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viernes, 18 de diciembre de 2009

Carta 2009 a los Reyes Magos






Queridos Reyes Magos:

Este año no quiero ser irónica. Quiero ser reflexiva y madura. Por eso deseo ser consecuente con este pensamiento, y según el análisis que he estado haciendo sobre mi misma, teniendo en cuenta, principalmente la última conversación que he tenido con mi hijo y analizando el comportamiento que normalmente tengo con mis seres queridos, debo reconocer que mi hijo y mi hija tienen mucha razón...

Mi primera obligación para con los que me quieren es demostrarles que los tengo en cuenta, y que escucho lo que me dicen, pero parece que no se lo estoy demostrando en la forma en que ellos lo necesitan.

Por eso, este año, lo único que os pido es esto: Traedme, por favor, un saco lleno de “capacidad de respuesta”, ya que creo que carezco de ella. Y me he dado cuenta de que esto es muy frustrante para las personas que intentan dialogar conmigo. No se trata de que no les escuche ... porque sí les escucho. El problema es que, no se porqué razón o mecanismo en mi mente, no les demuestro que les estoy escuchando, y no puedo, a veces demostrar que he comprendido lo que me han dicho, porque comienzo a elaborar tan deprisa una respuesta, que se me olvida la pregunta ... Es decir no doy muestras, aunque sea brevemente, de que sigo el hilo de su conversación. Por otro lado, no soy capaz de decírles, a tiempo, cuándo algo que han hecho o dicho me duele, en ese momento, y me lo voy guardando, guardando, hasta que, un día, exploto o me hundo, sin remisión. Tardándo, luego más de lo debido, en recuperarme.

El resultado de esto es que, me estoy comportando como una persona antisocial la mayor parte del tiempo, porque ese comportamiento hace que cada vez me aísle más.

Mi firme propuesta, desde ahora mismo, es que tengo que corregir esta forma de actuación por mi parte, así que espero que me ayudéis a conseguirlo. Así que os pido que me traigáis también fuerza de voluntad y ser más consciente de mis actos, para así, poder evitar el dolor que me causa mi falta de concentración y de respuesta en todo momento. Se que también voy a necesitar una gran cantidad de humildad necesaria como para ser capaz de reconocer este error en mí, y para rectificarlo cuando se produzca ...

¡Se que no es fácil cambiarse a uno mismo, tal vez, porque mi soledad, el dialogar conmigo misma y mi capacidad de evadirme de una realidad que no me gustaba, se fue convirtiendo en una mala costumbre ¡Creo que a estás alturas de mi vida, el motivo ya es lo de menos! ... No debo tratar de justificarme, pero os prometo que lo voy a intentar modificar esta conducta errónea con todas mis fuerzas ... no quiero seguir pareciendo “inalcanzable” para los que me aman, ya que me importan demasiado como para permitirme el lujo de seguir defraudándoles.

Tendré que releer esta carta a menudo para no olvidar mi propósito ... veremos que he conseguido para finales del 2010... ¡si es que tengo la oportunidad de volver a escribiros!

Gracias por vuestra indispensable ayuda...¡os deseo lo mejor para el año que entra, el 2010!

Gracias por hacer que la gente sea mejor cada año, ¡al menos en Navidad! ... y por estar ahí para hacer felices a los niños, y a los que aún conservamos algo del espíritu infantil y navideño.

Besitos XXX

BI

Madrid a 18 de diciembre de 2009, 17:07



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miércoles, 18 de febrero de 2009

CARTA a Pituso


















A Pituso le encanta que le hagan fotos. Tiene alma de artista.

Gracias por volver. Me he pasado toda la noche en vela esperándote. Dejé la ventana entreabierta para poder llamarte de vez en cuando, y supieras que te echaba de menos, porque te quiero mucho. Eres tan frágil, que siempre que has logrado escaparte temo que te ataquen.

Aún recuerdo el primer día que te acercaste a mí aquella noche en que yo venía del trabajo. Estabas junto a mi portal y te metiste entre mis piernas dando vueltas a mi alrededor. Como mis hijos no querían ya gatos. Te saque comida de perro (no tenía de gato entonces) y agua y te las dejé delante de la ventan de la cocina... No pude dormir en toda la noche del remordimiento que tenía por haberte dejado en la calle. Pasé todo el día siguiente esperando que regresaras de nuevo..y allí estabas otra vez a la misma hora ¡Ya me habías elegido! Te dejaste llevar en brazos. Te metí en mi cuarto, solo por aquella noche...y bajo la luz me horroricé del todo lo que te habían hecho: tu rabito tenía la punta partida, tenías huellas de sangre alrededor del cuello y tu ojito izquierdo estaba inflamado por una profunda herida que lo cruzaba ¡qué dolor que un gatito tan precioso hubiera sido abandonado!

