domingo, 8 de marzo de 2009

POEMA: Tu sonrisa














Hoy, Día Internacional de la Mujer, dedico este poema a todas las mujeres que son victimas de la crítica social proveniente principalmente de parte de otras, que normalmente hablan mal de ellas basándose en rumores, y las condenan de antemano -por los mismos hechos que justifican o alaban en los hombres- aún sin saber la verdad. "No hay peor enemigo para una mujer que otra."


Tu sonrisa,
¡No niegues nunca a nadie tu sonrisa!
Que siempre sea
Para los ancianos, consuelo,
Para la infancia, gozo,
Para los inocentes, alegría
Y para los ignorantes...
Yo que tú...
No lo diría.

No abandones tu sonrisa,
Para los que hace solo dos días,
No dejaban de deambular,
Por solo verte cruzar,
Y ahora te niegan,
Hasta en su pensar.

No abandones tu sonrisa,
Ni para los que hace solo dos semanas,
Por ti se dejaban ayudar,
Y ahora sobre ti cuchichean al pasar.

No abandones tu sonrisa,
Ni para los que hace solo dos meses,
No te dejaban de llamar,
Para que les aguantaras la vela,
Mientras te relataban su pena...

Ni siquiera abandones tu sonrisa,
Para los que solo hace años,
Siendo testigos oculares,
Decían que injurias veían,
Pero a la hora de la verdad,
Nunca nada sabían.

Al igual que entonces,
Sobre ti cotillearán
Mas jamás sabrán.
Como implacables jueces te juzgarán,
Y al igual que antaño te condenarán.
Siempre el dolor ajeno pisoteando,
Y con el suyo propio avasallando.

¡Sobre todo a esos,
Muéstrales siempre tu mejor sonrisa!
¿Alguno sería capaz de entender acaso
Alguna otra cosa
Que no fuera tu sonrisa?



Madrid, 08/03/2009 0:12:51

2 comentarios:

Coral Herrera Gómez dijo...

Berta es horrible la frase de "No hay peor enemigo para una mujer que otra". Es horrible.

Te dejo aquí unos párrafos de un libro de Carmnen Alborch muy buenos:

- Según Shere Hite, los celos motivados por el lugar que una mujer ocupa en el universo masculino no son tanto la razón de las peleas entre mujeres sino un síntoma de deslealtad a la propia condición femenina, una sutil manifestación de que se considera irrelevante la función de la mujer en la sociedad. Los enfrentamientos indican que la otra mujer no nos reconoce o acepta como miembros de primera clase (de la sociedad). Las dudas que la mujer tiene sobre su propia valía le hacen desconfiar también de la valía de las demás. Esto es lo que en gran medida mina las relaciones femeninas y da pie a los enfrentamientos. Conviene no olvidar la importancia de esta devaluación.
- Lo que provoca el desencuentro entre las mujeres favorece el encuentro entre los
hombres. De ahí que desde el orden masculino se impidan las alianzas femeninas para mantener el poder. El primer pacto entre hombres, señala Celia Amorós, fue la exclusión de las mujeres: para mantenerlas al margen es importante que no se encuentren. Ellos decidieron quiénes éramos y qué teníamos que hacer. Aunque nos hayan limitado el espacio, adjudicándonos papeles, destinos, ello no significa que el mundo entero no sea también nuestro, o no pueda serlo. Parece bastante complicado que una mujer admire a otra mujer, que prescinda de esa mirada hipercrítica y comparativa que arroja sobre las otras. Son muchas, por contradictorio que parezca, las que sienten prejuicios contra el sexo femenino.
- Lo masculino es la manera de ser hegemónica, y se convierte en el referente universal del ser humano. La relación entre mujeres, por tanto, no es directa; hay un mediador que nos da valor, el hombre. Precisamente los desencuentros, los problemas entre nosotras, la desvalorización de otras mujeres se convierten en una barrera infranqueable para la alianza femenina, que cada vez más aparece como una necesidad inaplazable.

() Si partimos de la jerarquía y centralidad de los hombres, las mujeres estamos en la periferia; lo masculino, la masculinidad, es la norma, el referente, lo universal. Todas las relaciones están configuradas –si somos aceptadas, queridas- desde la supremacía de los hombres.
- Muchas mujeres a lo largo de la historia hubieran deseado haber nacido hombre;
muchas han maldecido su condición y han llorado el nacimiento de sus hijas, pero no por la famosa envidia del pene, sino de la libertad y los privilegios de los que siempre ha disfrutado el hombre y de los que ha carecido la mujer.
- La autoconciencia, la autovaloración, son condiciones fundamentales para
proyectarnos como protagonistas y promotoras de cambios más profundos y también más globales.

Alborch, Carmen: “Malas. Rivalidad y complicidad entre mujeres”, Santillana Ediciones Generales, Madrid, 2002.

Me parece fundamental tener una solidaridad femenina; es el patriarcado el que nos hace creer que somos enemigas unas de otras. Así que te porpongo una frase para explicar la situación: "Divide y vencerás". Y otra frase para hablar del machismo de hombres y mujeres: Nunca mais.

Un beso muy gordo :)

Berta-Isabel Cuadrado Alvarez dijo...

Gracias Kori:
Me encantan estas citas, que tiene mucho de teorí y nada que ver con la realidad.

Ejemplos:

En el mundo del trabajo, siempre se dice que las mujeres que ocupan puestos importantes le hace más la vida imposible a las mujeres que a los hombres.

En el metro, las chicas no se levanta par adejar el sitio cuando ven una mujer embarazada y miran para otro lado haciéndose las locas.


ALgunas mujeres que se hacen pasar por tus amigas para contarte sus rollos, cuando tu las necesitas se escabullen, y no aparecen, ni aunque las busques con candil.

Si a dos buenas amigas les gusta el mismo hombre, normalmente se acaban peleando, y la más astuta se queda con él.

La mayoría de las mujeres que nos rodean, en nuestra vida cotidiana son unas cotillas que se pasan el día despotricando contra otras mujeres y rajando sobre ellas de temas que consienten a los hombres.

Bueno son ólo pequeños ejemplos de la vida real, no de lo las teóricas feministas nos quieren convencer a toda costa.

Lo siento, mi amor, pero, en este caso, desgraciadamente, la teoría y la realidad van algo deparejas.

Vuelve a comentarme dentro de 10 años, cuando ya alguna mujer te haya dado algún palo en tu trabajo, etc.

También hay buenas amigas, como tu, por ejemplo, pero mis excepciones más cercanas, las cuento con los dedos de una mano. Espero no haberte hecho sentir mal por mi forma de pensamiento tan negativo hacia las mujeres... a mi también me gustaría que fuera cierto toda esa teoría...

Besitos.
Berta