamente fecha de caducidad. Y contradiciendo a Neruda, creo que: El amor puede ser eterno, el ser amado perecedero, y solo ama quien tiene capacidad para hacerlo y está dispuesto a ello.


Besitos.