Al día siguiente te llevé a mi trabajo y te dejé en el sótano de noche y en un aula de día para que te diera la luz y el sol...pero tu no querías salir del escondrijo en que te encerraste por casi tres meses ¡tan grande era el trauma que te habían dejado las heridas producidas! Te fuiste curando poco a poco lavándote con sal añadida al agua hervida. Te costó mucho salir de tu agujero...y todavía traumatizado fuiste dejándote acariciar por mí, luego por los niños que venían a clase, y te adoraban en cuanto te veían. Al final te hiciste dueño de las clases y a cada turno salías a recibir y a despedir a los estudiantes, y ¡todos erais tan felices!

Cuando tuve que vender la academia, lo que más me dolió fue tener que quitarte de tu ventana a ras de calle, donde eras el rey de los transeúntes, pues ninguno se resistía a tus encantos y venían un día tras otro a saludarte.

Cuando vinimos a casa juntos, te costó algo adaptarte, pero conseguí ponerte al ras de la ventana para que siempre pudieras ver la calle, y ahora también los vecinos te saludan o te miran al pasar, y tu eres de nuevo feliz en tu nuevo trono.

Ayer, cuando Rony (este gato superdotado que todo lo aprende solo con una mirada) logró abrir la ventana, en un descuido en que Dani dejó la puerta de la cocina abierta. Así que cuando entré a beber agua antes de acostarme, vi que Rony estaba junto al cristal abierto mirándome con los ojos llenos de lágrimas y cara de culpable...y me di cuenta de que te había abierto para dejarte salir, pero él no se atrevió a acompañarte. Probablemente no quiere saber nada del mundo donde casi muere de inanición, y prefiere quedarse dentro protegido que arriesgarse a sentirse abandonado de nuevo...¡qué se yo lo que siente un gato...pero casi lo percibo en él cuando se pasa el día pegado a mí, abrazado a mi piernas, o sobre mí o mirándome vaya donde vaya. ¡Es tal el miedo que pasó cuando de bebé lo abandonaron que casi se muere de hambre! Y cuando encontré a su dueño, después de tres días de búsqueda, al dejárselo en sus brazos le dije “¡A ver si lo tratas bien y le das de comer, porque está en los huesos!...¿Te lo llevas entonces? Le pregunté, cuando Rony, sin darle tiempo a contestar se lanzó a mis brazos y escondió su carita en mi recodo como pidiéndome “¡Socorro, no dejes que me leve!”. Entonces le dije, “Mira el gatito no te quiere porque no lo tratas bien. Así que me lo quedo. Puedes venir a verlo aquí si quieres, pero va a vivir conmigo porque yo ya lo quiero”. Y me lo dejó hasta hoy.

Pituso, ahora entenderás porque recorrí todo el barrio buscándote hasta las 2 de la madrugada y llamándote. Regresé angustiada por no encontrarte y me acosté llorando como si alguien me hubiera arrebatado a mi bebé... porque así os quiero a los dos.

¡No te puedes imaginar (bueno, sí) la felicidad que me dio Dani cuando al despertarse entró corriendo a mi habitación “Toma mamá, Pituso, estaba esperando a la entrada del portal”. Te abracé tan fuerte y con tanta alegría que te has pasado todo el día agradecido y mimoso. No me querías dejarte lavar las patitas ennegrecidas de caminar toda la noche, y luego te pusiste a comer sin parar durante un buen rato ¿Dónde te habrías metido, andarín? Luego te has pasado el resto del día acicalándote aunque te costará volver a estar tan blanco como un algodón...Y luego ¡ala, a tu deporte favorito!...dormir y dormir con las patitas boca arriba y tus lindos ojillos azulados entreabiertos. Me pregunto qué habrá adornado hoy tus sueños.












Pituso en su postura favorita.

Rony hoy no te quita ojo. Fue muy obediente porque le dije “Rony llama a Pituso para que vuelva” y se subió a la ventana del cuarto de baño y se pasó la mayor parte de la noche llamándote. Nunca pude imaginar que un gatito pudiera ser tan inteligente como lo es él. Dani no me creyó cuando le dije que el mismo día que te traje a casa, me vió abrir la ventana, y al rato se acercó a la mesa y la logró abrir él. A los pocos días oí un ruido extraño en el servicio donde no había nadie, y entré para encontrármelo a él sacando agua de la cisterna para beber ¡impresionante! Se lo dije a Dani y su respuesta fue “¡Mamá, tu alucinas!”...y a los pocos días él me estaba gritando “¡Mamá, mira, Rony está sacando el agua de la cisterna para beber!”. Hoy está todo el día detrás de ti, como si se hubiera arrepentido de su travesura y temiera perderte de nuevo. Te quiere tanto que se pasa el día lamiéndote y lavándote. Se pone tan pesado contigo que a veces te enfada porque no te deja ni dormir, y siempre está provocándote para jugar..algo que te cansa sumamente...¡Que distintos sois! Tu un gato Persa, un pacífico vago pasota y él uno común, incansable, juguetón y despierto a todo, que nunca se cansa de aprender y jugar solo. No parecéis la misma clase de animal. ¡Me encantáis los dos!

Madrid 18/02/2009 0:41:41

miércoles, 14 de enero de 2009

CARTA: A mamá



Mi madre, Berta y yo, 1955.














Querida mamá:

Hace tanto tiempo que no te escribo que parece extraño que hoy lo haga. Soy una egoísta. Lo reconozco. Lo estoy haciendo porque te necesito. No es que no estés en mi pensamiento todos los días de mi vida. Los hay en que casi no noto tu presencia. Pero hoy te añoro tanto que tengo "saudade" de tí.

Aún conservo tu bata azul, y me envuelvo en ella para consolarme...así me parece que me rodeas con tus brazos, me rozas con tus labios o me susurras algo al oído, para que duerma tranquila...tal vez sea así...o yo quiero que así fuera. En ella me siento aislada de todo lo que pueda causarme daño o dolor.

Hace años que no lloro por ti...pero hoy no puedo evitarlo...siento tanto que no estés aquí para escucharme, o para que me hablaras, o simplemente me dejaras sentar en tu regazo y acariciaras mi pelo...¡cómo hecho de menos tu calor y tu olor...Hasta hace pocos años aún podía olerlo...pero creo que ya lo he olvidado...Recordarlo me tranquilizaba...Pero ahora, que ya no lo encuentro en mi memoria, a veces, me siento desamparada y desprotegida.

Si aún hay algo que queda de ti, mamá, en los confines del universo, te ruego lo hagas llegar hasta mí, aunque sea en mis sueños (no importa que no los pueda recordar) y me ayudes, porque hoy no me encuentro bien.

Gracias, mamá, por haberme dado la vida sin que yo te la pidiera, por haberme querido incluso cuando estabas enfada conmigo, por llevarme la contraria y darme la razón, por hacerme reír y llorar, por enseñarme el sendero de la lucha, por darme fortaleza cuando flaqueo, por extender tu ternura y tus mimos para conmigo más allá del tiempo...

¿Cómo es posible que ya hayan pasado 21 años desde que no puedo verte, ni escuchar tu voz, ni sentir tus caricias? Sin embargo yo te sigo sintiendo tan cálida y cercana como si estuvieras aquí, y fueses a entrar por esa puerta de un momento a otro...tal vez estás en otra dimensión, que mi razón no entiende, pero que mi emoción percibe.

Si, creo que es cierto, que nadie se muere mientras haya alguien que le recuerde.

¡Felices y eternos sueños, mamá!

Madrid 14/01/2009 2:12:56

martes, 6 de enero de 2009

CARTA: A los Reyes Magos de Oriente













Querido Rey Melchor:

Ya se que es un poco tarde vuecencia, y que estaréis cansado de pasaros toda la noche repartiendo regalos a conciencia. Sí,...diréis que ya no soy una niña y que, por eso, no tengo preferencia...pero me gustaría, si aún os sobra algo de paciencia...que me concedierais un regalito, fruto de vuestra ciencia.

Otros os habrán pedido cosas fáciles de conseguir como que se acabe la Guerra en Oriente Medio, o que les traigáis una varita mágica que termine con la crisis, o que les toque la Lotería... y soy consciente de que el mío es el más difícil de obtener, porque:

Quiero que la estrella que os guía ilumine el corazón del amado mío, y que cuando sea ya hoy de anochecido, le susurre estas mis palabras en su oído:

Te siento más que lo que el infinito pueda abarcar,
Y con esa misma medida te necesito.
Cércame, mi amor...
Quiero sentir los latidos de tu corazón.
Envuélveme en tu piel,
Arrópame con tu aliento,
Ata prieta mi cintura,
Roza mis lóbulos,
Toma mis comisuras.
¡Derriba las barreras que nos separan,
Limpia las telarañas que me esconden!



Sí...ya se que esto es casi imposible de obtener...¿pero cómo podrías saber lo que quiero si no os escribo?

Bueno, y si no podéis traerme lo que os pido...hacedle saber, al menos, que me gustaría que me sonriera o hablara, de vez en cuando, al cruzamos...y que con eso me haría muy feliz...¡por ahora!

Me he portado bien todo el 2008...bueno...¡solo alguna travesura! Pero... ¡hace tantos años que no os pido nada!

Os dejo un poquito de agua para vos y los animales...¡ya sabéis que hay crisis! Ah, también un trozo de tarta de almendra,..¡si, si...sin azucares ni grasas añadidas! –por lo del azúcar y el colesterol, ya se que los tenéis altos estos días- y un poco de comida de gatos para los camellos. Espero que les guste...en Madrid es muy difícil conseguir comida especial para dromedarios.

Gracias por haber leído mi carta y por los esfuerzos que pongáis en utilizar vuestra magia para conmigo.

Os quiero.
Besitos.

Berta

Madrid a 06/01/2009 7:04:38